A José Saramago en su último viaje
Mario Cuellar para Globalízate, 20/06/2010
La única vez que he visto en persona a José Saramago fue en la feria del libro del 2003 en el parque del Retiro de Madrid. No recuerdo el libro que me firmó, pero si lo que aconteció en esos pocos segundos que uno tiene de intercambio de palabras tras muchos minutos de espera y una cola de decenas de personas.
Le dije: “Buenas tardes, don José y empezó a garabatear el típico mensaje de “Dedico este libro a …” aunque entendió que yo me llamaba José como él y lo dedicó a un José imaginario (si lo hubiera sabido, le hubiera dado un motivo para pensar sobre una novela). Cuando vi la dedicatoria me dio tanto apuro corregirlo que simplemente le di las gracias y le comenté: “Después de leer su artículo “El factor Díos” (1) tras los atentados del 11-S, decidí apostatar y lleve mi apostasía al arzobispado de Madrid”. A lo que me respondió con una tremenda humildad: “Que responsabilidad la mía”. Le estreche la mano y me fui. En ese intercambio de palabras, pude apreciar la inmensa humanidad de Saramago, más allá de su excelente obra literaria.
Aún me falta algún libro suyo por leer, pero puedo afirmar sin temor a equivocarme que “Ensayo sobre la ceguera” es el libro que más impacto emocional me ha causado. Su brutal relato da para muchas horas de reflexión. En mis dos microrrelatos (2), mis vanos intentos por escribir las cosas que se me pasan por la cabeza, sobre todo en el titulado La Huelga (3) se pueden apreciar algunos trazos del libro de Saramago. La ceguera que propongo en este relato es la de no apreciar y valorar nuestro medio ambiente, del que dependemos totalmente.
Después vinieron La Caverna, Alzado del Suelo, Historia del cerco de Lisboa, Las intermitencia de la muerte, Todos los nombres, El año de la muerte de Ricardo Reis o El hombre duplicado. Hago propósito de leerme sus dos últimos libros El viaje del Elefante y Caín y El Evangelio según Jesucristo, más ahora que el Vaticano ha demostrado su miedo a personas como Saramago que nos hacen pensar sobre la muerte, como un suceso de la vida, la inexistencia del más allá y como algunos aprovechan este miedo. El comunicado del Vaticano acusándole de “populista extremista” (4) realza la figura de José Saramago. Ya veis, con lo que está ocurriendo en el mundo, el Vaticano preocupado por un campesino de padres analfabetos que buscó su camino como escritor.
Ahora, nos queda su recuerdo, sus libros, sus posiciones políticas, a veces discutibles, pero, por encima de todo, nos queda su humanidad.
Referencias:
(1) http://www.cuervoblanco.com/factordios.html
(2) http://www.globalizate.org/Microrrelato3_ver3.pdf
(3) http://www.globalizate.org/Microrelatos_1.pdf
(4) http://www.elcomerciodigital.com/20100619/mas-actualidad/sociedad/saramago-diario-vaticano-arremete-201006192202.html