Nargis es primo hermano de Katrina

Mario Cuellar para Globalízate, 12/05/2008

El 29 de agosto de 2005, el huracán Katrina devastó Nueva Orleans, Luisiana y Missisippi, dejando un rastro de destrucción a su paso. Katrina fue uno de los eventos meteorológicos mas temidos, un enorme huracán tocando tierra en una zona altamente poblada. La tragedia provocó más de 1000 muertos y numerosos daños materiales en un país rico como EEUU, que no pudo hacer frente a un huracán de cateogria 5. El 5 de mayo de 2008, el huracán Nargis de categoría 4 arrasó Birmania, ocasionando miles de muertos y destruyendo prácticamente el país. En esta ocasión, un país pobre sufre con una mayor intensidad el efecto devastador de un huracán. ¿Pudiera ser que tanto Nueva Orleans como Myanmar hayan sufrido el cambio climático influenciado por el hombre?

Nargis tocando tierra

La respuesta correcta es que no hay forma de probar que Katrina o Nargis fueran o no afectados por el calentamiento global. Para un simple evento, a pesar de ser tan extremo, tal atribución es fundamentalmente imposible. Solo tenemos una Tierra, y seguirá solo una, de un infinito número de secuencias meteorológicas posibles. Es imposible saber si estos eventos hubieran o no tenido lugar si no hubiéramos incrementado la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera de la forma que lo hemos hecho. Los sucesos meteorológicos siempre resultan de la combinación de factores deterministas (incluyendo el forzamiento de los gases invernadero o ciclos climáticos naturales lentos) y factores estocásticos (pura casualidad).

Temperatura global de la superficie del mar

La conexión clave está entre la temperatura superficial del mar (TSM) y la energía de los huracanes. Si entrar en detalles técnicos sobre la dinámica y la termodinámica involucradas en un huracán y en tormentas tropicales, la conexión básica entre los dos es realmente simple: Agua cálida y la inestabilidad en la baja atmósfera que es creada por ella, es la fuente de energía de los huracanes. Esta es por lo que solo crecen en los trópicos y durante la estación cuando la TSM es más alta (De junio a noviembre en la zona tropical del Atlántico Norte). Los modelos de previsión de huracanes (los mismos que fueron usados para predecir la trayectoria de Katrina o de Nargis) indican una tendencia a huracanes más intensos (pero no más frecuentes en promedio) cuando se ejecutan para escenarios climáticos diferentes.

Se ha demostrado en ambas tragedias, que ni los ciudadanos ni los países, pueden hacer frente a fuerzas tan devastadoras, si bien los efectos son mas destructivos en las poblaciones de los países más pobres y dada la tendencia actual del calentamiento global es probable que veamos más tragedias como la de la pasada semana. Es claro que los países que más han incrementado la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ya han sufrido y padecerán las consecuencias de ello, pero los efectos serán aún más devastadores en los países pobres, que sentirán mucho más las sequías, las olas de calor, los huracanes y la elevación del nivel del mar que los países ricos sin haber emitido tanto dióxido de carbono. Por eso, los ciudadanos de occidente tenemos la obligación moral de modificar nuestros hábitos individuales y colectivos para que ni nosotros, ni otros ciudadanos de otros países sufran un cambio climático fuera de control.


Este artículo es una reedición del publicado en Globalízate el 08 de septiembre de 2005 y cuyos autores son: Stefan Rahmstorf, Michael Mann, Rasmus Benestad, Gavin Schmidt y Wilian Connolelly

http://www.globalizate.org/cc080905.pdf

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