El cambio climático podría afectar la intensidad de los vientos oceánicos

Gonzalo Andrade para Globalízate, 06/07/2014

Las zonas de surgencia son áreas situadas en la parte oriental de los océanos en las que las aguas profundas ascienden hacia la superficie y forman intensas corrientes que recorren las zonas cercanas a la costa, desde latitudes cercanas a los polos, hasta el Ecuador. Dichas corrientes arrastran gran cantidad de nutrientes, lo que favorece el desarrollo de ecosistemas marinos muy productivos. Así, aunque ocupan tan sólo un 2% del área total de los océanos terrestres, las zonas de surgencia mantienen el 20% de las pesquerías del mundo. Es en estas zonas, de hecho, de donde procede una gran parte del pescado que consumen países como Perú o España.

Barcos en el puerto chileno de Arica1. En las zonas de surgencia costera situadas en la parte oriental de los Océanos Pacífico y Atlántico se sitúan los principales caladeros de pesca del mundo. 1 Foto: El Ciudadano (Chile)

Curiosamente, las zonas de surgencia costera han sido ampliamente investigadas, aún sabemos muy poco acerca del efecto que podría tener el cambio climático provocado por la actividad humana en las mismas, y por ende, como afectaría esto a la producción y la ecología de los océanos. En 1990 el oceanógrafo Andrew Bakum sugirió que las fuertes diferencias que se originarían entre la temperatura de las aguas superficiales de los océanos y la de los continentes cercanos debido al cambio climático podría dar lugar a una intensificación de los vientos que acompañan las corrientes existentes en las zonas de surgencia. La semana pasada, un grupo de oceanógrafos estadounidenses y australianos ha publicado un artículo de revisión en la conocida revista Science en el que se arroja algo de luz respecto a estas predicciones.

Según este estudio, en el que han re-analizado los datos procedentes de 22 trabajos publicados durante los últimos 60 años, el cambio climático ha provocado, en efecto, una intensificación de los vientos que se producen en las zonas de surgencia de Humboldt (junto a la costa de Chile y Perú), California (junto a la costa oeste de México y EEUU) y Benguela (junto a la costa atlántica de Sudáfrica y Namibia). Sin embargo, los vientos se han hecho más débiles en la zona Ibérica, junto a las costas atlánticas de Portugal y España y en torno a los archipiélagos de Madeira y Canarias.

Por otra parte, dentro de las zonas de Humboldt, California y Benguela se registraron mayores incrementos en la velocidad del viento en los estudios llevados a cabo en latitudes más cercanas a los polos, lo que coincide con los trabajos que indican un mayor aumento de la temperatura media superficial en las zonas polares.

Los autores de este trabajo han detectado también que las tendencias de intensificación o de debilitamiento de los vientos eran menos claras cuanto más dilatado era el periodo de estudio. Este resultado sugiere mantener una cierta cautela a la hora de vincular las tendencias de cambio en la velocidad del viento a los efectos del cambio climático, puesto que, en caso de que existiera dicha vinculación, la intensificación o el debilitamiento del viento deberían ser más claras a lo largo de periodos más amplios. Sin embargo, estos resultados también pueden indicar que no se ha realizado un número de medidas adecuado, de hecho, en los sistemas de California y Humboldt, más estudiados, la intensificación del viento aparecía de forma mucho más clara independientemente de la duración del periodo.

Los efectos de la intensificación del viento en las zonas de surgencia son de momento, un tanto difíciles de evaluar. En los sistemas de California, Humboldt y Benguela, una mayor intensidad del viento podría incrementar el aporte de nutrientes hacia latitudes ecuatoriales, lo que tendría un efecto muy positivo en las pesquerías y los ecosistemas marinos. Sin embargo, también podría dar lugar al transporte de plancton fuera de la plataforma continental, lo que originaría escasez de este alimento en las zonas costeras donde viven las poblaciones de mamíferos marinos que se alimentan del mismo.

Aunque los resultados de este trabajo de revisión no pueden ofrecer aún conclusiones nítidas acerca del efecto que está teniendo el cambio climático en la productividad marina de las zonas de surgencia, lo cierto es que ponen el acento sobre un fenómeno que había pasado ciertamente desapercibido para la comunidad científica. No hay que olvidar tampoco que las conclusiones del trabajo se basan en un número de artículos relativamente pequeño, lo que apunta hacia la necesidad de aumentar la financiación pública para el desarrollo de este tipo de trabajos. Cuanto más conozcamos acerca de cómo va a ser el mundo en el que vamos a vivir durante en las próximas décadas más posibilidades tendremos de adaptarnos al mismo de forma exitosa.

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