Bush se prepara para un giro de 180 grados en el cambio climático
Gaby Hinsliff, Juliette Jowit y Paul Harris, 24/01/2007En Downing Street se dice que el tardío reconocimiento del calentamiento global por parte de Estados Unidos podría permitir un acuerdo post Kioto para el control de las emisiones
Según afirman altos funcionarios de Downing Street, George Bush está preparando un cambio histórico en su posición sobre el calentamiento global en su discurso sobre El Estado de la Nación, que pronunciará a finales de mes.
Tony Blair espera que la nueva posición de Estados Unidos produzca un importantísimo avance en las conversaciones internacionales sobre el cambio climático y que los perfiles de un tratado que suceda al protocolo de Kioto para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, que caduca en 2012, pueda trazarse en la cumbre de junio del G-8.
La agenda podría explicar el motivo de los deseos de Blair de mantenerse en el cargo hasta después de esa cumbre, de la que podría surgir un acuerdo para la protección del planeta que ofrecería una herencia atractiva con la que retirarse del Número 10.
Bush y Blair han conversado en privado sobre el cambio climático antes de Navidad y existe la sensación de que el Presidente de los Estados Unidos aceptará ahora poner un tope a las emisiones en su país, lo que significa que, por primera vez, cabe esperar que la industria y los consumidores estadounidenses empiecen a conservar la energía y a reducir la contaminación.
“Ahora podemos ver el principio de un consenso en un marco de referencia posterior a Kioto”, comentó una fuente cercana al Primer Ministro. “El presidente Bush comienza a hablar acerca de medidas más radicales”.
El movimiento será considerado como parte de un posicionamiento nuevo y más amplio del gobierno Bush, después de su derrota absoluta en las últimas elecciones de otoño, coincidentes con la mitad del periodo de gobierno.
Un cambio de la postura esencial sobre el entorno se señaló a principios de este mes cuando la Administración estadounidense anunció, inesperadamente, que los osos polares son ahora una especie en peligro de extinción, porque su hábitat en el estado de Alaska se ve afectado por haberse fundido capas de hielo por causa del calentamiento global. El Gobierno tiene que actuar ahora por las amenazas a la supervivencia de los osos. La UE tiene supuestamente su tope y su plan de intercambio, por el que las industrias reciben una cuota de emisiones de dióxido de carbono; si traspasan los límites, deberán pagar comprando su cuota a industrias más limpias: un incentivo para que las empresas sean más verdes.
Downing Street confía cada vez más en que están ganando impulso ahora las argumentaciones de Sir Nicholas Stern, autor del reciente informe del Ministerio de Economía y Hacienda sobre el coste del calentamiento global, según el cuál no hacer nada resultará al final más costoso que tratar de evitar la catástrofe. Sin embargo, Stern advirtió: “EE.UU. trabajará por sí y para sí. Nadie les dirá lo que deben hacer; y nadie debería decírselo”.
Downing Street espera ahora un amplio acuerdo entre los países de la UE para que un protocolo que suceda al de Tokio se prepare en el consejo de primavera de la UE, que facilitaría el camino para la reunión del G8.
A Blair también se le dijo, en las reuniones con importantes senadores que sostuvo a finales del pasado año, que tratarían de llevar adelante medidas sobre el calentamiento global que habían sido bloqueadas repetidamente por los republicanos antes de las elecciones en las que el partido de Bush perdió el control de las dos Cámaras.
Pero otra fuente cercana a las negociaciones advirtió que Bush ya había cedido terreno anteriormente en el tema del cambio climático, pero sin hacer concesiones reales. La mejor esperanza podría estar en un acuerdo posterior a Kioto hecho en 2009, dijo esa fuente, porque Bush ya no estaría en el cargo.
Kurt Davies, director de investigación sobre el cambio climático para Greenpeace USA, dijo que ahora se esperaba que ese tema fuera uno de los principales en el Discurso sobre el Estado de la Nación.
“La situación sobre el cambio climático está cambiando claramente para esta administración, pero tiene que haber un seguimiento concreto”, afirmó. “Nos sorprendimos cuando el año pasado dijo que los Estados Unidos eran adictos al petróleo, pero no se hizo un seguimiento de ello”.
Traducción: Globalizate
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