Europa Central amaneció bajo las aguas

Eduardo Velázquez para Globalízate, 15/06/2013

Tras casi siete días de intensa y prolongada lluvia, el pasado lunes 9 de Junio Europa Central amaneció bajo las aguas. La práctica totalidad de los ríos que recorren el centro, el sur y el este de Alemania, el noroeste de Austria, la República Checa y el oeste de Polonia se habían desbordado. En muchas ciudades, la gente se había despertado a media noche con las sirenas de los coches de bomberos y el ajetreo de los equipos de protección civil. Y la semana que siguió no fue una semana normal. Los trenes, normalmente puntuales, sufrían retrasos de hasta dos horas, y caso de que salieran finalmente sorprendían a los viajeros con recorridos extraños para evitar las zonas inundadas. En muchas localidades hubo que suspender los transportes escolares y los estudiantes disfrutaron de unas cortas e improvisadas vacaciones. En algunas empresas y los trabajadores recibieron avisos para tomarse el día libre, y en otras, así como en muchos Ayuntamientos, se organizaron brigadas de voluntarios.

En muchas de estas brigadas, sorprendentemente, uno no trabajaba directamente en las zonas inundadas sino en las áreas aledañas, principalmente haciendo sacos de arena. Sólo era posible ver el agua en el camino de ida, tras algún puente fluvial acordonado por la policía y en el que era obligatorio reducir la velocidad por motivos de seguridad. O en el viaje de vuelta, al parar en alguno de los pueblos afectados. Es extraña el agua de inundación, no se parece a la de un río porque fluye libre por llanuras y calles, haciendo extraños remolinos, arrastrando en su seno botellas vacías, bolsas de plástico, restos de madera e innumerables restos animales y vegetales. El agua de inundación lleva también gasolina de vehículos tiene un extraño olor a sopa fría.

El incremento de las temperaturas en Europa a consecuencia del cambio climático antropogénico va a seguir intensificando el ciclo hidrológico, dando lugar a inundaciones más frecuentes e intensas durante las próximas décadas. Ello ocurrirá en todo el continente, pero especialmente en sus regiones centrales. Los ciudadanos de Alemania, Austria, República Checa, Polonia, Holanda y Dinamarca entre otras naciones, lo saben, y están preparándose para ello. Entre otras cosas porque los daños materiales ocasionados por las inundaciones suponen dos terceras partes de los daños ocasionados por los desastres naturales en toda Europa.

¿Cómo podemos evitar las inundaciones, o al menos reducir el impacto de las mismas? La Agencia Europea de Medio Ambiente, con sede en Copenhague, ha publicado abundantes informes y documentación al respecto (1,2,3). Según estos, las inundaciones pueden combatirse con medidas "grises" de tipo tecnológico, medidas "verdes" basadas

en la gestión de los sistemas naturales, y medidas "blandas" basadas en cambios legislativos relativos fundamentalmente a la planificación territorial. Y todas ellas son importantes.

Por ejemplo, una medida "verde" muy común en muchos estados miembros es la de "Dejar un espacio al río". Un río no es sólo agua que fluye, si no que posee un lecho formado por distintos tipos de materiales naturales (arenas, gravas, rocas) o artificiales (cemento), unos márgenes, una llanura de inundación, infraestructuras adyacentes como canales y diques... etc. La adecuada gestión de todos estos elementos no evita una inundación por sí sola pero puede ser decisiva para disminuir la intensidad de la misma una vez que se produce. De hecho, la canalización artificial de muchos cursos de agua y la destrucción de sus llanuras de inundación ha incrementado el riesgo de inundación en muchas cuencas hidrológicas del continente. Por otra parte, en los estados federales alemanes de Sajonia y Sajonia-Anhalt, particularmente afectados por las inundaciones durante las últimas semanas, estás han resultado catastróficas en algunas localidades situadas a varios kilómetros de distancia del río Mulde, como Eilenburg, pero no tanto en las ciudades ribereñas del Elba como Dresde o Wittemberg. La primera de ellas, atravesada por el río, cuenta con importantes infraestructuras de canalización y drenaje, la segunda, situada a varios cientos de metros del mismo, se alza unos metros por encima de una llanura de inundación amplia y bien gestionada, con diques y sin apenas construcciones humanas.

También es importante tener en cuenta la capacidad que tienen los núcleos urbanos de drenar o aliviar el agua de inundación. Es lo que se conoce como el "sellado". Así, un problema complejo y persistente tras una inundación es la entrada de agua en los sótanos de las viviendas, que puede incluso ocasionar importantes daños estructurales. Varios días después de que el agua se haya retirado de las calles en una ciudad inundada sigue escuchándose el "runrún" monótono de las bombas que sacan el agua de los sótanos. De acuerdo a un mapa recientemente elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (3), París, Tesalónica, Barcelona y Bucarest poseen los mayores "sellados" de Europa, y muchas ciudades británicas los menores.

A nivel europeo también hay abundante legislación  sobre inundaciones. Según la directiva de inundaciones, los estados miembros de la unión deben establecer mapas de riesgo para este tipo de catástrofes hasta 2013 y desarrollar planes de prevención, protección y preparación frente a las mismas para el 2015. En Abril de este año, por otra parte, se aprobó la Estrategia Europea de Adaptación al Cambio Climático (4), que recoge diversas medidas a tener en cuenta para reducir el riesgo de inundaciones catastróficas.

Las recientes inundaciones en Europa Central han demostrado la efectividad de los distintos cuerpos públicos (bomberos, protección civil, ejército, policía) y la enorme solidaridad ciudadana para hacer frente a situaciones de este tipo, sino también la necesaria adaptación de los países del continente a un clima cada vez más inestable e imprevisible.

Para saber más

(1) Flood risk in Europe: the long-term overlook.

http://www.eea.europa.eu/highlights/flood-risk-in-europe-2013

(2) European water resources in the context of vulnerability

http://www.eea.europa.eu/highlights/publications/water-resources-and-vulnerability

(3) Climate change and flood risk in European cities

http://www.eea.europa.eu/highlights/flood-risk-in-europe-2013/climate-change-and-flood-risk

(4) Europe must adapt to stay ahead of a changing climate

http://www.eea.europa.eu/highlights/pressroom/newsreleases/europe-must-adapt-to-stay

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