Seguimos creciendo, pero hay que actuar
Mario Cuellar para Globalízate, 15/11/2009Cambio climático: Seguimos creciendo, pero hay que actuar
Quizás nos están poniendo las conversaciones sobre el clima al borde del colapso para que al final de la cumbre de Copenhague puedan vender un acuerdo vergonzoso como algo histórico o quizás realmente no haya ningún acuerdo y haya que esperar a que el Senado de Estados Unidos apruebe la ley Kerry Boxer (1) con unas reducciones que no son suficientes para evitar un cambio climático peligroso. La propuesta a aprobar por parte del país con las mayores emisiones de gases invernadero per capita es del 20% para 2020 tomando como referencia el año 2005 en lugar del año 1990 como hacia el protocolo de Kyoto. Como de 1990 a 2005 han aumentado las emisiones, reducir con esa referencia nos lleva a una propuesta inútil.
Ya nos hemos convencido que no tiene ningún sentido hablar de la reducción de emisiones del 83% para 2050. Aunque se cumplieran los objetivos de poner un límite a las emisiones de las 7500 centrales energéticas y a la industria, esto no evitaría que superáramos los 2ºC de aumento en la temperatura media global. Incluso la propuesta europea inicial era más fuerte, pero como contaba Naomi Klein (2) ahora viendo la actitud de EEUU podrían rebajar sus pretensiones.
En la pasada cumbre de Barcelona, el presidente del G77 (grupo de 130 países en vías de desarrollo), el sudanés Lumumba Stanislaus, comentaba (3): “No podemos aceptar la destrucción total del planeta como opción. ¿Cuánto han puesto los países ricos contra la crisis financiera? En un par de meses pusieron 1,1 billones y ahora dicen que no hay tiempo". Se refería a que no podían firmar un acuerdo de reducciones del 40% para 2020 porque sería como firmar su sentencia de muerte. No podría haber estado más atinado.
¿Qué podemos decir del papel representado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero? Como intuía que no iba a haber grandes progresos en Barcelona, no le interesó acudir a sacarse la foto y a mostrar el compromiso de España contra el cambio climático. Cosa que por otra parte, hubiera sonado a humor negro a algunos representantes de otros países, sabiendo que nuestro país es uno de los que más se ha alejado del protocolo de Kyoto en los últimos años. Se apunto diligentemente cuando Al Gore visitaba España y cuando se celebran aquí unas importantes conversaciones sobre el tema, prefirió ignorarla.
Y llegamos a la sociedad civil española. Si en medio de esta crisis económica, social y ambiental no ha habido grandes movilizaciones ciudadanas, más allá de las protagonizadas por la derecha social, política y eclesiástica, ¿cómo podemos esperar que la población se mueva por el cambio climático? Se trata de una cuestión de psicología social. Ante un problema inminente como una guerra, hambre o atentados como el del 11-M, el cerebro nos pone en alerta, por un sencillo pensamiento de supervivencia, pero ante el cambio climático, ocurren dos hechos notables:
- Hay quién niega que este ocurriendo. Unos por que es así la política informativa del medio de comunicación y otros por un autoconvencimiento psicológico.
- No se niega el hecho, pero al no ser inminente no se considera peligroso.
El problema que tenemos los activistas por el clima es hacer ver a la gente, incluso a personas que colaboran en otros movimientos sociales y de hecho, son multiactivistas, que si no actuamos ahora, luego será demasiado tarde. Y además, y esto es lo mas desolador, aunque consiguiéramos dejar de emitir hoy mismo gases de efecto invernadero veríamos que los efectos del calentamiento se seguirán incrementando durante nuestro periodo de vida. Pero, si actuamos ahora todavía podemos evitar los estragos más fuertes del cambio climático
Por tanto, aunque no somos muchos los movilizados en este asunto, hay que verlo desde la siguiente perspectiva: Estamos creciendo. No podemos desanimarnos porque a un acto acuda poca gente. La idea es ir sumando colectivos que de forma transversal se incorporen a la defensa del clima, organizaciones de cooperación y solidaridad, asociaciones de inmigrantes y, por supuesto, todo aquel que se defina como anticapitalista y que crea que el cambio climático no es más que la respuesta de la naturaleza ante el saqueo de materias primas, energía y agua para mantener nuestra forma de consumo y producción.
¿Por qué habrían de incorporarse los colectivos antes citados? Hay algunas asociaciones de cooperación y desarrollo como Intermon Oxfam o Save the Children que están lanzando iniciativas contra el cambio climático y sería deseable que Amnistía Internacional se incorporará a este asunto, dado el incremento que se está produciendo de refugiados climáticos. CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado se ha sumado a estas iniciativas
Por ejemplo, las organizaciones de inmigrantes deberían ser uno de los colectivos que necesariamente deberán incorporarse a esta lucha. Hace unos días el huracán Ida dejo cerca de 200 muertos en El Salvador y numerosos daños o el huracán Nargis que dejo 80.000 muertos en Bangladesh. Si hubiera sido en Estados Unidos hubiera sido cabecera en todos los informativos durante varios días. Sin embargo, apenas ha durado y todo se ha solventado con el envío de ayuda humanitaria, a la espera de que la justicia climática pueda llegar a través de algún acuerdo internacional obligatorio y solidario con los más pobres.
Desafortunadamente, el cambio climático hará que los países más pobres sean cada vez más pobres ya que perderán sus cosechas y sus sustentos vitales, mientras que algún país del norte se vería beneficiado del aumento de las temperaturas y zonas que actualmente no son productores agrícolas podrían llegar a ser graneros inesperados o simplemente el deshielo del océano Ártico hará que los países del norte extraigan más combustibles fósiles y materias primas de su fondo. Dicho de otra manera, el capitalismo que ha dividido el mundo entre ricos y pobres, hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Paradójicamente, el cambio climático podría acentuar esta tendencia. ¿Y que podemos decir de los muros que se levantarán? Ya hemos visto la muerte de inmigrantes en las vallas de Melilla o la legislación italiana que considera delito la inmigración. La pregunta es: ¿Aumentará el fascismo en los países occidentales en una situación de calentamiento global acentuado?
Una de las consideraciones que hacemos algunos grupos por el clima es la necesidad de realizar menos actos simbólicos tipo “apagón” y más acciones directas por la sencilla razón de que el tiempo se acaba. Según New Economics Foundation nos quedan 85 meses, 7 años para no llegar a las 450 ppm de dióxido de carbono equivalente o lo que es lo mismo, llegar a los 2º C de incremento de la temperatura media global desde la era preindustrial y punto definido por muchos científicos como límite hasta donde el hombre, controlando sus emisiones, podría evitar un calentamiento descontrolado.
El espejo en el debemos mirarnos es Inglaterra donde los activistas por el clima, intentan, incluso, cerrar una central térmica y tienen claro el origen y las causas del cambio climático, el sistema capitalista de producción y consumo. Podría haber una sorpresa y que la sociedad se movilizara, pero si no se ha movilizado por la crisis económica y social que padecemos, ¿Cómo se va a movilizar ante un tema menos evidente como el cambio climático? A partir de enero, España ejercerá la presidencia semestral de la UE. Como de la cumbre de Copenhague no saldrá nada positivo tendremos una nueva oportunidad de seguir lanzando nuestro mensaje. Tras el día de movilización global del pasado 24 de octubre y el día de acción global el próximo 12 de diciembre a mitad de la cumbre de Copenhague, habrá nuevas oportunidades de seguir creciendo.
Referencias:
(1) http://www.internationallawoffice.com/Newsletters/detail.aspx?g=df7cc987-0e54-43c7-9561-cb068ba071c2
(2) http://www.globalizate.org/klein171009.html
(3) El País