Manos Unidas emprende una campaña de reflexión sobre la globalización
Manos Unidas, 12/02/2005El martes 8 de febrero, Manos Unidas presentó su Campaña XLVI, "NORTE - SUR: un futuro común" segunda del trienio 2004 / 2006, "Hagamos del mundo, la tierra de todos", centrado en la reflexión acerca de los desafíos que plantea el fenómeno de la globalización en el mundo.
A lo largo del año 2005 se trabajará el lema "NORTE-SUR: un futuro común", con el fin de conseguir que los pueblos del Norte y del Sur emprendan juntos el camino hacia un futuro de bienestar y dignidad para todos.
La Campaña se centrará en la defensa de una globalización, que para ser tal, garantice la universalización de los derechos económicos (acceso a la alimentación y a un trabajo digno, acceso a las riquezas y recursos naturales y a la participación en la actividad económica...), de forma que se asegure la satisfacción de las necesidades humanas básicas, tanto para los habitantes del opulento Primer Mundo como, especial y urgentemente, para los de los necesitados pueblos del Sur.
En el acto de presentación de la Campaña intervino en primer lugar Ana Álvarez de Lara, presidenta de Manos Unidas, quien destacó la necesidad de conseguir un futuro común para el Norte y el Sur "ahora que, más que nunca, vivimos en un mundo interrelacionado". Una unión que se ha hecho patente en las últimas semanas cuando, tras el maremoto que asoló el Sur de Asia, "recibimos las peticiones de ayuda del Sur y la generosidad de los países del Norte".
La presidenta de Manos Unidas hizo hincapié en la necesidad de conseguir más medios "para no olvidar esta zona y a esas personas cuando ya no sean noticia", y se refirió también a "esos muchos otros que, como en África, viven en una 'emergencia constante', que produce más muertos al año que cualquier catástrofe".
Álvarez de Lara recalcó que Manos Unidas se ha comprometido a participar en eventos que se organizarán este año destinados a la consecución de los Objetivos del Milenio de 2015.
Para finalizar, la presidenta de Manos Unidas, dio a conocer los resultados económicos provisionales del año 2004.
Por su parte Monseñor Thomas Thiruthalil, obispo de la diócesis de Balasore en el estado indio de Orissa, destacó el vínculo que desde hace décadas une a Manos Unidas y a India, el segundo país más grande del mundo, en el que todavía hay mucho hambre y pobreza "un vínculo que no siquiera el Tsunami ha sido capaz de destruir".
El obispo de Orissa subrayó también la importancia de la labor que los medios de comunicación tienen como vehículos transmisores de las noticias provenientes de los países menos desarrollados en un mundo en el que, a pesar de que todos tenemos un terreno común que es la solidaridad "pocos tienen más de lo necesario y muchos tienen muy poco".
Intervino después, Regina Célia Brazolino, médico brasileña que desde 1990 trabaja, entre otras cosas, en Solidaridade França-Brasil, organización fundada en 1.986 para responder a las necesidades de las comunidades empobrecidas de las favelas de Río de Janeiro, donde no hay "ningún tipo de infraestructura".
"Brasil es el octavo país del mundo en desigualdad", señaló. "Aquí todo se diferencia, los ricos y los pobres, los blancos y los negros...", apostilló, culpando al sistema de ser el causante de esas desigualdades".
Su trabajo, que es posible gracias a la colaboración de ONG como Manos Unidas, se dirige principalmente a mujeres y a niños en situación de exclusión y marginación, y sus áreas de trabajo son la educación y la salud.
"Las mujeres han empezado a salir, a salir de sus barrios y a creer que hay un mundo detrás de sus barrios", dijo Brazolino. Y ello gracias a un trabajo que, además de atender necesidades puntuales, busca dar una formación más integral, otra forma de ver el mundo que fomente los valores como la cooperación "que son los que cambiarán el mundo".
Cerró el turno de intervenciones Miguel Ángel Sebastián, Obispo de la diócesis de Laï en Chad, "país pobre entre los pobres", quien dejó ver su amor por esta nación africana declarándose "español de nacimiento y chadiano de corazón y de pensamiento".
Monseñor Sebastián que comenzó su charla levantando "un grito en favor de África, tomando prestado el titular 'África, un Tsunami por semana' (publicado recientemente por un medio de comunicación)", destacó después que "la gran solidaridad vista por el Tsunami deja morir a 30.000 niños cada día por enfermedades que se pueden prevenir".
Según el comboniano español, África sigue siendo un continente olvidado por España y por la prensa. Para ilustrar su afirmación al poner como ejemplo los 200.000 refugiados sudaneses que hay en Chad por la crisis humanitaria de Darfur, se preguntó "¿Por qué no les llega la misma ayuda que a Asia?". La respuesta la dio él mismo: "Porque los turistas no van a Darfur ni hay hoteles".
"Si no cambia esta situación vamos al desastre. O caminamos juntos o los pobres algún día se despertarán y lo harán de otra manera", advirtió tras referir diversos ejemplos sobre cómo algunas naciones africanas ricas en recursos naturales, se empobrecen por culpa de los intereses extranjeros".