98 meses y contando
Traducido por Mario Cuéllar para Globalízate, 04/09/2008Los gobiernos se movieron rápidamente al rescate de nuestros bancos. ¿Por qué se tarda más tiempo en actuar para salvar el planeta de un calentamiento sin control?
Andrew Simms en The Guardian (04/09/08)
Tenemos ahora sólo 98 meses antes de que el mundo entre en una nueva fase más peligrosa de calentamiento global (1) y esto si tenemos suerte. Los glaciares de todo el mundo podrían estar incrementando su ritmo de retroceso, pero algo más también se empieza a mover. ¿Cuándo fue la última vez que puedes recordar que un anterior vicepresidente americano pidió a la juventud mundial comprometerse en actos generalizados de desobediencia civil?
El desprecio ad hoc de la administración Bush de la ley internacional podría ser familiar, pero la audiencia tuvo una reacción tardía cuando Al Gore (2), hablando en Nueva York en septiembre, sorprendió a la próxima generación al decirles que rompieran el libro de normas nacionales.
Lo llamó “fraude de valores” cuando las compañías de combustibles fósiles crean la impresión a inversores potenciales de que el cambio climático no debería hacerles pensar dos veces antes de comprar acciones.
“Creo que hemos alcanzado un punto”, dijo Gore, “donde es hora de la desobediencia civil para prevenir la construcción de nuevas plantas de carbón que no tengan captura y secuestro de carbono.”
Sus comentarios siguieron a la extraordinaria aparición en el Reino Unido de un caso de jurisprudencia que comienza a legitimar acciones directas ambientales que antes eran ilegales.
Seis activistas de Greenpeace fueron llevados a juicio el mes pasado acusados de daños. Treparon a una chimenea en la central térmica de carbón de Kingsnorth en un intento de cerrarla (declaración de interés- estoy en la junta de Greenpeace del Reino Unido), llegando tan lejos como embadurnar con la palabra “Gordon” en la chimenea antes que un mandamiento judicial les parará e impidiera escribir la palabra “ciérrala”.
Pero en el juicio, el jurado rechazo condenarlos después de oír a la evidencia de un testigo experto sobre la amenaza del cambio climático. Aceptaron la excusa legal (3) como defensa, que permite que la propiedad sea dañada si esto previene un daño a la propiedad en otros lugares.
La ocasión era simbólica porque Kingsnorth esta en el centro de un debate sobre si un gobierno debe o no permitir una nueva ola de centrales térmicas de carbón. En la conferencia del partido laborista, el secretario de economía, John Hutton, metió miedo diciendo que las luces eléctricas de Gran Bretaña se apagarían si no eran construidas. Y en su discurso de apertura, el primer ministro, Gordon Brown, pidió una nueva generación de plantas de “carbón limpio”.
Hablando casi de forma simultanea en los EEUU, Al Gore declaró explícitamente. “El carbón limpio no existe.” Los expertos en energía saben de que hay un término para uno de los tipos más contaminantes de combustible fósil – es el “carbón marrón”.
Pero mientras una marea legal parecía estar entrando durante el mes pasado, descubrimos que otra esta subiendo en un modo mucho más preocupante.
La biosfera –nuestros océanos, bosques, campos y atmósfera – es, en realidad, la empresa matriz de la economía mundial. Sólo puede producir ciertos recursos y absorber cierto desperdicio cada año. Pero una vez medida, utilizando la huella ecológica – una medida conservadora de nuestras tasas de consumo y producción de desechos- desde mitad de los años 80, la humanidad ha estado rebasando la biocapacidad disponible, creando una deuda ecológica.
La demanda de servicios de la naturaleza está excediendo el suministro. Tomando un típico calendario anual, la fecha en la que humanidad entró en el rojo ambiental se ha notado incluso de forma adelantada. Comparando similares (las fuentes de datos y la metodología están siendo continuamente mejoradas), este año el mundo entró en deuda ecológica el 23 de septiembre, cinco días antes que el año pasado.
Considerando que tomó a los gobiernos en el Reino Unido y a los Estados Unidos sólo una semana para eliminar décadas de prácticas económicas habituales para salvar el sistema financiero (un subsidiario del medio ambiente) del colapso, nacionalizando bancos a través de un gran gasto público, deberíamos estar preguntando porque tardan tanto en actuar para salvar el planeta de un calentamiento irreversible.
Cuando se habla de nuevas pistas en aeropuertos y de centrales térmicas de carbón, el gobierno esta haciendo algo medioambientalmente equivalente a promover hipotecas subprime sin garantías, sin investigar los créditos y diciendo a los bancos sin fondos que sigan prestando.
Mientras el daño ambiental potencialmente irreversible de tales desarrollos es familiar, el valor económico está enormemente bajo cuestión. Siguiendo las dudas expuestas por voces tan diversas como el anterior consejero científico del gobierno, David King, y el Cooperative Bank, un nuevo informe publicado la semana pasada llamado Plane Truths (Verdades del avión) (3) del Movimiento de Desarrollo Mundial y mi propia organización, nef, cuestionaba el valor económico del crecimiento de la aviación en los países ricos y pobres conjuntamente. Al menos al parecer, los ministros Hilary Benn y David Miliband se oponen a nuevas centrales de carbón que no sean capaces de capturar y almacenar de forma segura sus propias emisiones.
Desde las economías sobrecalentadas deshaciéndose, a un planeta sobrecalentado con las capas de hielo derritiéndose, nos quedan 98 meses y contando…
Andrew Simms es director político de NEF (New Economics Foundation) y director del programa de NEF sobre cambio climático
Visita:
http://www.onehundredmonths.org/
Referencias:
(1) http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/sep/01/climatechange.scienceofclimatechange
(2) http://www.reuters.com/article/newsOne/idUSTRE48N78A20080924
(3) http://www.guardian.co.uk/environment/2008/sep/11/activists.kingsnorthclimatecamp
Artículo original:
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/oct/01/climatechange.scienceofclimatechange