Viejas plantas para nuevos retos; Cómo China asegura sus cosechas frente al cambio climático.

Gonzalo Andrade para Globalízate, 09/02/2013

Uno de los efectos más devastadores del cambio climático antropogénico en todo el mundo son las alteraciones en el periodo de crecimiento y maduración de los cultivos, lo que tiene importantes consecuencias para la seguridad alimentaria de regiones enteras.

Este problema es particularmente agudo en China. Este país cuenta tan sólo con un 7% de las tierras cultivables del planeta, pero alberga un 20% de la población mundial. Por otra parte, los núcleos urbanos están creciendo rápidamente, invadiendo tierras agrarias de gran valor productivo, y los hábitos alimentarios de la población están cambiando hacia un consumo cada vez mayor de carne.

Así, la demanda de alimentos en el gigante asiático es cada vez mayor pero la superficie cultivable del país es la misma. No sólo eso, sino que su producción de ha visto seriamente afectada a consecuencia del aumento en la temperatura y la disminución en la precipitación media anual que se han producido durante las últimas décadas en el norte y el sureste del país, en donde se cultivan el trigo y el arroz, dos cereales de gran  importancia para la dieta local. Por lo menos eso demuestran varios estudios recientes enormemente rigurosos. Los realizados durante los últimos años por el equipo de Tao Fulu, ingeniero agrónomo de la Academia China de Ciencias en Pekín, han sido mencionados esta semana por su calidad e impacto en la prestigiosa revista Science.

Estos investigadores han descubierto que a pesar de que el aumento de la temperatura media anual durante los últimos treinta años ha posibilitado una expansión de las tierras cultivables en el norte de China, el efecto de esta en la producción de trigo esta se ha visto contrarrestado por la reducción del periodo de crecimiento de este cereal, lo que ha disminuido el número de granos por planta, y ha reducido las cosechas.

En el sureste del país, por el contrario, el aumento de la temperatura media anual ha provocado un incremento de la cosecha de arroz. Sin embargo, también ha aumentado el número de días con temperaturas altas extremas, lo que lleva aparejado un riesgo; si el arroz se ve expuesto a temperaturas mayores de 37ºC en el momento de la floración, la polinización de las plantas se reduce muchísimo, lo que acaba afectando al desarrollo posterior de los granos por tanto, a la calidad de las cosechas.

Si miramos al futuro, hay un dato que termina de empeorar el cuadro. Según el Segundo Informe Nacional sobre Cambio Climático del Gobierno chino, publicado en 2011, la escasez de agua provocada por este fenómeno reduciría las cosechas de trigo en el norte. A su vez, los campos de arroz del sureste del país podrían verse afectados por un incremento en el número y la intensidad de las inundaciones, y por el aumento en el nivel del mar.

Para hacer frente a estos problemas y asegurar la alimentación de los más de mil millones de personas que viven en China, los científicos de este país están desarrollando soluciones tales como alterar los periodos para la siembra y la cosecha de los cereales, mejorar las obsoletas infraestructuras de regadío del norte para hacerlas más eficientes en el uso del agua y utilizar variedades de cultivo a las que hasta ahora se había prestado poca atención. Una de ellas se encontraba en el banco de diversidad genética del Instituto Internacional para la Investigación sobre el Arroz de Los Baños (Filipinas) (IRRI según sus siglas en inglés). Esta variedad de arroz, infrautilizada hasta ahora, libera el polen en las primeras horas del día, cuando las temperaturas aún no son demasiado altas, lo que evita el efecto que tienen las elevadas temperaturas en la polinización de esta planta, impidiendo la disminución en la calidad de los granos.

Pero no sólo los científicos y los técnicos de la administración pública están buscando alternativas para mantener la cantidad y la calidad de las cosechas en China. Otro estudio también publicado esta semana, demuestra como el efecto del cambio climático antropogénico en el periodo de crecimiento y maduración del arroz en el sur del país ha sido menor de lo esperado. Y ello se debe principalmente a que los campesinos locales han vuelto a cultivar variedades de cultivo en desuso cuyo periodo de crecimiento es más largo y lento, las cuales se adaptan mejor a las temperaturas crecientes.

Estos trabajos demuestran la enorme importancia que tiene el mantenimiento de la diversidad biológica de las plantas cultivadas para asegurar la cantidad y la calidad de las cosechas de cereales frente al cambio climático antropogénico. Mi abuela materna siempre decía que no debíamos tirar a la basura las cosas viejas y aparentemente inservibles que a veces guardamos en casa porque igual podían servirnos algún día. Los científicos y campesinos chinos le han dado definitivamente la razón.

Para saber más:

Larson, C. (2013) Losing arable land, China faces stark choice: adapt or go hungry. Science 339: 644-645.

Zhang, T., Huang, Y. y Yang, X. (2013). Climate warming over the past three decades has shortened rice growth duration in China and cultivar shifts have further accelerated the process for late rice. Global Change Biology 19: 563-570.

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