Los árboles de la cuenca amazónica hacen economías frente a la sequía

Eduardo Velázquez para Globalízate, 23/05/2015

Uno de los principales efectos del cambio climático a nivel global es el aumento de la frecuencia y la magnitud de las sequías. Se trata de un grave problema no sólo en zonas de clima semiárido o Mediterráneo, en donde los organismos están más o menos acostumbrados a este tipo de fenómenos, sí no también aquellas áreas en las que hasta hace poco casi nunca había habido un periodo anual de escasez de agua. Una de las mismas es la cuenca amazónica, de clima tropical húmedo. En 2005 y 2010 la cuenca amazónica experimentó dos fuertes sequías asociadas probablemente con el cambio climático. En ambas se produjo un hecho bastante curioso, el crecimiento de los árboles apenas disminuía, sin embargo, se reducía enormemente la fijación de carbono atmosférico a consecuencia de dicho crecimiento. También se producía una gran mortalidad de árboles a los pocos años de la sequía. El impacto de las sequías de 2005 y 2010 en la capacidad de fijación de CO2 atmosférico por parte del bosque tropical húmedo de la cuenca amazónica se había evaluado hasta el momento con modelos de meteorología regional o local, pero no se había estudiado con datos medidos directamente en los bosques de la región.

En un artículo publicado hace dos meses en la revista Nature (1) un grupo de investigadores británicos y brasileños ha dado a conocer los resultados de un estudio llevado a cabo a lo largo de los últimos diez años en las 30 parcelas forestales de la red RAINFOR, que se distribuyen por toda la cuenca amazónica. Los resultados de este trabajo muestran, efectivamente, que la producción primaria neta, es decir, la cantidad de biomasa generada por los árboles debido a su crecimiento, permaneció inalterable a lo largo de las dos sequías. Sin embargo, la respiración autotrófica, es decir, la capacidad de sintetizar biomasa a partir de la luz y del CO2 presente en la atmósfera, disminuyó enormemente en tallos y raíces. No sólo eso, si no que hasta un año después de la sequía los árboles sintetizaban más carbono en las copas y menos en las raíces. Estos resultados pueden explicar el patrón anteriormente mencionado de bajo crecimiento y aumento de la mortalidad observado tras las sequías. La escasez de agua compromete la capacidad fotosintética de los árboles, que utilizan sus reservas para seguir creciendo, aunque sea a un menor ritmo, mientras descuidan las funciones básicas de mantenimiento y defensa. Los árboles del bosque tropical húmedo localizan la poca biomasa que pueden sintetizar en las copas, sufriendo un debilitamiento de sus estructuras que los hace más vulnerables frente a incendios, plagas y enfermedades. Por ello aumenta su mortalidad.

Los resultados de este trabajo muestran que no podemos tomarnos a la ligera el efecto de la sequía en el bosque amazónico con la excusa de que el crecimiento de los árboles no se ve tan afectado como cabría suponer, como han asegurado algunos autores. El efecto de la sequía en las funciones básicas de los organismos vegetales es complejo y debe ser estudiado de una forma integral, sin perder de vista que pueden estar pasando muchas, muchas cosas, bajo las copas de los árboles.

(1) Christopher E. Doughty, D. B. Metcalfe, C. A. J. Girardin, F. Farfán Amézquita, D. Galiano Cabrera, W. Huaraca Huasco, J. E. Silva-Espejo, A. Araujo-Murakami, M. C. da Costa, W. Rocha, T. R. Feldpausch, A. L. M. Mendoza, A. C. L. da Costa, P. Meir, O. L. Phillips y Y. Malhi. Drought impact on forest carbon dynamics and fluxes in Amazonia. Nature 519: 78-82.

 

 

 

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