Financiar un fondo de salud global

Jeffrey D. Sachs, 28/03/2010,
Project Syndicate

NUEVA YORK – Los líderes mundiales se reunirán en las Naciones Unidas en septiembre para acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Tres de los ocho ODM implican llevar servicios primarios de salud a toda la población mundial. Una pequeña cuota de financiamiento global, si está bien dirigida, podría salvar millones de vidas cada año. El paso clave es expandir el Fondo Global para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria para convertirlo en un Fondo de Salud Global.

El Fondo Global fue creado en 2002 para ayudar al mundo a combatir esas tres enfermedades mortales, y sus logros han sido espectaculares, lo que lo convierte, sin duda, en la innovación más exitosa en materia de asistencia externa de la última década. Como resultado de los programas del Fondo Global, alrededor de 2,5 millones de personas reciben terapia antirretroviral contra el SIDA. No menos de ocho millones de personas se han curado de tuberculosis. Y se han distribuido más de 100 millones de mosquiteros tratados con insecticida de larga duración en la lucha contra la malaria. En total, los estudios sugieren que los programas del Fondo Global han salvado cinco millones de vidas.

Los logros destacados del Fondo Global son el resultado de sus procedimientos operativos. En cada país en desarrollo existen comisiones de enfermedades específicas, conocidas como Mecanismo Coordinador de País (CCM por su sigla en inglés). Cada CCM está presidido por el gobierno nacional, pero incorpora información de organizaciones no gubernamentales a fin de formular planes de enfermedades específicas a nivel nacional para su presentación ante el Fondo Global.

Una vez que el Fondo Global se hace de estos planes, los envía a un Panel de Revisión Técnica (TRP por su sigla en inglés) para verificar que los planes sean científicamente sólidos y realizables. Si el TRP emite su consentimiento, el plan se envía a la Junta del Fondo Global, que luego vota para aprobar la financiación. Una vez que el programa se pone en marcha, el Fondo Global hace un seguimiento de la implementación del mismo, realizando auditorías, controles y evaluaciones. Desde 2002, el Fondo Global aprobó alrededor de 19.000 millones de dólares en financiamiento total.

Hoy el Fondo Global, y especialmente los países donantes que lo respaldan, se enfrentan a dos desafíos gigantescos. El primero es la falta de financiamiento. El Fondo Global ha sido tan exitoso que los países presentan para su consideración programas cada vez más ambiciosos.

Desafortunadamente, el Fondo Global ya se encuentra en una situación de crisis financiera. Necesita aproximadamente 6.000 millones de dólares por año en los próximos tres años para cubrir la expansión de programas destinados a las tres enfermedades, pero sólo obtiene alrededor de 3.000 millones de dólares anuales de los países donantes. A menos que esto se corrija, millones de personas morirán innecesariamente.

El segundo desafío consiste en ampliar el mandato del Fondo Global. Hasta el momento, el Fondo Global se ocupó del ODM 6, que se centra en el control de enfermedades mortales específicas. Sin embargo, el control de estas tres enfermedades, inevitablemente, implica mejorar los servicios primarios de salud –trabajadores en el área de salud comunitaria, clínicas locales, hospitales de derivaciones, transporte de emergencia, logística de medicamentos – que juegan un papel fundamental a la hora de lograr el ODM 4 (la reducción de la mortalidad infantil) y el ODM 5 (la reducción de la mortalidad materna). Los tres objetivos de salud del milenio están interconectados; todos son realizables con un incremento apropiado de los servicios primarios de salud.

El paso obvio para abordar los ODM 4 y 5 consiste en expandir explícitamente el mandato de financiamiento del Fondo Global. Muchos programas, como los que figuran en el proyecto Pueblos del Milenio, ya demuestran que un mejoramiento de los sistemas primarios de salud a nivel de los pueblos puede jugar un papel decisivo en cuanto a reducir la mortalidad infantil y materna. La expansión del mandato del Fondo Global a fin de que incluya financiamiento para capacitación y despliegue de trabajadores en el área de salud comunitaria, construcción y operación de las instalaciones sanitarias locales, así como otros componentes de los sistemas primarios de salud, podría asegurar el desarrollo de estos sistemas locales.

Muchos países –entre ellos Francia, Japón, Noruega, el Reino Unido y Estados Unidos- recientemente han reconocido la necesidad de ir más allá de la financiación del control del SIDA, la tuberculosis y la malaria y pasar a financiar mejoras en los sistemas primarios de salud en términos más generales. Pero parecen ver la cuestión del financiamiento del sistema de salud como una opción excluyente: o bien se aumenta el control del SIDA, la tuberculosis y la malaria, o bien se incrementa la financiación de los sistemas primarios de salud. La verdad, por supuesto, es que ambas cosas son necesarias, y ambas son costeables.

El costo anual que implica el control de enfermedades específicas en los próximos tres años tal vez alcance los 6.000 millones de dólares, más otros 6.000 millones de dólares anuales para la expansión del sistema de salud. El total, 12.000 millones de dólares por año para un Fondo Global expandido, podría parecer irrisoriamente grande comparado con los 3.000 millones de dólares que se gastan hoy en día. Pero el financiamiento anual total de 12.000 millones de dólares es, en realidad, muy modesto, y representa aproximadamente el 0,033% (tres centavos por cada 100 dólares) del PBI de los países donantes. Se trata de una suma pequeña, que se podría movilizar fácilmente si los países donantes así lo quisieran.

El presidente norteamericano, Barack Obama, se ha mostrado muy sincero en cuanto a respaldar un incremento de los servicios primarios de salud, aunque las propuestas presupuestarias específicas de su administración todavía no resulten satisfactorias. Lo peor de todo esto es que el presupuesto del gobierno de Obama para 2011 destina apenas 1.000 millones de dólares por año para el Fondo Global. Esta pequeña cantidad no es digna del liderazgo norteamericano.

Si Estados Unidos ampliara su respaldo anual al Fondo Global a alrededor de 4.000 millones de dólares al año, probablemente induciría la resto de los donantes del mundo a asignar 8.000 millones de dólares anuales, con lo cual la participación estadounidense se mantendría en alrededor de un tercio del financiamiento total. Para recaudar estas cantidades adicionales, la administración Obama podría implementar un impuesto a las ganancias excesivas en Wall Street a fin de compensar la brecha presupuestaria. Los banqueros de Wall Street, cuyo mal desempeño le causó tanto daño a la economía mundial en los últimos años, y quienes todavía siguen recaudando bonificaciones anuales excesivas, también empezarían a compensar lo ocurrido al ver que los nuevos impuestos que tienen que pagar contribuyen a salvar las vidas de millones de personas en los próximos años.

Jeffrey D. Sachs es profesor de Economía y Director del Earth Institute en la Universidad de Columbia.

Copyright: Project Syndicate, 2010.
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