Cosechando los beneficios
Traducido por Mario Cuéllar para Globalízate, 28/08/2008El sistema actual de suministro de energía, con los enormes beneficios obtenidos por las compañías energéticas, es insostenible. Pero hay una forma más justa.
Richard Douthwaite en The Guardian (31/08/08)
Hay ganancias y ganancias inesperadas. Las que son obtenidas en este momento por las compañías energéticas británicas (1) no son nada en comparación con las que disfrutan los productores mundiales de combustibles fósiles. Son tan grandes que están causando el derrumbe de la economía mundial.
Ambas ganancias son resultado de la escasez. El suministro de petróleo no ha podido competir con la demanda mundial. Esto ha empujado hacia arriba los precios y entregado enormes beneficios porque los campos petrolíferos actualmente más activos, fueron desarrollados bajo la suposición de que el precio del petróleo sería de unos 20 dólares el barril, mientras que ahora es 6 veces más alto (2)
Si uno incrementa la cifra de 20 dólares a 30 dólares para permitir la inflación, más de la mitad de 1.9 billones de dólares que fue pagado por el petróleo el año pasado, cuando el petróleo promediaba 64,20 dólares el barril, fue realmente una “renta de escasez”, el término que los economistas usan para referirse a la gente extra que es forzada a pagar algo cuando el suministro es pequeño. La renta suma alrededor de 1 billón de dólares, más o menos el 2% del producto interior bruto mundial. Los productores de gas y carbón también recibieron pagos de alquiler pero sólo la renta de combustible salió a 151 dólares para todos sobre la Tierra
Si asumimos que el promedio del precio del petróleo este año ha estado en torno a los 120 dólares, la renta de escasez que los productores están obteniendo suma el 6% de todo lo que es producido en el mundo.
El problema con esto es que los productores no están comprando y consumiendo nada de esta parte de la producción mundial. En su lugar, están prestando a través de la venta al por mayor en los mercados monetarios o usándolos para comprar participaciones en los bancos o propiedad en países fuertemente dependientes del petróleo.
Un sistema de suministro energético es sólo sostenible si la gente que compra energía este año puede, de alguna manera, directa o indirectamente, ganar de nuevo la cantidad que pagaron a los productores para que puedan comprar energía de nuevo el año siguiente. Esto no está ocurriendo. El dinero en que los productores de petróleo invierten, dicen, un banco americano o británico necesita una inyección de capital que no es gastada de nuevo en los paquetes salariales de la población. En su lugar, junto con el dinero pasado a través de los mayores mercados financieros, es prestado de nuevo a los consumidores y, por poco tiempo, les facilita continuar comprando combustible.
Pero hay un límite en la cantidad de personas que pueden afrontar pedir prestado y cuando este límite es alcanzado este sistema de reciclaje de dinero se quiebra. Además, siendo incapaz de comprar tanta energía, la gente tiene menos para gastar en todo lo demás también.
Las ventas se frenan y los proyectos de inversión, que están usualmente hambrientos de energía, se secan. El desempleo crece, contribuyendo a la caída en la demanda de energía. Los precios de la energía caen de forma aguda. Es por tanto en el interés de los productores de combustible y en sus clientes encontrar una forma de reciclar la renta de escasez para la población.
Una forma posible de hacer esto ha sido desarrollada por una organización en la que trabajo (3) Feasta (Foundation for the Economics of Sustainability), Fundación para la Economía Sostenible, con sede en Dublín. Es llamada “Cap and Share” (Tapa y Comparte) (4) y tiene la ventaja de que podría también dar un marco para un tratado global del clima.
De forma resumida, una agencia mundial de la energía recortaría las emisiones globales de gases invernadero más rápido que la reducción de la producción de petróleo mundial. Haría esto al emitir permisos cada año para el tonelaje de emisiones de CO2 que haya decidido permitir que sean emitidos. Los permisos serían compartidos igualmente por cada adulto del planeta.
En el primer año, cada uno de nosotros obtendría un certificado de cerca de cuatro toneladas que vendería a un banco o a una oficina de correo. Estos intermediarios financieros los venderían a los productores de combustibles fósiles que necesitarían comprar suficientes para cubrir las emisiones de los combustibles que intentan vender.
Hacer los permisos más escasos que el suministro de combustible significa que los que los que venden capturan una parte de la renta de escasez en lugar de ver como se va a los productores de combustible. La gente en los lugares más pobres y que usan menos energía del mundo saldrían muy bien parados, incluso después de que hayan pagado los costes más altos de combustible y comida. Por el contrario, aquellos que vivan en una forma de gasto intensivo de energía descubrirían que tendrían que pagar por el privilegio ya que el ingreso de la venta de sus permisos de emisiones no cubriría los costes extras.
Esencialmente, Cap and Share es una forma de extender los beneficios de usar el suministro limitado de combustible fósil que está disponible o que nos permitimos a nosotros mismos quemar. Las ideas sobre que es justo y realista difieren por supuesto de mucha gente que opina que cap and share es una utopía sin esperanza. Pero cuando el 80% de la energía mundial es usada por el 20% de la población mundial, la mayoría del mundo se beneficiaría financieramente si fuera introducido.
Es más, todos ganaríamos, ya que rectificaríamos una falla seria en el sistema monetario global y si la tapa insertada fuera suficientemente fuerte, nos salvaría de provocar un cambio climático irreversible. ¿Tiene alguien una idea mejor?
Referencias:
(1) http://www.guardian.co.uk/business/2008/jul/31/centricabusiness.gas
(2) http://afp.google.com/article/ALeqM5hv5NYWv5MbU298eR5DnMQVll0ssg
(3) http://www.feasta.org/
(4) http://www.capandshare.org/howitworks.html
Artículo original:
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/aug/26/energy.climatechange