COMITÉ DE NEGOCIACIONES COMERCIALES

Organización Mundial del Comercio, 04/04/2010

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO (OMC)

El balance culmina con una determinación colectiva por empezar a elaborar el paquete global de Doha (04/04/10)

El 26 de marzo de 2010, el Director General Pascal Lamy dijo al Comité de Negociaciones que “aunque es sin duda decepcionante que no estemos más cerca de nuestro objetivo, no he observado el más mínimo derrotismo.” Señaló que lo que caracterizó las consultas que había mantenido durante la semana fue “el empeño de empezar a trabajar ahora para atar todos los cabos de las negociaciones y lograr un paquete global.” Se trata ahora de “eliminar las divergencias” y, parafraseando al Almirante Nelson, “la OMC espera que cada Miembro cumpla con su deber”.

Buenos días, y bienvenidos a esta reunión que reanuda el CNC [Comité de Negociaciones Comerciales].

Como anuncié el lunes en esta misma reunión, hoy quisiera empezar dándoles a conocer mi impresión general sobre las actividades realizadas durante esta semana, incluidas las consultas que he mantenido. Después de esta declaración introductoria, daré la palabra a los participantes.

Quiero darles las gracias a todos por la seriedad y el espíritu constructivo con el que ustedes y sus capitales han abordado el balance esta semana.

Para empezar diré que, aunque hemos hecho algunos progresos desde 2008, es innegable que no hemos avanzado tanto como hubiéramos querido.

Las consultas informales que he mantenido esta semana con grupos regionales, con grupos reducidos de geometría variable y con distintos Miembros han sido constructivas, francas y, sobre todo, lúcidas. Todo el mundo admite que en estos momentos no disponemos de una solución milagrosa.

No obstante, todos los Miembros con los que me he reunido me han dado a entender que nadie piensa darse por vencido. Todos mantienen su firme compromiso con el mandato de la Ronda y con su conclusión satisfactoria. Ese es el talante que he visto esta semana, y es el mensaje más importante que ustedes envían al mundo.

Naturalmente, los cínicos dirán que esto es un tapujo diplomático para no reconocer el fracaso. No estoy de acuerdo. Lo que les hace continuar es el valor que tiene el sistema para todos ustedes, como hemos constatado claramente este último año y medio durante la crisis económica mundial. El sistema multilateral de comercio ha sido un “amortiguador” de la crisis: ha impedido la caída en el proteccionismo a gran escala. Ahora puede ofrecer un marco para la recuperación, y las previsiones sobre las cifras comerciales para 2010 que daré a conocer a lo largo del día son prueba de ello. Pero para seguir siendo eficientes, las normas de 1995 tienen que actualizarse. Esto es lo que ustedes decidieron en 2001.

Aunque es sin duda decepcionante que no estemos más cerca de nuestro objetivo, no he observado el más mínimo derrotismo. Al contrario. Esta difícil tarea es una prueba para el sistema multilateral de comercio y es demasiado importante para todos nuestros pueblos, en particular para los de muchos de los países en desarrollo más pobres, como para que se nos escape de las manos. Este es probablemente el motivo por el que esta semana muchos de ustedes mostraron claramente su frustración por la lentitud con que avanzan las negociaciones.

Si tuviera que definir lo que ha caracterizado mis consultas de esta semana, diría que ha sido el empeño de empezar a trabajar ahora para atar todos los cabos de las negociaciones y lograr un paquete global.

Comenzamos la semana con una visión general de todas las esferas de negociación, su topografía, por así decirlo. Los informes de los Presidentes presentados el lunes fueron sobrios y fácticos. En ellos se identificaron los ámbitos en que se han hecho progresos y también aquellos en los que persisten las discrepancias. Ahora tenemos un claro catálogo de ellas.

La situación es más difusa en lo que respecta a la magnitud de esas discrepancias. En algunos casos, ésta se indica claramente en los informes, como ocurre con el compartimento azul en la agricultura o con la facilitación del comercio, por ejemplo. Sin embargo, la magnitud de las discrepancias está mucho menos clara en esferas como el AMNA [acceso a los mercados para los productos no agrícolas] o las subvenciones a la pesca, por nombrar sólo algunas. Inevitablemente, esta heterogeneidad hace que sea muy difícil reducir en conjunto las divergencias.

Mientras que no estén claras las diferencias y se puedan definir así las posibles transacciones, es comprensible que los negociadores sigan dudando en estudiar posibles opciones de compromiso.

En cuanto a las próximas etapas de nuestro proceso, se reconoce ampliamente que allí donde las discrepancias están claras, se necesitarán decisiones políticas para el paquete final. Del mismo modo, de las conversaciones que he mantenido se deduce que los Miembros están de acuerdo en que, en las esferas en que la magnitud de las discrepancias está menos clara, hay que continuar la labor técnica antes de pasar a consideraciones políticas. En otras palabras: creo que necesitamos una mezcla de preparativos de carácter técnico y político para empezar a definir los contornos de un paquete.

En los debates que he mantenido esta semana, las delegaciones también han destacado una serie de principios que deben orientar esas próximas etapas.

En primer lugar, la necesidad de mantener y reforzar el carácter central de la dimensión multilateral de estas negociaciones, a la vez que se reconoce que ese enfoque no puede ni debe desalentar otras vías para avanzar.

En segundo lugar, todos los Miembros están de acuerdo en que tenemos que avanzar basándonos en lo que ya hay y figura en los textos de los Presidentes. Es igualmente importante la firme voluntad de no retroceder que he percibido.

En tercer lugar, la dimensión de desarrollo sigue siendo esencial para los resultados de la Ronda.

Desde el punto de vista del proceso, es decir, la forma de abordar las diferencias de fondo que quedan, lo que he escuchado es que necesitamos seguir varias vías al mismo tiempo. Un enfoque “cóctel”, con la dosis adecuada de cada ingrediente y todo ello bien mezclado.

En primer lugar, deberíamos continuar los procesos dirigidos por los Presidentes en los Grupos de Negociación, respetando el ritmo de trabajo y el estado de madurez de las distintas cuestiones. Algunos Grupos ya tienen un calendario para las negociaciones en los próximos meses. Otros mantendrán consultas con los Miembros después de la reunión de hoy a fin de establecer un calendario adecuado para los trabajos.

En segundo lugar, con el fin de tener una visión global del conjunto de las negociaciones, tengo intención de celebrar con más frecuencia reuniones con los Grupos y reuniones del CNC para que se oiga a todos y se respeten plenamente los principios de transparencia e inclusión.

En tercer lugar, siguen siendo necesarios y esenciales los grupos más pequeños de geometría variable y los contactos bilaterales, tanto en esferas específicas como en el plano horizontal. En el curso de esta semana se ha reconocido de forma general que es más importante que nunca que pasemos a una visión más horizontal de las cuestiones, en la que se puedan hacer las vinculaciones que son necesarias entre los temas de negociación. De este modo, hallaremos las sinergias que nos permitirán llegar a un acuerdo.

Muchos han advertido que en las próximas etapas no hay que caer en la “sobreingeniería” y han abogado más bien por que se deje a los Miembros margen para negociar. Creo que esto sólo puede funcionar si los Grupos de Negociación y el CNC siguen siendo el ancla del proceso de negociación. Mi tarea será velar por que así sea.

En cuanto a la participación de los Ministros, creo que deberíamos utilizar de forma productiva las numerosas reuniones que ya se han programado, como las del Grupo de Cairns, la OCDE y el APEC, para promover y facilitar un diálogo continuo y provechoso sobre el PDD [Programa de Doha para el Desarrollo] entre los Ministros. Si resulta que se precisa una mayor participación de los Ministros, lo que han sugerido también muchos de ustedes, evaluaremos la situación cuando llegue el momento.

En las próximas semanas celebraré consultas de diverso tipo con los participantes, aquí y en las capitales, para explorar la etapa horizontal de las negociaciones. Por supuesto, los mantendré a todos informados del desarrollo de esas consultas. También será importante que los participantes dinamicen sus propias consultas en esa misma dirección. Sigo a su disposición para actuar como facilitador en lo que los Miembros consideren útil.

Así pues, en resumen, el mensaje que extraigo de esta semana de balance es de realismo y determinación. Hemos recorrido un largo camino. Aún no hemos llegado al final, pero avanzamos con firmeza, con la seguridad de que el resultado bien vale el esfuerzo.

Cuando salgamos de la sala, muchos preguntarán fuera: ¿no es esto más de lo mismo? Y, ¿cómo más de lo mismo puede producir resultados que no se han logrado nunca? Mi respuesta será la siguiente:

Sí, esto es más del mismo mandato que ustedes acordaron en 2001.

Sí, esto es y tiene que ser más de la misma determinación colectiva por cruzar la línea de meta.

Sí, esto es también más de la misma “labor multilateral”, que requiere más tiempo y es más difícil, pero que es universal. Existe también el deseo de los Miembros de ir más allá de los distintos elementos de la Ronda y establecer un paquete global que todos ustedes puedan hacer aceptar en sus países.

En conclusión, se trata ahora de “eliminar las divergencias” y, parafraseando las palabras del Almirante Nelson, “la OMC espera que cada Miembro cumpla con su deber” en los duros meses que nos esperan.

Con esto termino mi declaración de esta mañana. Ahora quisiera ceder la palabra a las delegaciones.

Noticia original: http://www.wto.org/spanish/news_s/news10_s/tnc_dg_stat_26mar10_s.htm

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