Reseña sobre el libro Esto lo cambia todo de Naomi Klein
Mario Cuellar, 24/02/2016Si ya leí con mucho interés los anteriores libros de Naomi Klein "No logo" y "La doctrina del shock" cómo no iba a dejar de leer la entrega de la escritora canadiense en la que abordaba más directamente la temática del cambio climático, vista desde el punto de vista social y político. En un capítulo de "La doctrina del shock" ya se avanzó como incluso los desastres provocados por la meteorología extrema y un clima cambiante eran utilizados como un shock dramático para llevar la agenda neoliberal adelante una vez que las poblaciones habían mostrado su resistencia a las privatizaciones o a los recortes sociales. Pero en este libro, Klein va un paso más allá.
Ahora bien, no penséis que el libro sólo trata de contar lo mal que la mayoría de políticos y parte de la sociedad lo está haciendo frente al continuo incremento de gases invernadero y el correspondiente calentamiento global a medio plazo. El libro intenta dejar un mensaje optimista, en el que a pesar de que aunque ha habido algunas derrotas, la movilización global consigue importantes victorias frente a corporaciones muy poderosas, tanto económica como geolopolíticamente. Estas victorias no son hechos puntuales; llevan detrás un largo proceso y una persistencia tenaz acudiendo a todas las instituciones posibles, jurídicas incluidas y que requieren además de un gran esfuerzo económico para llevarlas adelante, además de un gran desgaste para una gran cantidad de colectivos y personas.
El argumento trata de dar la vuelta al usado por los denominados "escépticos" del cambio reunidos en entornos "neocon" de Estados Unidos y que gracias a los fondos de las petroleras consiguen extenderse por todo el mundo. Estos lobbies argumentan que el cambio climático es un invento para destruir el libre mercado, las libertades individuales y establecer una agenda supuestamente marxista. Una vez demostrado por la inmensa mayoría de los científicos del clima que el calentamiento global es real y que el hombre es el responsable de ello por sus emisiones de gases de efecto invernadero, la cuestión que hay que hacerse es ¿quién realmente priva a los ciudadanos de los derechos más fundamentales como disfrutar de la salud y de un entorno ambiental saludable? ¿Qué destruye más fácilmente las economías locales?
En su libro, narra algunos de los peores desastres provocados por la voracidad de las corporaciones del petróleo que anteponen el beneficio económico frente a los riesgos de vertidos que destruyen importantes áreas ambientales, arruinan paraísos ambientales y finalmente tienen su coste humano con el aumento de la mortandad a causa del cáncer o el incremento de abortos causados por las emisiones de algunas industrias situadas en zonas habitadas. Bien es verdad, que Naomi Klein señala que estas corporaciones tienen especial apetito por zonas indígenas, en las que son estos los que tienen que defender sus derechos, a veces en total soledad y lejos del foco mediático, cuando estas empresas deciden y (con el apoyo de algunos gobiernos) que hay que crear minas a cielo abierto o usar el "fracking" como forma de localizar más fuentes de combustibles fósiles y probablemente más sucias aún.
Otro aspecto interesante del libro es la explicación de porqué debemos abandonar la concepción de la naturaleza como un lugar únicamente de extracción de recursos que ya viene desde la creación de la máquina de vapor y empezar un proceso recíproco de atención a nuestro planeta. No es sólo quedarse en el concepto romántico de contemplar una cascada o un bosque natural, observar la fauna o asistir a la supervivencia o los ritos de cortejos de los animales en entornos hostiles como se muestra en los documentales de la BBC "El planeta helado". Se trata de tomar acciones efectivas de restauración o lo que George Monbiot llama "rewilding". Naomi Klein deja claro en su libro a través de numerosos y documentados ejemplos cómo no se puede confiar en el sector privado para resolver la crisis del clima. Estos ejemplos van desde las propuestas imaginarias de empresarios famosos como el presidente de Virgin, Richard Branson o Bill Gates apostando en algunos casos por alocadas acciones de geoingeniería. Klein cita un plan Marhsall para la Tierra financiado con dinero público.
Hay un capítulo del libro en el que Naomi Klein vincula su maternidad con el maltrato que causamos al planeta, consciente o inconscientemente. Al principio me sorprendió leer cómo cuenta sus problemas para concebir, pero el argumento se va hilando hasta convencerte que si complicamos las etapas más básicas en el nacimiento de especies de animales en el mar y sobre tierra, al final complicamos nuestra propia supervivencia en el planeta. Pone como ejemplos la disminución de especies en zonas afectadas por vertidos como el Exxon Valdez en Alaska. Estos problemas para la supervivencia de las especies no ocurren en el momento mismo del incidente, sino años después, cuando ya la prensa ha abandonado el asunto, dejando a las opiniones públicas sin el rastro certero de lo que ha ocurrido meses o años después. Únicamente lo conocemos a través de científicos y activistas que han continuado observando la naturaleza en las zonas afectadas.
Echo de menos en el libro un capítulo dedicado a los movimientos por el clima en Europa o Asia, más allá de meras referencias y quizás un mensaje de cómo sumar más fuerzas e intercambio de información entre estos movimientos y los más activos contra el fracking o la construcción de oleoductos y zonas portuarias o refinerías donde se almacenan o tratan estos recursos. Quizás lo más importante y que creo que Klein menciona de pasada es el cambio de mentalidad de las sociedades. Considero que tendría que haber ahondado más en ello. Sobre todo para hacer frente a los mensajes del tipo "estamos preocupados por el cambio climático y vamos a tomar medidas", pero transcurrido el tiempo se constata que las emisiones han seguido creciendo y se apoyan además tratados como el TTIP que pretenden liberalizar el comercio sin tener en cuenta la variable climática.
Parece que la intención de Klein en este libro es algo así como "La Metamorfosis" de Kafka, pero en sentido contrario. De algo que es feo y repelente a algo bello, cooperativo y que permanezca en el tiempo. No cabe duda de que Naomi Klein ha abierto los ojos a muchísima gente con sus libros y es de nuevo una lectura imprescindible para cualquier persona que quiera saber más sobre cómo se articula el mundo, qué fuerzas lo intentan mover en un sentido que nos podría llevar a la catástrofe y qué otras lo empujan en sentido contrario, aunque como comenta en algunos pasajes, es hora de dejar de poner únicamente resistencia y plantear alternativas al actual modelo capitalista y ahí de nuevo la escritora plantea diversos procesos que están ocurriendo en muchas partes del mundo y sobre los que es necesario difundir y profundizar si de verdad queremos tener una oportunidad para evitar los peores daños que el cambio climático podría producir si permanecemos estáticos y seguimos con el "business as usual".