Sobre reducciones y comercio de carbono

Traducido por Félix Nieto para Globalízate, 26/07/2008

George Monbiot en The Guardian (26/07/08)

Los, aparentemente, objetivos radicales de reducción de gases de efecto invernadero del gobierno británico serán inútiles debido a los métodos estadísticos y a las exportaciones de emisiones.

Llevo dos años preocupado por un misterio. Aunque los Laboristas parece que han hecho todo lo posible para dejar de gobernar, existe una posibilidad de que puedan formar otro gobierno de aquí a 2050. Esto significa que su política sobre el clima, que se convertirá en ley en otoño, volverá para perseguirlos. A pesar de sus evidentes carencias, esta legislación es radical y sin precedentes. Impone una obligación legal en los futuros gobiernos para que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono al menos un 60% para 2050, con objetivos obligatorios cada cinco años.

El gobierno tiene algunas políticas climáticas buenas. También tiene algunas desastrosas, que parecen obligar al Reino Unido a unas grandes emisiones en todo el periodo que cubre la futura ley. Un futuro gobierno laborista se encontraría atrapado por sus propias políticas actuales. Seguramente, no estarán tan locos en ponerse una trampa a ellos mismos.

Sólo una política parece que condena a los futuros gobiernos a los juzgados: la planeada duplicación de la capacidad de los aeropuertos británicos para 2030. Utilizando las proyecciones del Ministerio de Transporte, calculo que para 2050 los aviones sumaran el 91% de todas las emisiones que el país podrá producir. Bajo las cifras menos optimistas publicadas por Defra, el ministerio de medioambiente, la proporción aumenta hasta un 258% (1).

Hasta ahora esto no ha sido un problema: el gobierno se ha negado a incluir la contaminación de las aeronaves en el objetivo para 2050. Pero trs una revisión en la Cámara de los Lores, el borrador de la ley impone una tarea al gobierno, la incluye o deberá explicar al Parlamento porque no lo ha hecho en un plazo de cinco años (2). El gobierno dice que no seria posible añadir estos gases porque “en la ausencia de una metodología internacional consensuada”, nadie sabría como calcular la proporción de la contaminación que nos correspondería (3).

Un problema muy difícil de resolver, ¿verdad? Si tú fueses el gobierno y supieses que el 67% de los pasajeros utilizando los aeropuertos británicos son residentes en este país (4), ¿podrías calcular la proporción de las emisiones que nos corresponderían? ¿No? Yo tampoco. No sabría por donde comenzar. Esta excusa tan ridícula no puede durar mucho más tiempo. Tarde o temprano las emisiones de los aviones tendrán que ser incluidas. Incluye el programa de construcción de carreteras y su intención de aprobar nuevas centrales eléctricas utilizando carbón y te darás cuenta que tienen un problema.

El único factor que está consiguiendo mantener las emisiones es el precio de la energía. Cayeron un 2% el año pasado y el gobierno admitió que eso “se puede explicar en gran medida por la relatividad de los precios.” (5) En otras palabras, otra vez es mas barato quemar gas que quemar carbón en las centrales térmicas, mientras el coste del petróleo ha hecho que la gente conduzca menos. La reducción del 2% significa que la cantidad del país es ahora 0,8% menor que el que era en 1997 (6). EL gobierno puede decir que ha reducido sus emisiones un 16% desde 1990 solo por las reducciones accidentales producidas durante el apoyo hacia el gas bajo gobierno conservador y la gran reducción en metano y oxido nitroso de los vertederos y la industria. Ninguno de ellos puede ser repetido.

Pero esto ni siquiera comienza a describir el problema del gobierno. Su nuevo informe sobre cambio climático contiene una cifra aterradora. Es expresada de una manera tan peculiar que tienes que realizar unas cuantas operaciones para descubrir lo que significa. El informe presume que incluso cuando se tienen en cuenta las emisiones en países que exporten productos al Reino Unido, “La reducción anual total de gases de efecto invernadero en el Reino Unido desde 1990 fue de unas 240 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2eq) menos si se hubiese seguido con una política de business as usual” (7) El gobierno dice que “business as usual” hubiese conducido aun aumento del 40% en las emisiones desde 1990. Esto nos da una cifra de 1079MtCO2eq (8). Resta 240 de los 1079 y te quedan 839, o 187 MtCO2eq sobre las emisiones actuales (9). Esto quiere decir que en lugar de haberse reducido un 16% desde 1990, como insiste el gobierno, los gases con efecto invernadero de los que es responsable el Reino Unido han aumentado un 9%.

Cuando acabe con la suma me senté durante un buen rato. El programa para el cambio climático del Reino Unido está basado en un objeto estadístico en su totalidad. La única razón por la que nuestra contaminación parece haber disminuido es por que hemos dejado fuera nuestras emisiones. Una suma justa de nuestras emisiones de carbono deberían incluir aquellas que importamos menos las que exportamos: un equilibrio que solo puede ir a peor en una economía post-industrial.

Entonces, ¿cómo reconcilia el gobierno sus políticas energéticas con las incertidumbres políticas futuras? Bien, el misterio finalmente se ha resuelto. La clave del rompecabezas se encuentra en una nota de un informe menor que acaba de ser publicada por Defra. Explica que, durante las últimas fases de la ley “quitado el limite que cuantifica el uso de los créditos de comercio internacionales para cumplir con los objetivos del Reino Unido” (10). Lo que quiere decir que podremos comprar toda la reducción a otros países.

Dado que estamos dejando fuera algunos de nuestros gases de efecto invernadero, podrías pensar que tendría sentido dejar fuera también nuestras reducciones de carbono. Pero hay tres problemas. El primero es que estamos exportando emisiones que son difíciles de cuantificar e importamos por medio del comercio de carbono, las reducciones más fáciles y baratas.

El segundo es que mientras que las emisiones que exportamos son ciertas y verificables, las reducciones que compramos por medio del comercio de emisiones a menudo son fraudulentas. Por ejemplo, como el escritor Oliver Tickell muestra, el 96% de los créditos de carbono de la construcción de presas hidroeléctricas fueron adjudicados después de que comenzase la construcción: las presas podían haber sido construidas sin el mercado de carbono por lo que no se hubiesen obtenido reducciones adicionales (11). Un 30% de todos los créditos de carbono provienen de la venta de reducciones de trifluorometano de compañías de China e India que fabrican gases refrigerantes. Muchas de ellas siguen produciendo estos contaminantes ya que ganan mucho más dinero al limpiarlo: el Mercado de carbono les paga 47 veces más por esas reducciones que lo que cuesta eliminar el gas (12).

Detrás de estos problemas se esconde uno mucho más grande, que es imposible de resolver matemáticamente. Puedes comerciar tu salida de los problemas cuando las reducciones que intentas obtener son pequeñas. Pero cuando la reducción global necesaria para evitar un aumento de 2º C es 60 o 80 o del 90%, entonces todas las naciones ricas deben reducir sus emisiones más o menos en la misma cantidad. De lo contrario la mitad del mundo tendría que comprar créditos equivalentes al 180% de las emisiones producidas por la otra mitad.

El gobierno tendrá que imponer algún tipo de tope en el comercio de carbono. Pero apuesto a que este tope será lo suficientemente alto para cubrir cualquier fallo en las políticas domésticas, aprovechando que son medidos por los métodos fijados que usan los funcionarios. Esto significa que los futuros gobiernos no tendrán un incentivo legal para cambiar sus políticas energéticas. La provisión del comercio de carbono torpedea los contenidos útiles de la ley.

Pero al menos el misterio ha quedado resuelto, y ya no me quitará el sueño por las noches. Ahora me puedo centrar en las verdaderas pesadillas.

By George Monbiot. Published in the Guardian 24th July 2008
Don't be fooled by the climate change bill. Carbon trading torpedoes it
The rigged statistics and exported emissions will render worthless the apparently radical targets Labour is now setting
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/jul/24/climatechange.carbonemissions

Referencias:

1. The calculations are explained here: http://www.monbiot.com/archives/2006/12/19/preparing-for-take-off/

2. Draft Climate Change Bill, as amended in public bill committee, part 29. http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200708/cmbills/129/08129.11-17.html#D002b

3. Defra, 15th July 2008. Climate Change Bill: Update following House of Commons Committee Stage. http://www.defra.gov.uk/environment/climatechange/uk/legislation/pdf/080715-CC-Billupdate.pdf

4. Sally Cairns and Carey Newson, September 2006. Predict and Decide: aviation, climate change and UK policy. Environmental Change Institute, University of Oxford, p8.
http://www.eci.ox.ac.uk/research/energy/downloads/predictanddecide.pdf

5. Defra, July 2008. UK Climate Change Programme. Annual Report to Parliament, July 2008, p17. http://www.defra.gov.uk/environment/climatechange/uk/ukccp/pdf/ukccp-ann-report-july08.pdf

6. The figure for 1997 was 548.1MtCO2. The provisional figure for 2007 is 543.7 MtCO2. See Table 2, Defra, July 2008, ibid.

7. Defra, July 2008. UK Climate Change Programme. Annual Report to Parliament, July 2008, p18. http://www.defra.gov.uk/environment/climatechange/uk/ukccp/pdf/ukccp-ann-report-july08.pdf

8. The 1990 figure was 770.8MtCO2eq. Table 2, Defra, July 2008, ibid.

9. The latest figure (2006) for all ggs is 652.3 MtCO2eq. Table 2, Defra, July 2008, ibid.

10. Defra, 15th July 2008, ibid.

11. Oliver Tickell, forthcoming. Kyoto2: how to manage the global greenhouse. Zed Books, London.

12. ibid.

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