El parlamento europeo rechaza estabilizar los precios del mercado de emisión de CO2

Glauka para Globalízate, 18/04/2013

 "El clima no es un lujo que podamos dejar para más adelante" ha declarado la comisaria europea de Cambio Climático, tras el rechazo del parlamento europeo a estabilizar los precios del mercado de emisiones de CO2.

El martes 16 de abril, se votaba en el Parlamento Europeo la propuesta de la comisaria europea de cambio climático, Connie Hedegaard, de retrasar la subasta de las nuevas cuotas de emisión de CO2 previstas para el periodo de 2013-2015, hasta el periodo 2019-2020, debido al desplome del precio en el mercado europeo de emisiones.

Los diputados conservadores y liberales, rechazaron por un estrecho margen (334 votos en contra frente a 315 a favor y 63 abstenciones) la propuesta, alegando la libertad de mercado, y el posible perjuicio a la industria europea, priorizando así, los intereses de la industria, sobre los intereses de los ciudadanos y la lucha contra el cambio climático.

Y es que el precio de las cuotas de emisión de CO2, que están obligadas a pagar las empresas europeas como resultado de sus actividades, ha pasado de casi 30 euros por tonelada de CO2 en 2008 a 5 euros en 2013, con una caída del precio por debajo de los 3 euros tras el rechazo del martes del parlamento europeo a la propuesta, lo que pone en serio peligro la estabilidad del sistema de compraventa de derechos de CO2, emblema de la Unión Europea de lucha contra el cambio climático.

Esta bajada en los precios, debida al superávit de cuotas de emisión de CO2, es el resultado del exceso de derechos de emisión que se concedió inicialmente a la industria europea, y que con los años de recesión y la bajada en la actividad industrial en la eurozona, se ha traducido en un desplome de los precios, de tal manera que el mercado, que se diseñó para funcionar con un precio de entre 25 a 30 euros por tonelada emitida de CO2, está funcionando con un precio actual que está por debajo de 3 euros.

El desplome de los precios en el mercado de emisiones implica que las empresas europeas que más contaminan, paguen cada vez menos por los derechos de emisión, desincentivando a dichas empresas a realizar las inversiones en tecnologías de baja contaminación tan necesarias para frenar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Con los precios por los suelos, interesa más pagar por el derecho de emisión, que realizar inversiones tecnológicas y contaminar cada vez menos, rompiendo la filosofía con la que fue concebido el sistema de compraventa de derechos de CO2.

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