Multinacionales españolas: Pensar para intervenir

Juan Agulló, 24/05/2004,
Masiosare

La acción exterior de España en América Latina se encuentra en plena transición. Hasta los años noventa, los gobiernos tomaban las decisiones, pero a partir de entonces, las multinacionales tienen la palabra. Sus think tanks son, cada vez más, la espina dorsal de políticas públicas e inversiones privadas

LA REFORMA FISCAL fracasa por segunda vez. La ratio de ingresos fiscales sobre el PIB […] es del 12%, uno de los menores de América Latina. Además el 70% de dichos ingresos están relacionados con el petróleo […] Fox, en minoría en el Congreso, nuevamente no ha obtenido el apoyo del PRI y la reforma se pospone sine die”. Los Informes de coyuntura sobre México del Centro de Estudios Latinoamericanos (CESLA) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) son claros, concisos y concretos.

Pocos asuntos públicos –y probablemente, más de uno privado– se escapan a sus investigadores. La UAM, de titularidad pública, es una de las más prestigiosas de España (en ella estudió, por ejemplo, el recién desposado príncipe Felipe). El CESLA tiene, sin embargo, financiamiento privado. Desde hace cuatro años funge como servicio de estudios de facto de corporaciones y grupos con fuertes intereses –directos o indirectos– en América Latina, como CESCE, COFIDES, Iberdrola, el Instituto Klein, EBN, UNESA o Telefónica1.

Pero por encima de todos ellos se encuentra el Grupo Santander. Su estrategia consiste en financiar redes o estructuras ya existentes. Y si no, canaliza sinergias a partir de los crecientes intereses económicos de las multinacionales españolas en América Latina. Rivales como el BBVA prefieren, sin embargo, seguir confiando en sus tradicionales servicios de estudios (de los cuales ya han sido creadas multitud de sucursales en este lado del Atlántico). Distintas estrategias, pues, para un mismo objetivo.

Manejar la coyuntura

Lo que los capitales españoles buscan es, en realidad, muy sencillo: elaborar radiografías, lo más precisas posible, de los países latinoamericanos en los que hay o pudiera haber intereses en juego. En la jerga técnica se llaman “estudios de coyuntura”: su propia lógica establece que deben encontrarse en renovación constante. Ello exige contar con una red de informadores y otra –complementaria– de analistas cuyo cometido radica en tomarle el pulso a la evolución de sociedades y economías en desarrollo.

Interesa casi todo: desde fríos datos macroeconómicos hasta intimidades familiares. Lo importante es husmear posibilidades de negocio. Detectar debilidades es fundamental para estar bien ubicados de cara a compras, posicionamientos o adquisiciones. Financiar investigaciones (como hacen la Fundación Carolina y la Mapfre) o negocios a pequeña escala (como la Fundación Empresa y Crecimiento) puede ser muy rentable a largo plazo: el mecenazgo proporciona datos, exenciones y, sobre todo, buena imagen.

Las ONG también son campo abonado. ¿Qué mejor forma de conocer el terreno que moviéndose en él? Este año, por ejemplo, el gobierno español invertirá 79 millones de euros (unos mil 106 millones de pesos) en subvencionar proyectos ejecutados por un conglomerado de fundaciones, organizaciones y grupos no siempre tan autónomos como ellos mismos suelen pretender (ya por dependencias orgánicas, ya por dependencias financieras de una cooperación privada al desarrollo, de la cual sigue sin haber cifras fiables2).

Diseñar el futuro

Pero los centros de investigación españoles encargados de realizar estudios de coyuntura sobre América Latina, sin embargo, siendo importantes, no son decisivos. Los verdaderamente estratégicos son aquéllos cuya misión consiste en –a partir de los datos coyunturales– determinar posibles tendencias y, por ende, políticas a largo plazo. Se trata de los vulgarmente conocidos think tanks o “tanques de pensamiento”. En los últimos años, en España han proliferado unos cuantos que están repensando América Latina.

Entre los más destacados: la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI); el Consejo Español de Estudios Iberoamericanos (CEEI); el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES); el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (INCIPE) ; el Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos (RIE) o la Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES). Todos ellos cuentan con financiamiento privado y exclusivos patronos, directivos y/o colaboradores.

Por poner ejemplos elocuentes, José Lladó –ex embajador de España en Washington– preside el INCIPE; Eduardo Serra –ex ministro de Defensa–, el RIE, y el mismísimo José María Aznar, la FAES. Los financiadores y “asesores empresariales” de unos y otros, difícilmente varían: Aceralia, Altadis, El Corte Inglés, Iberia, Repsol-YPF, Unión FENOSA… en casi todos los thinks tanks latinoamericanistas de España el poder es ejercido por personas físicas y morales que se superponen y reiteran hasta la saciedad.

Visión restringida

Mientras tanto, la política latinoamericana de España se encuentra –progresivamente– dictada por grandes consorcios que obedecen a planteamientos concienzudamente elaborados desde sus think tanks. Fuera del mencionado entramado apenas se puede hablar de visión y mucho menos de proyecto: ni en el ámbito de partidos políticos ni –incluso– en términos asociativos. Todo se limita a un conjunto de simbólicas acciones de solidaridad que, a escala práctica, no aportan demasiado: el desconocimiento social es grande…

Como consecuencia de ello, los organismos públicos o semipúblicos (la red de Universidades llamada Grupo de Tordesillas; la Casa de América de Madrid y, por supuesto, el Instituto de Cooperación Iberoamericana o el Instituto de Comercio Exterior, entre otros) están sucumbiendo a la nueva visión dominante de América Latina en España: un subcontinente plagado de recursos naturales de elevado valor agregado, mano de obra barata y nichos de mercado potencialmente muy rentables. Ni más ni menos.

Tan superficial visión explica el carácter insatisfactorio que suelen asumir, no ya las políticas latinoamericanas desarrolladas desde Madrid, sino, espacios de cooperación que se pretenden comunes como las –incipientemente institucionalizadas– Cumbres Iberoamericanas. La pregunta, ahora, es si la elección de José Luis Rodríguez Zapatero servirá para cambiar algo. La primera respuesta, seguramente, saldrá de la tercera Cumbre UE-América Latina-el Caribe que se celebrará –el 28 y 29 de mayo– en Guadalajara, Jalisco.

NOTAS

1. Las siglas corresponden a los siguientes corporativos : Confederación Española de Seguros de Crédito a la Exportación; Compañía Española de Financiación del Desarrollo; Instituto de Predicción Económica (Klein); Sociedad Española de Banca de Negocios, y Asociación Española de la Industria Eléctrica.

2. Lo único claro a este respecto es que personalidades como Ana Patricia Botín (hija y probable sucesora del presidente del Grupo Santander, Emilio Botín) han manifestado abiertamente en diferentes ocasiones que es partidaria de "privatizar la cooperación al desarrollo".

Ver todos artículos por Juan Agulló