El Ave te cambia la vida

Luis Granell, 24/01/2007

Hace años un periodista francés me aseguraba eufórico que "el TGV[1] te cambia la vida", refiriéndose al entonces recién inaugurado TGV Atlantique. Quienes ya entonces veíamos en el uso masivo de la carretera una amenaza para el medio ambiente y en el ferrocarril una alternativa, pensamos que la alta velocidad podría ser el revulsivo que necesitaba para atraer a los viajeros que se habían pasado al automóvil. Era una tecnología deslumbrante y las primeras líneas hacían de Francia un ejemplo para todos. Alemania siguió sus pasos y la Unión Europea diseñó una red continental para disminuir el tráfico aéreo.

La España en transformación de entonces quiso subirse al carro y cambió la modesta variante de Brazatortas, destinada a resolver el embudo ferroviario de Despeñaperros, en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, al servicio de la Expo 92. Se construyó con ancho de vía europeo (20 cm. más estrecho que el ibérico) aunque no tenía conexión con la red francesa. A pesar de su elevado coste, el aumento de viajeros hizo que se considerara un éxito y el Ave (Alta velocidad española) se puso de moda.

Todo el mundo quería que llegase a su ciudad, por eso el proyecto del último gobierno de Felipe González de prolongar la línea de Sevilla hacia Zaragoza y Barcelona por etapas, se convirtió con la llegada del PP al poder en un ambiciosísimo plan para construir 10.000 km. de líneas de alta velocidad. Pero como seguía habiendo dos anchos de vía, prácticamente todas las nuevas vías de ancho europeo se diseñaron en paralelo a las existentes, con el resultado de un exceso de infraestructura ferroviaria en unos pocos corredores, mientras que la mayor parte del país seguía sin tren o incluso perdía los que había tenido. Y es que Renfe parece empeñada en desprenderse de todo lo que no sea Ave.

Al ganar el PSOE las últimas elecciones se pensó que las cosas podrían cambiar. Magdalena Álvarez, ministra de Fomento, anunció que iban a dejar de hacer líneas de Ave sólo para viajeros, incluso a paralizar algunas obras iniciadas a toda prisa en los últimos meses de gobierno del PP, para hacer líneas de "altas prestaciones", útiles también para mercancías y de forma que se "mallara" una red ferroviaria excesivamente radial. Por cierto, había sido un Gobierno socialista el que, en 1985, cerró las únicas líneas no radiales del país. Parecía un buen programa pero, casi tres años después, sólo se construyen líneas Ave para viajeros, no se ha iniciado ningún proyecto que "malle" la red y las únicas obras que se han paralizado son la modernización del Canfranc y la reapertura del Calatayud- Soria.

España está gastando sumas ingentes de dinero, procedentes en parte de fondos irrepetibles de la UE, en construir líneas redundantes y no quedan recursos para modernizar el resto del ferrocarril, que a fuerza de dar mal servicio ha caído a mínimos históricos en viajeros y en mercancías. Todo se sacrifica al becerro del Ave. En Barcelona, las obras para llevar sus vías hasta Sants han descoyuntado la red de trenes de cercanías que, en un solo día, mueve tantos viajeros como moverá el Ave en seis meses. Pero no les importa.

El elevado precio de los billetes del Ave hace que solo los viajeros pudientes o las empresas puedan utilizarlo. Pero ni aún así sus ingresos cubren los gastos de explotación, ni mucho menos los de amortización de la línea, con lo que todos los españoles pagamos con nuestros impuestos un tren solo para ricos. Encima, Renfe ha suprimido los trenes convencionales baratos entre Madrid y Zaragoza (pronto los suprimirá también con Barcelona), por lo que casi no circulan Mercedes por la autovía, pero los autobuses de Aratesa van llenos. A más de 300 por hora, un Ave consume tanta energía por viajero transportado y kilómetro recorrido como un avión; el tren eléctrico no contamina ni emite CO2, pero en algún sitio hay que producir la electricidad, por ejemplo en centrales térmicas o nucleares.

Mi colega tenía razón: el Ave te cambia la vida. ¿A mejor?

Artículo original: http://www.ordoniez.org/afema/afema.htm

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