Dirigiéndose hacia donde está el silencio
Infosolidaria, 29/05/2005Carolyn McConnell/AIS
Descrita como “radiante galaxia alternativa”, la presentadora de Democracy now! se ha convertido en símbolo del verdadero periodismo en EEUU. La premisa es sencilla: Hay hechos que se deben conocer y personas que deben dar explicaciones. Goodman ha conseguido con su proyecto, “Democracy Now”, romper con la tradicional hegemonía de los popes de la derecha en la radio estadounidense. Democracy now! se retransmite en 300 emisoras- y sigue creciendo – y hace tres años saltó a la televisión, a través de las cadenas de noticias por satélite DISH TV y Direct TV.
Suele hacer preguntas francas y utiliza un estilo directo. Asume que hay una serie de hechos que los oyentes tienen derecho a conocer y que sus invitados deben responder. Esta simple premisa periodística resume todo el trabajo de Goodman y ha hecho de ella, tanto la querida del mundo de los medios alternativos como la receptora de los más importantes honores periodísticos, incluyendo el premio Robert F. Kennedy para la Información Internacional, el premio George Polk y el premio de periodismo Alfred duPont-Columbia.
A través de los años has sacado a la luz historias que otros periodistas no han logrado descubrir. Por ejemplo, cuando muchos canales informaban de que Jean-Bertrand Aristide, presidente de Haití, había dejado su país en Febrero de 2004, tú afirmaste que había sido obligado a marchar, ¿cómo lo hiciste?
Cubrimos el golpe de estado apoyado por EEUU en Haití en cuanto comenzó. Artistide fue enviado al exilio en la República Central Africana en un avión estadounidense. El gobierno de EEUU alegó que había querido dejar el país. Pero cuando Aristide llegó a la República Central Africana, un remoto territorio de África, hablamos con él y nos dijo que había sido víctima de un moderno secuestro al servicio de un golpe de estado apoyado por EEUU. Emitimos esa llamada telefónica. Los reporteros preguntaron a Rumsfeld: ¿Es cierto lo que está emitiendo Democracy Now? A lo que Rumsfeld tuvo que dar una respuesta. Dijo algo como “eso es ridículo”, pero durante mis años como periodista he aprendido que cuando un político dice “Eso es ridículo”, probablemente estés bien encaminado.
Dos semanas después viajé a bordo de un pequeño avión con una delegación liderada por el representante de los EEUU, Maxine Waters, para devolver a Aristide a su hemisferio. Democracy Now! emitió el reportaje exclusivo de este viaje. Cuando llegamos a Jamaica procedentes de África con Aristide, cuyo primer ministro le había invitado, la CNN me llamó en la pista para emitir un informe. La Associated Press publicó los informes que hicimos durante nuestro viaje. Cuando los reporteros de las cadenas utilizan nuestras historias para desafiar a Rumsfeld, cuando AP publica nuestros informes, y CNN emite mi reportaje de Jamaica, eso es lo que yo llamo “pirámide inversa” del periodismo. Los medios independientes pueden ir allá donde reina el silencio y romper la barrera del sonido, haciendo lo que las cadenas corporativas no quieren hacer.
Parece que una de las cosas que hace que una historia continúe son las conexiones entre las cadenas independientes. Te han elogiado por ayudar a otras cadenas independientes.
Creo sinceramente que ninguno de nosotros puede hacerlo solo. Juntamente con la publicación de Exception to the rulers”, el libro que escribí con mi hermano David, hemos realizado un tour por 100 ciudades. Hemos colaborado con los medios independientes en cada paso del trayecto. Trabajamos con librerías independientes, radio y televisión local.
¿Qué te ayuda a hacer este trabajo?
Mi familia me ayuda. Mis padres eran activistas de la paz. Mi padre creía firmemente en el servicio comunitario. Trabajó para integrar las escuelas en Nueva York. Yo iba con él por la noche a auditorios, meetings sobre transporte escolar e integración, en los que la gente se gritaba. Le observaba cómo ayudaba a la gente dirigiendo la comunidad hacia una postura menos polarizada.
Mi abuela, de 107 años de edad, me ayuda a seguir. El resto de la familia, muchos de los cuales murieron en el holocausto, mientras que otros abandonaron Europa antes del holocausto, me ayudaron con su creencia de que puede haber un mundo mejor. El periodismo es el medio que escogí para hacer realidad esa creencia.
Los medios corporativos te dedican cierta atención y resentido respeto, pero en medio de una admiración generalizada, en Washington Post eres descrita como “una radiante galaxia alternativa”. ¿Hasta dónde crees que alcanzan los límites de tu trabajo?
Creo que estamos alcanzando al ciudadano medio de América. La gente a lo largo del espectro político responde a nuestro trabajo. Soldados, familias militares, gente del servicio de inteligencia, empleados del gobierno cansados de que la información esté manipulada y mal representada, republicanos conservadores a quienes realmente les importan las cuestiones de privacidad y control corporativo y un presupuesto de guerra fuera de control; todos ellos responden a nuestro trabajo.
Los periodistas norteamericanos generalmente definen su rol en términos de objetividad. ¿Cómo defines el apropiado papel del periodismo?
Los medios corporativos son los menos objetivos. Hacen sonar los tambores de guerra. Fairness and Accuracy in Reporting, (FAIR) (Justicia y Precisión en las Noticias) realizó un estudio de cobertura la semana anterior y posterior a que Colin Powell hiciera su campaña en pro de la guerra en el Consejo de Seguridad de la ONU. De las 393 entrevistas sobre la inminente guerra en los cuatro informativos vespertinos - NBC, ABC, CBS y PBS con Jim Lehrer – en su crítico periodo antes de la invasión, sólo tres entrevistadores contaban con representantes que estaban en contra de la guerra. Eso no representa la tendencia predominante.
El periodismo es la única profesión explícitamente protegida por la Constitución Norteamericana, puesto que los periodistas deben ser el mecanismo de equilibrio del gobierno. Se supone que debemos contener a los que se encuentran en el poder y no ser su micrófono. Y eso es en lo que se han convertido los medios corporativos.
Cuando aquellos que se encuentran en el poder – tanto los demócratas como los republicanos – alegaban insistentemente que Irak disponía de armas de destrucción masiva, Democray Now! denunciaba la inexistencia de tales armas. Cuando he asistido a programas como Hardball y Scarborough Country, los representantes de los medios corporativos me han dicho: ¿Cómo íbamos a saber que tales afirmaciones eran falsas, si la administración oficial aseguraba que eran ciertas? Pero el papel del periodismo no es transmitir opiniones, sino llegar a la verdad. Incluso si todos los que se encuentran en el poder estuvieran de acuerdo, los reporteros deberían cuestionarse: ¿es cierto lo que dicen?
¿Crees que tu trabajo va a necesitar un giro como resultado de las elecciones?
No, creo que continuaremos proporcionando un forum para todas las voces, prestando particular atención a aquellos que han sido excluidos de los medios. Pienso que los medios deberían ser un santuario de debate. Esto es lo que da salud a este país. Creo que los medios pueden construir puentes entre las sociedades de diferentes culturas y comunidades.
Por ejemplo, el escándalo de la prisión de Abu Ghraib comenzó mucho antes de que el primer soldado de menor rango pusiera un dedo encima a los prisioneros iraquíes. Creo que empezó aquí, en casa, con una administración que demoniza a poblaciones enteras. Los afroamericanos siempre han estado en el punto de mira, y ahora los árabes americanos, musulmanes, y gente de descendencia sudasiática. Los medios raramente dejan hablar a estas personas. En su lugar, nos muestran a un pequeño grupo de expertos que saben tan poco de tanto, y que nos explican el mundo.
Creo que lo que hace especial a Democracy Now! es que somos un informativo diario, global, de base, independiente, con el objetivo de difundir las voces de gente de todo el mundo.
Traducción realizada por Ana Ferri
Traducido con el permiso de YES! Magazine