Vietnam; energía y talento para recuperar los bosques de un país devastado

Gonzalo Andrade para Globalízate, 18/05/2014

Más allá de su indudable incidencia social y económica, los conflictos armados han tenido un enorme impacto en la capacidad de los ecosistemas para proveer al ser humano de los servicios necesarios para su subsistencia. A muchos de nosotros nos resultan conocidos los efectos de la Guerras del Congo y de Irak en la destrucción de los sistemas agrícolas y forestales, y el miedo ambiente marino y costero, respectivamente. Sin embargo, el conflicto que empezó a llamar la atención de la comunidad internacional acerca de los devastadores efectos de la guerra en el Medio Ambiente fue la Guerra de Vietnam. A lo largo de dicho conflicto armado la fuerza aérea estadounidense esparció 72 millones de litros de herbicidas y defoliantes sobre los bosques vietnamitas con el fin de destruir la selva en la que obtenían cobijo las guerrillas locales. La destrucción deliberada del medio ambiente como estrategia militar, ya se había usado previamente por los ejércitos coloniales británico y francés en Malasia y Argelia respectivamente, pero en Vietnam alcanzó proporciones nunca vistas gasta entonces.

La utilización de defoliantes fué masiva durante la Guerra de Vietnam (1954-1976)

En los bosques rociados con defoliantes, entre los que destacaba el famoso "Agente Naranja" podían registrarse tasas de mortalidad de árboles de hasta un 80%, dejando extensas áreas cubiertas de madera muerta. Un ejemplo claro se muestra en estas dos fotografías. Por otra parte, aunque la utilización de defoliantes terminó con la finalización del conflicto en 1976, durante los años siguientes Vietnam entró en guerra con Camboya, a lo que China respondió invadiendo el norte del país. Debido a estos nuevos conflictos bélicos no se pudieron realizar las labores de restauración de la cubierta vegetal adecuadas a su debido tiempo y las zonas afectadas por los defoliantes se vieron invadidas por bambúes y herbáceas que formaban una cobertura vegetal compacta, lo que dificultaban enormemente la germinación y el establecimiento de semillas de árboles. Por otra parte, el empobrecimiento de la población rural país tras décadas de conflictos armados causó un repentino aumento de los incendios, el pastoreo, la extracción de leña para cocina, y la tala ilegal con fines comerciales. A consecuencia de todo ello la cobertura forestal de Vietnam disminuyó un 50% entre 1945 y 1980.

En la actualidad, Vietnam se enfrenta al importante reto de restaurar sus masas forestales con el fin de favorecer el manejo de las cuencas hidrográficas, asegurar el abastecimiento de agua de las grandes ciudades, evitar la pérdida de suelos por erosión, y defender las zonas costeras ante avenidas y tormentas. Según un decreto de 1998 el país debía alcanzar el porcentaje de cobertura forestal que tenía en 1940 en 2010 mediante la plantación de 5 millones de hectáreas, sin embargo, aunque se han hecho importantes avances, no se han cumplido dichos objetivos. La restauración de la cobertura forestal de Vietnam no es un reto fácil cuando pretenden alcanzarse objetivos difícilmente reconciliables como recuperar la biodiversidad y asegurar la supervivencia económica de las poblaciones locales.

Vivero forestal en la Reserva de Vin Chu (Sur de Vietnam)

El botánico Phung Tuu Boi, director del Centro de Asistencia en Conservación y Desarrollo Comunitario de Hanoi, ha sido una de las personas que han liderado el esfuerzo de Vietnam por recuperar su antiguo esplendor forestal. Según este investigador, en un principio, las labores de restauración de realizaban de forma mecánica, eliminando los bambúes y las gramíneas, y plantando arbolillos de especies autóctonas como el Takhian o Sao Den (estrella negra en vietnamita), un árbol de la familia de las Dipterocarpáceas muy común en los bosques del sudeste asiático, sin embargo, el crecimiento de los arbolillos de esta especia era demasiado lento, por lo que las plantas invasoras no tardaban en aparecer de nuevo. A consecuencia de ello, empezó a emplearse la Acacia australiana, capaz de crecer hasta 2 metros por año en suelos muy pobres en nutrientes. La sombra provocada por la densa copa de este árbol elimina las herbáceas exóticas que impiden la germinación y el establecimiento de las especies propias del bosque maduro. Por otra parte, la madera de acacia es muy apreciada en ebanistería, y tiene un gran valor comercial, por lo que puede ser utilizada por las poblaciones locales con técnicas de entresaca.

Otra solución puesta en práctica en la Reserva forestal de Vin Chu, 90 km al norte de Ciudad Ho Chi Mihn, en el sur del país, ha sido el establecimiento de plantaciones de Sao Den y otras especies del bosque maduro bajo cuyas copas se cultivan matas de café. La técnica del café bajo sombra, muy empleada en América Central, se ha revelado especialmente exitosa para restaurar la cobertura forestal y asegurar los medios para la supervivencia de los campesinos, puesto que hace un par de años Vietnam destronó a Brasil como primer exportador mundial de café. A pesar de ello, la restauración forestal de muchas zonas no está siendo fácil y la industria maderera local está presionando fuertemente al gobierno para el establecimiento de plantaciones de Eucalipto destinadas a la producción de celulosa.

En Vietnam, también se han llevado trabajos de restauración ambiental para solucionar otro problema; el de la presencia de suelos contaminados por TCDD, la principal dioxina contenida en el mortífero agente naranja, que se transfiere rápidamente a la cadena alimentaria. De hecho, se han encontrado niveles elevadísimos de dicha toxina en la sangre y la leche materna de la población local de las áreas más afectadas por el uso de defoliantes durante la guerra. Debido al elevado coste que supone descontaminar los suelos con una alta concentración de TCDD, se han creado barreras vegetales impedir la entrada de los residentes locales a los mismos y evitar su exposición al contaminante. Dichas barreras se han construido con plantones de la especie Gleditschia australis, un arbusto espinoso con el que los campesinos obtienen medicinas y una resina de uso alimentario muy apreciada.

Aunque la devastación de las masas forestales originada por el uso de defoliantes y herbicidas durante la guerra sigue generando muchísimos problemas, y a pesar de la dificultad que supone restaurar la cobertura vegetal en un país con una enorme población (de hecho, Vietnam es el decimotercer país más poblado del mundo) y cuya economía está experimentando un rápido crecimiento, Vietnam está haciendo poniendo importantes dosis de energía y talento para recuperar sus bosques, y dicho esfuerzo será, sin duda, recompensado.

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