Secuestro de carbono y bosques boreales, nuevas averiguaciones

Eduardo Velázquez para Globalízate, 01/06/2008

Los bosques boreales suponen un elevado porcentaje de la superficie forestal del planeta y contribuyen enormemente al secuestro de Carbono atmosférico. Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo en el norte de Suecia y publicado en la revista Science este mismo mes demuestra que el papel de los bosques boreales como sumideros de Carbono puede no ser tan importante como se creía.

Llamamos “bosques boreales” a los bosques que se extienden en el hemisferio norte, en torno al círculo polar ártico, en amplias regiones de Escandinavia, Rusia, Canadá y EEUU (Alaska). Aunque no sean tan mencionados en los medios de comunicación y tan conocidos por el público en general como, por ejemplo, la selva tropical, los bosques boreales ocupan un elevado porcentaje de la superficie terrestre y tienen una importancia vital en la regulación del clima de nuestro planeta.

Los bosques boreales constituyen un importante sumidero de Carbono, y no sólo por las enormes cantidades de biomasa vegetal (materia viva que forma parte de las plantas) que acumulan. El culpable de todo ello es el fuego. Si algo caracteriza a las latitudes boreales es la dilatada duración de los días de verano y la corta duración de los días de invierno. Los bosques extensos bosques allí existentes condicionan su ciclo vital a este hecho, desarrollando la mayor parte de su crecimiento y su reproducción durante los largos días del verano. Durante esta época, la existencia de una abundante materia vegetal, el tiempo más seco y soleado, y los fuertes vientos, ocasionan abundantes incendios que se propagan rápidamente. Estos incendios emiten Carbono a la atmósfera en forma de CO2, pero también contribuyen a la transformación de buena parte de la madera en carbón vegetal altamente resistente al ataque de las bacterias y que puede persistir en el suelo de los bosques boreales durante miles de años. Esto, hace que, a pesar de la emisión de CO2 que suponen los incendios, los bosques boreales contribuyan enormemente al “secuestro” del CO2 liberado a la atmósfera a consecuencia de la actividad humana (1).

Pues bien, un estudio llevado a cabo en el norte de Suecia y publicado este mismo mes en la revista Science demuestra que los bosques boreales podrían no estar secuestrando tanto carbono como pensamos (2). Esto ocurre, sencillamente, porque el carbón vegetal que originan los incendios y del que hablábamos en el párrafo anterior no es tan “inerte” biológicamente hablando. La influencia del carbón vegetal en la descomposición de la materia orgánica del suelo en los bosques boreales es un fenómeno poco estudiado. Para saber algo más sobre este tema, un equipo de científicos de la Universidad de Umeå (Suecia), decidió llevar a cabo un sencillo experimento. En este, en tres localidades diferentes, enterraron en medio del bosque bolsas biodegradables con materia orgánica pura recogida de los bosques, carbón vegetal puro creado artificialmente, y una mezcla de ambos. Al cabo de diez años recogieron las bolsas y cuantificaron las pérdidas (o ganancias) de Carbono en todas ellas. Pues bien, lo que han encontrado es que las pérdidas de carbono han sido mucho mayores en las bolsas en las que mezclaron carbón y materia orgánica que en las que metieron estos componentes de forma separada. No sólo eso, sino que estas pérdidas se deben a que el carbón vegetal en contacto con la materia orgánica del suelo fomenta la pérdida de carbono en esta última.

¿Que significa esto? Pues, básicamente, que allá donde el carbón vegetal originado por los incendios coexista con la materia orgánica del suelo, es decir, en la mayor parte de la superficie de los bosques boreales, las pérdidas de Carbono de esta última van a ser mayores. El Carbono contenido en la materia orgánica va a ser más fácilmente convertible en CO2 en contacto con el carbón vegetal, por tanto, el “secuestro” de carbono general de los bosques boreales puede no ser tan grande como se pensaba. Los resultados de este trabajo tienen una enorme importancia en la medida en que ayudan a reevaluar la capacidad potencial de secuestro de carbono atmosférico de los bosques boreales, básica para la definir políticas coherentes frente al cambio climático.

(1) Lehman J. 2007. Nature 447: 143.

(2) Wardle D.A., Nilsson M-C. y Zackrisson O. 2008. Fire-derived charcoal causes loss of forest humus. Science 320 (5876): 629.

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