Sombrío pronóstico de la Agencia de Meteorología británica sobre el cambio climático
Traducido por Mario Cuéllar para Globalízate, 04/09/2008El jefe de la Oficina Meteorológica del centro de investigación sobre el cambio climático explica por que no tiene que perderse el impulso sobre los objetivos en la reducción de emisiones
Vicky Pope en The Guardian (04/09/08)
En lo que se refiere al cambio climático, la evidencia científica tiene que estar en el centro de cualquier toma de decisiones. Los gobiernos tienen que comprender las consecuencias de elegir unos objetivos determinados, pero también necesitan entender lo que ocurriría si no se alcanzan esos objetivos o si no pueden acordarse con todos los países. Los fracasos podrían tener consecuencias de largo alcance.
Las últimas proyecciones de los modelos climáticos del Hadley Centre Met Office muestran claramente que tales fracasos podrían tener preocupantes y significativas consecuencias para el clima del mundo. Incluso con recortes grandes y lo antes posible, estas proyecciones indican que las temperaturas subiran de forma probable alrededor de 2ºC por encima de los niveles preindustriales para finales de este siglo. Si se retrasa la acción o es lenta hay un riesgo significativo de un incremento en la temperatura mucho más grande. Las incertidumbres en ciencia significan que incluso si el aumento de la temperatura más probable se mantiene dentro de unos límites razonables, no podemos descartar la posibilidad de incrementos muchos más grandes. Las estrategias de adaptación son, por tanto, necesarias para tratar con estas posibilidades menos probables, pero todavía reales.
La temperatura sube
Jaso Lowe, una climatólogo y otros colegas del Hadley Centre han conducido una serie de proyecciones climáticas del tipo “¿Qué pasa si?”, para dar una mejor comprensión de la subida de la temperatura que podríamos esperar si la acción de reducir las emisiones de gases invernadero es lenta o se retrasa.
En el primer escenario, las emisiones continúan subiendo durante todo el siglo. En otros escenarios, se han impuesto reducciones de emisiones en distintas fechas y a ritmos diferentes.
En el escenario más optimista, las emisiones empiezan a descender en 2010 y las reducciones rápidamente alcanzan el 3% al año. Esto contrasta notablemente con la tendencia actual, donde las emisiones globales mundiales se están incrementando un 1% al año – más rápido que incluso en el peor de los casos usados por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de escenarios de emisiones.
Lo que es muy claro es que un incremento de la temperatura es inevitable en el próximo siglo, y que las decisiones y acciones que el mundo tome ahora tendrán un profundo impacto en el clima al final de este siglo.
Incluso si las emisiones comienzan a descender en los próximos dos años y alcanzan una tasa rápida y sostenida de declinación de 3% al año, es probable que las temperaturas suban 1,7ºC por encima de los niveles preindustriales para 2050 y alrededor de 2ºC para 2100. Esto es porque el dióxido de carbono que ya está en la atmósfera durará muchos años y al clima le lleva algo de tiempo en responder a estos cambios. Sólo un descenso rápido y lo antes posible en las emisiones nos pondría bastante cerca del objetivo de reducción de las emisiones del 50% para 2050 propuesto por el G8.
Contraste esto con un mundo donde no se toma ninguna acción para reducir el calentamiento global. Entonces, las temperaturas podría subir hasta 7ºC por encima de los valores preindustriales para el final de siglo. Esto llevaría a riesgos significativos de impactos severos e irreversibles.
Los dos otros escenarios de Lowes son también importantes. Las consecuencias de una reducción tardía en las emisiones son aparentemente para 2050. Retrasar la reducción de emisiones hasta 2030, resulta en un incremento de 0.5 ºC mayor para 2050 comparado con una acción temprana, aunque lenta, para reducir desde 2010. Para finales de siglo las diferencias son incluso más grandes –más de 1 ºC.
Las consecuencias de un temprano pero lento descenso en las emisiones de 1% al año, comparado con una rápida reducción, parecen ser pequeñas en 2050. Sin embargo, se incrementan en 0.8ºC para finales de siglo.
En resumen, un descenso lento y con retraso en las emisiones, probablemente llevaría a un calentamiento de cerca de 2 ºC, mas calentamiento que un rápido y temprano decline en las emisiones globales –un aumento de la temperatura total de 4 ºC por encima de los niveles preindustriales.
Las implicaciones de estos niveles de cambio en la temperatura son muy serias, pero las proyecciones centrales no son los únicos asuntos sobre las que deberíamos preocuparnos. Cuando los comentaristas observan estas proyecciones, tienden a concentrarse en el aumento más probable de las temperaturas. Sin embargo, si estamos preocupados en mantener los riesgos al mínimo para evitar un cambio climático peligroso, deberíamos también considerar el resultado en el peor de los casos. Esto ocurrirá si el clima se vuelve particularmente sensible a los incrementos en los gases invernadero y los sistemas biológicos de la Tierra no pueden absorber mucho carbono.
Impactos peligrosos
Los riesgos del peor resultado se amplifican mucho más rápidamente que los riesgos de los resultados más probables. Para un descenso temprano y rápido en las emisiones, el resultado del peor caso es de alrededor de 0.7 ºC más alto que el aumento más probable de temperatura. Con un acción mucho más lenta tomada mucho más tarde, la diferencia entre el resultado más probable y el peor de los casos es casi dos veces más amplio, de 1.2 ºC. Esto lleva la subida de temperatura del peor de los casos a menos de 3 ºC a uno justo por encima de 5 ºC para el final de siglo, lo que lleva a un riesgo significativo de impactos peligrosos para nuestro ambiente, nuestra sociedad y nuestra economía.
La razón principal de esta amplificación es el llamado “efecto del ciclo del carbono”. Las plantas, el suelo y los océanos absorben actualmente casi la mitad del dióxido de carbono emitido por las actividades de la humanidad, limitando el incremento de CO2 en la atmósfera y frenando el calentamiento global. Cuando la temperatura suba, es muy probable que esta absorción disminuya.
Por ejemplo, la materia vegetal en suelo se descompone más rápidamente cuando la temperatura es más alta, emitiendo carbono más rápidamente y amplificando la tendencia al calentamiento. La emisión de metano por la descongelación del permafrost se sumará al calentamiento. La salida de metano no está incluida actualmente en los cálculos, y se convierte en un mayor riesgo contra mas alto sea el aumento de la temperatura.
Por lo tanto,, los riesgos de un cambio climático peligroso no se incrementarán lentamente cuando los gases invernadero aumenten. Por el contrario, los riesgos se multiplicarán si no reducimos las emisiones suficientemente rápido.
Vicky Pope es directora de cambio climático para el gobierno en el Hadley Centre del Met Office
Artículo original:
http://www.guardian.co.uk/environment/2008/oct/01/climatechange.carbonemissions