Los gráficos que nos deberían poner en alerta al ser humano

El día 12 de septiembre, el Instituto Goddard de la NASA (1) publicaba que el pasado agosto ha sido el mes más cálido globalmente registrado en 136 años. En su nota de prensa, se indicaba que en este mes normalmente comienza a notarse un enfriamiento a nivel global. Sin embargo, este año se ha mantenido al mismo nivel que julio. Esto augura que durante el invierno globalmente la temperatura probablemente se mantenga por encima de la media. El propio Gavin Schmidt, director de GISS; indicaba en Twitter que había una alta probabilidad de que 2016 sea el año más cálido.

Esto recupera una importante cuestión que había sido manipulada a la manera usual por los "escépticos" para socavar la credibilidad del Panel Internacional sobre Cambio Climático de la ONU (IPPC, siglas en inglés). Esto es, indicar que los modelos del IPCC eran un fiasco a largo plazo porque ni siquiera representaban bien los datos de la temperatura global al principio de la serie. Sin embargo, el blog RealClimate (2) ha publicado una gráfica que muestra la realidad de la gráfica y ha extrapolado la temperatura global prevista para 2016. Como podéis observar, y es ciento, que las temperaturas globales han estado por debajo del rango medio previsto en algunos momentos, pero nunca han estado fuera del rango o que no había calentamiento como pretendían hacernos creer los "escépticos". Por otro lado, si la estimación del 2016 es correcta nos encontraremos, de nuevo, por encima del rango medio.

El último gráfico es de la evolución del hielo Ártico en 2016 (3) una vez que según el National Snow and Ice Data Center ha anunciado que se ha llegado al mínimo estival el pasado 10 de septiembre. Su extensión es la segunda más baja, pendientes de los datos finales, que serán publicados en octubre. Según estos datos, se trata de su segundo nivel mínimo equiparable al del 2007 desde que existen registros de satélite hace 37 años. Aunque ha quedado lejos del record más bajo de 2012, la evolución continúa por debajo de la media entre el año 1981 y 2010. Este dato si que está por debajo del rango medio.

Desafortunadamente, una nueva mala noticia se ha sumado a estas tendencias. El Centro de la NASA en Mauna Loa que se encarga de medir la concentración de dióxido de carbono ha mostrado que éste ya no bajara de 400 partes por millón (ppm) durante nuestro tiempo de vida.  En los meses de verano en hemisferio norte, los bosques absorben dióxido de carbono y septiembre marca el mínimo anual. Cuando empieza el otoño y los bosques caducos empiezan a perder sus hojas el CO2 vuelve a ascender. Tristemente, el próximo año y en muchos siglos por llegar no bajara de 400 ppm. La simbólica marca será recordada en los libros de historia del futuro, cuando el calentamiento global haya causado estragos como un momento clave de la historia del clima de la Tierra. Incluso paralizando todas las emisiones de gases de efecto invernadero de forma inmediata, la inercia provocada por el hombre hará que el calentamiento global siga su curso en los próximos siglos.

Más positivo es que en los últimas semanas, se ha conocido el acuerdo entre EEUU, China (5) y que Brasil (6) han ratificado el acuerdo sobre cambio climático. Pienso que no es suficiente, sino que hay que ponerlo en marcha sin más demoras. La idea de George Monbiot y otros autores de que la mejor forma de no emitir más CO2 a la atmósfera es dejarlo en el suelo hay que concretarla. Claro que esto no ocurrirá si la sociedad no se moviliza. El ser humano actúa solidariamente cuando hay una gran catástrofe, pero le cuesta entender que si no actuamos ahora, la solidaridad con los pueblos que sufran los peores efectos del cambio climático no será suficiente. El tiempo se nos agota, antes de que el calentamiento global destruya la posibilidad de vivir en buenas condiciones ambientales en muchas partes del planeta.

Referencias: