Los pobres son personas; la pobreza, un éxito del Sistema
Señor Pérez para Globalízate, 12/09/2010Debió suceder en un pasado remoto, porque recuerdo que al hablarme tenía esa maravillosa sonrisa de la adolescencia y la primera juventud con la que me cautivaba, pero hace ya muchos años que la perdió. Hijo me preguntó: "¿Sabes qué ha de hacer una cebra cuando un león ataca el rebaño?”. Como suponía que iba de trampa, le contesté que lo soltara y dijo: “Correr más que otras cebras”.
Estuve un tiempo pensando en eso. De todas las ciencias se extraen datos que son útiles para el modo en que piensas la vida. Me gusta la Ecología, que él me ha ido dando a conocer; pero no confundo los ecólogos con los ecologistas, que estos los hay de su padre, de su madre y de su tío de Alcalá. A pesar de que estoy en el grupo Globalízate, que me interesa porque une ecología y anti-neoliberalismo, teniendo la coherencia de encontrar la causa de los trastornos ecológicos.
El otro día fui al centro a comprarme un par de pantalones, porque todos los tenía deshilachados por abajo y Mujer se cansó de mi aspecto. Había todo tipo de pobres, pero ¡muchos pobres! Como un reflejo de lo que pasa no aquí, sino en todo el mundo desarrollado. Que es lo que ha estado y sigue pasando, sin que le prestáramos atención, en el mundo no desarrollado.
Los pobres, tan difíciles de mirarlos, son individuos. Querríamos sacar de la pobreza a ese individuo que estamos viendo. Pero no podemos. Normalmente nuestro discurso se queda ahí y no salta al segundo paso: No serviría de nada. Lo único que habríamos hecho es ayudar a una cebra lenta, pero el león se comería otra.
La pobreza no la podemos entender si no manejamos los porcentajes visualizando su realidad. A mí siempre se me han dado bien las cifras: Hijo nos desprecia un poco a los de letras, aunque lo disimula, por eso siempre le ha sorprendido que entendiera el significado de los números. Por si acaso, me regaló un libro que os aconsejo, El hombre anumérico, que me ha venido muy bien y me ha permitido entender el porqué, por la falta de comprensión de las cifras (entre otras cosas), los problemas no tienen solución.
Hay que cambiar la mirada de las cebras a los leones. En la sabana la cosa es como debe ser: un equilibrio de vida y muerte. Pero en el mundo de los hombres, además de fijar la atención en los desastres de todo tipo, en las cebras masacradas como si dios lo hubiera ordenado, conviene que empecemos a analizar a fondo el mundo de los leones, aprender cómo actúan y forzar su ayuno. Podemos hacerlo si nos ponemos a ello. Porque la pobreza se fabrica, no es un efecto colateral del Sistema, sino su éxito: los leones trabajan para crear y aumentar al infinito la distancia que les separa de las cebras. Tenemos buenos cascos, anticipémonos a ellos y pateémosles.
Y mientras tanto, la compasión personal hacia los individuos comidos no está de más.