Encuadre y retos del decrecimiento

Luis Ángel López de Diego, miembro de la red informal GÜECO, 17/01/2009

RESUMEN: Se postula inicialmente el lugar que ocupa la teoría del decrecimiento dentro del paradigma dominante capitalista. La teoría del decrecimiento no entra en confrontación con los planteamientos básicos de la actual alternativa de desarrollo sostenible. Existen dos posibles opciones: Una es la perspectiva ecotecnocrática (modernización ecológica), en la cual se confía en que los desajuste (ambientales) del sistema sean corregidos por el propio sistema. Otra es la perspectiva del cambio de paradigma, reflexionando sobre la necesidad o no de llegar al decrecimiento económico como única alternativa para abordar los amenazantes desajustes ambientales. Si el nuevo paradigma se consolida al menos en el debate, se plantean dos retos inexcusables: 1. La deuda ecológica contraída por Occidente para con los países subdesarrollados y en vías de desarrollo. 2. El papel que tienen que jugar los grupos ecologistas desde Europa para contribuir a este cambio. El artículo concluye planteando hitos para este proceso: adopción de criterios de escala, reformulación de los sistemas de transporte y de su papel, coordinación interterritorial necesaria.

El marco inicial de un hipotético decrecimiento debiéramos encontrarlo en la idea de desarrollo sostenible, que tiene por definición satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades (Principio Tercero de la Declaración de Río, http://www.un.org/documents/ga/res/42/ares42-187.htm ).

La primera reflexión debe estar dirigida a la toma de conciencia del actual paradigma dominante, que, en términos económicos, se orienta inequívocamente al paradigma del crecimiento (jugando con las palabras es usual encontrarnos el sofisma de hablar de crecimiento sostenido por su aparente afinidad a la idea de desarrollo sostenible, siendo en realidad ideas antagónicas).

Dentro del paradigma actual de crecimiento continuo y económico, los desacoples sistémicos, que se pueden formular desde las posiciones socioecológicas clásicas de la degradación ambiental hasta la formulación de la sociedad del Riesgo Global (Beck, 1998) se pueden abordar desde, principalmente, dos perspectivas:

- La perspectiva ecotecnocrática, consistente en la creencia de que los desajustes medioambientales producidos por un determinado sistema tecnológico pueden ser subsanados desde reajustes efectuados por el propio sistema, lo que en términos llanos supondría que los problemas ambientales generados por el industrialismo capitalista pueden ser corregidos mediante nueva tecnología generada por el propio sistema capitalista. Una de las más recientes formulaciones de la idea es la teoría de la modernización ecológica (Spaargaren, 1997)

- La perspectiva del cambio de paradigma. Este cambio se puede acometer desde diversos grados. Incluida en esta perspectiva, la teoría del decrecimiento no debiera ser incompatible con los principios planteados por el desarrollo sostenible, la pregunta lógica que definiría el estado inicial es plantearnos el grado de necesariedad del decrecimiento. ¿Es necesario llegar a decrecer en términos económicos para cumplir los requisitos expuestos en la idea de sostenibilidad? La historia de la humanidad es una historia ligada a la economía en cuanto escasez (de tiempo, de recursos...), desde la lógica, perpetuar un sistema basado en un crecimiento económico constantemente creciente despierta, cuanto menos, resquemores abriéndose dos posibilidades: a) que unos (países) crezcan a costa de otros, b) que, sin excluir la anterior opción, el sistema se acabe colapsando en algún nivel. La pregunta es por tanto interesante: ¿es necesario invertir la tendencia de un crecimiento continuo? ¿Es necesario llegar a decrecer? La problemática es clara y deja poco lugar a dudas, el sistema económico actual está basado en elevados niveles de consumo, y los niveles de consumo entran en discordia con los recursos disponibles del planeta (son interesante indicadores como el de huella ecológica http://es.wikipedia.org/wiki/Huella_ecol%C3%B3gica-).

El debate inicial debe determinar qué opción es más viable, desmontando prejuicios y estableciendo líneas claras. La teoría del decrecimiento no es conceptualmente nueva, tiene múltiples antecedentes (por ejemplo Chernishevski y su teoría de la marcha atrás) pero se sitúa desde la actualidad y debe erigirse como una propuesta articulada y viable. Para ello tendrá que acometer retos iniciales, entre los cuales se pueden encontrar los siguientes:

-El concepto de deuda ecológica (http://www.deudaecologica.org), el papel que adquirirán los países subdesarrollados y nuevas economías emergentes, discriminadas histórica y ecológicamente, para con las cuales, los países desarrollados deberían adquirir compromisos de responsabilidad, por el agravio histórico establecido. No funciona el doble rasero de exigir la conservación de recursos ecológicos (caso del Amazonas) cuando nuestro desarrollo ha podido culminarse a costa de esquilmar nuestros propios recursos, y sin entrar en la rigidez del actual sistema económico mundial que empuja a los países menos favorecidos al monocultivo y a otras atrofias ecológicas.

- El papel que deberán adquirir los grupos ecologistas (y otros grupos o instituciones) en la defensa y difusión de la teoría del decrecimiento. Adquirir (si procede) el decrecimiento como “nuevo” discurso y como paradigma alternativo. Promover una estrategia basada en la acción local y en la presión global. Fortalecer las estructuras de redes sociales en todos los niveles.

Asumir un nuevo paradigma supone transmitir en toda la amplitud posible el nuevo modelo propuesto, su origen, su justificación, sus fortalezas y debilidades, su operatividad, su estrategia de ejecución, los ejemplos observables, etc.

Por último apuntar hitos del decrecimiento económico:

- Su éxito estará basado en la correcta gestión de las escalas de actuación, el éxito dependerá tanto de factores locales como globales

- El transporte y la movilidad tienen que redefinir su papel y asumir la necesidad de una nueva formulación (la importación masiva de productos de países lejanos acarrea un impacto ecológico reseñable, y en ocasiones sólo apreciables en estudios de ciclo de vida (LCA).

- Operativizar esta teoría supone una coordinación a nivel mundial que se prevé complicada, aun cuando se entienda como necesario la adquisición de un nuevo paradigma (dilema del prisionero).

Artículo original:

http://es.groups.yahoo.com/group/grupogueco/lopezdediego@msn.com

Referencias:

BECK, U., World Risk Society, Polity Press, Cambridge, 1998

BUTTEL, F.H., “New directions in environmental sociology”, Annual review of sociology, n.12, pp. 465-488.

CHERNISEVSKI, N.G., ¿Qué hacer?, Ediciones Jucar, Madrid, 1984

SPAARGAREN, G., “Sociology, environment and modernity. Ecological modernization as a theory of social change”, Society and Natural Resoruces, n. 5 (1992), pp. 323-344

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