Un derroche de residuos
George Monbiot, 29/01/2012¿Por qué enterrar los residuos nucleares cuando estos pueden cubrir las necesidades energéticas mundiales?
Es una afirmación devastadora, especialmente durante la Cumbre de Durban. Pero no tendría sentido escribir esta columna si no estuviéramos preparados para enfrentarnos a verdades tan duras. Este año el movimiento medioambiental al que pertenezco a hecho mas daño al medio ambiente que los propios negacionistas del cambio climático.
Como resultado de cerrar su programa nuclear, en respuesta a las demandas verdes, Alemania emitirá 300 millones de toneladas extras de dióxido de carbono de aquí a 2020 (1). Esa cifra es prácticamente igual a la que evita la directiva europea de la eficiencia en toda Europa (2). Otros países van a seguir por el mismo camino. Estas decisiones vienen determinadas por una interpretación casi medieval de la ciencia y la tecnología.
Mientras que los verdes tienen razón en casi todas las cosas que promulgan, nuestro punto de vista sobre la energía nuclear es erróneo.
Hace un par de semanas, The Guardian investigó el trabajo del Doctor Chris Busby (3,4). Descubrimos que ha estado promoviendo pastillas anti-radiación y haciendo pruebas en ciudadanos japoneses que los científicos han calificado como inútiles y sin ningún fundamento. También publicamos que se habían pedido donaciones para ayudar a los niños de Fukhusima a la cuenta bancaria de Busby en Aberystwyth. Nos encontramos con que científicos del sistema nacional de salud británico (NHS) habían examinado sus aseveraciones sobe la detección de leucemia en el norte de Gales y descubrieron que era producto de una serie de errores estadísticos increíbles. Peor aún, según los científicos “la base de datos ha sido sistemáticamente manipulada”, le acusaron de escoger los datos que le interesaban para sostener su estudio (5). Busby, hasta que apareció nuestro informe, era el asesor del Partido Verde sobre radiación. Sus “descubrimientos” son muy utilizados por los antinucleares.
La semana pasada en el New York Times, la activista antinuclear Helen Caldicott repitió algo que ya había sido desacreditado suficientemente: “casi 1 millón de personas han muerto por causas relacionadas al desastre de Chernobyl” (6). El “estudio” en el que estaba basado añadía un exceso de muertes a todo tipo de condicionantes, muchos de los cuales no tienen relación conocida con la radiación en los países afectados por esta, y que las atribuyen al accidente (7,8,8a). Entre estos condicionantes están la cirrosis hepática. ¿Podría haber otra causa para esto en Europa del Este? A principios de 2011 cuando le pedí a Caldicott que me mostrase fuentes científicas que corroboraran lo que estaba aseverando, fue incapaz de hacerlo (9,10). Nada de esto la ha detenido en repetirlas, ni tampoco ha disuadido a los verdes de difundirlas.
Los activistas antinucleares han generado tanta absurdidad como los creacionistas, los antivacunas, los homeópatas y los negacionistas del cambio climático. En todos estos casos el proceso científico ha sido revertido: la gente ha comenzado con sus conclusiones y después han buscado frenéticamente las pruebas que las apoyen.
La tentación, cuando se ha producido un gran error, es buscar desesperadamente mas excusas para sustentar el error, en lugar de admitir las terribles consecuencias de lo que se ha hecho. Pero ahora, al menos en el Reino Unido, tenemos una gran oportunidad para corregir los errores. Nuestro movimiento puede abandonar esta absurda idea y salir con una conciencia limpia, la tecnología que estoy a punto de describir acaba con los 3 puntos en discordia: reducir, reutilizar y reciclar.
Comenzaré poniendo esto en su contexto. Como otros países que padecen el pernicioso corto plazo de los albores de la industria energética nuclear, el Reino Unido se enfrenta a una factura astronómica para el almacenaje y limpieza de los residuos radioactivos. Lo mismo ocurre con la industria nuclear armamentística. Pero, ¿son residuos realmente o pueden ser vistos de otra manera?
En su libro “Prescription for the Planet’’ el medioambientalista Tom Blees explica el gran potencial de los reactores rápidos integrales (Integrated fast reactors- IFRs) (11). Se trata de centrales nucleares que pueden funcionar con el material sobrante de las centrales convencionales. La energía nuclear convencional sólo utiliza el 0,6% de la energía contenida en el uranio que se utiliza. Los IFRs pueden utilizar prácticamente el resto. Ya hay suficientes residuos nucleares en el planeta para cubrir la necesidad energética mundial durante varios cientos de años y esto prácticamente sin producir emisiones de carbono. Los IFRs necesitan ser cargados con material de fisión sólo una vez. Después de esa carga inicial pueden funcionar reciclándolo y extrayendo cada vez más cantidad de su energía, todo ello hasta que quede una pequeña fracción de residuos. Sus componentes tienen una vida de decenas en lugar de millones de años. Esto los hace más peligros pero más fáciles de manejar a largo plazo. Cuando los residuos calientes han sido utilizados, los IFRs pueden ser recargados con Uranio de baja intensidad (U-238), de los que el mundo posee unas enormes cantidades. (12)
El material reprocesado nunca abandona la central: permanece sellado y operado a control remoto en una planta recicladora. Cualquiera que intente extraerlo moriría en el acto. Al asegurarse de que el material no puede utilizarse, el proceso del IFR, reduce el riesgo de la proliferación de armamento. La central funciona a poco más de la presión atmosférica, por lo que no puede explotar el techo. Aún mejor, sólo puede deshacerse si no existieran las leyes físicas. Si el combustible se recalienta su expansión detiene la reacción. Si como la central de Fukushima, el IFR pierde su entrada de energía, simplemente se apaga sin intervención humana. Como funcionan con menos bombas y válvulas que las centrales convencionales, también resultarán mucho más baratas (13).
Ahora sólo nos falta una pregunta: ¿donde están? En 1994 los demócratas en el congreso de los EEUU, liderados por John Kerry, decían engañosamente, como por ejemplo en la campana Swift Boat que más tarde se utilizó en su contra (14), que habían cerrado el programa de investigación de los laboratorios Nacionales Argonne que habían estado funcionando exitosamente durante 30 años. Incluso Hazel O’Leary, persona muy influyente en el lobby de los combustibles fósiles y acusado por la administración Clinton de haber acabado con el programa, admitió que no eran necesarias mas pruebas para probar su viabilidad (15).
Pero todavía existe una prueba aún mas contundente sobre la viabilidad del sistema: la semana pasada GE Hitachi (GEH) le dijo al gobierno británico que podría construir un reactor rápido en cinco años y así utilizar todo los residuos de plutonio de la central de Sellafield, y que si no funcionase, el gobierno no tendría que pagar nada (16). Un reactor rápido lleva funcionado en Rusia 30 años (17) y varias centrales similares se están construyendo en China e India (18,19). GEH’s proponen utilizar reactores PRISM que utilizan la misma tecnología generadora que los IFR, aunque la propuesta actual no incluye la planta reprocesadora. Deben incluirla.
Si el gobierno no acepta la propuesta de GEH’s, hará, como informó el departamento de energía el jueves, encargarse de los residuos mediante el procesamiento mixto de óxido (mox) (20). Lo que produciría un combustible que nadie iba a querer y generaría al mismo tiempo más residuos de plutonio de los que actualmente tenemos. Aumentando la energía total que la industria produce del 0,6 al 0,8% (21).
Por lo tanto los medioambientalistas tenemos una elección. No podemos olvidarnos de los residuos. O es almacenando y después enterrado, o lo convertimos en combustibles mox, o los utilizamos para que funcionen los IFRs. La decisión se está tomando en estos momentos y tenemos que posicionarnos. Sugiero que tomemos la decisión radical de utilizar la ciencia, y no la superstición, como guía.
Traducido por Félix Nieto para Globalízate
Articulo original : December 5, 2011
A waste of waste
Why bury nuclear waste, when it could meet the world’s energy needs?
By George Monbiot. Published in the Guardian 6th December 2011
http://www.monbiot.com/2011/12/05/a-waste-of-waste/
Referencias:
1. http://www.newscientist.com/article/mg21128236.300-the-carbon-cost-of-germanys-nuclear-nein-danke.html
2. 335mt.
3. http://www.guardian.co.uk/environment/2011/nov/21/christopher-busby-radiation-pills-fukushima
4. http://www.monbiot.com/2011/11/22/how-the-greens-were-misled/
5. John A Steward, Ceri White and Shelagh Reynolds, 2008. Leukaemia incidence in Welsh children linked with low level radiation—making sense of some erroneous results published in the media. Journal of Radiological Protection 28, 33–43. doi:10.1088/0952-4746/28/1/001
http://iopscience.iop.org/0952-4746/28/1/001/pdf/0952-4746_28_1_001.pdf
6. http://www.nytimes.com/2011/12/02/opinion/magazine-global-agenda-enough-is-enough.html
7. Alexey V. Yablokov, Vassily B. Nesterenko and Alexey V. Nesterenko, 2010. Chernobyl: Consequences of the Catastrophe for People and the Environment. Annals of the New York Academy of Sciences. I have this in pdf form, sent to me by the NYAS.
8. The “study” was published by the New York Academy of Sciences, which has now disowned it. Here’s what it says: “In no sense did Annals of the New York Academy of Sciences or the New York Academy of Sciences commission this work; nor by its publication do we intend to independently validate the claims made in the translation or in the original publications cited in the work. The translated volume has not been peer-reviewed by the New York Academy of Sciences, or by anyone else.” Sent to me by Douglas Braaten, Director and Executive Editor, Annals of the New York Academy of Sciences, 2nd April 2011.
8a. Here’s a devastating review of the “study”: MW Charles, 2010. Review of Chernobyl: consequences of the catastrophe for people and the environment. Radiation Protection Dosimetry (2010) 141(1): 101-104. doi: 10.1093/rpd/ncq185. http://rpd.oxfordjournals.org/content/141/1/101.full
9. http://www.monbiot.com/2011/04/04/evidence-meltdown/
10. http://www.monbiot.com/2011/04/13/why-this-matters/
11. Tom Blees, 2008. Prescription for the Planet: the painless remedy for our energy and environmental crises. ISBN 1-4196-5582-5
12. As above.
13. As above.
14. http://www.gpo.gov/fdsys/pkg/CREC-1994-06-30/html/CREC-1994-06-30-pt1-PgS7.htm
15. Amazingly, Kerry himself quotes this with no sense of the way in which it flatly contradicts everything else he’s been saying: “I quote from her letter of June 27: ‘No further testing of the Integral Fast Reactor concept is required to prove the technical feasibility of actinide recycle and burning in a fast spectrum reactor, such as the Experimental Breeder Reactor in Idaho. The basic physics and chemistry of this technology are established.’”
16. This pledge was made during a meeting between GEH and UK government officials and advisers on 30th November 2011.
17. http://en.wikipedia.org/wiki/BN-600_reactor
18. http://www.world-nuclear.org/info/inf53.html
19. http://bravenewclimate.com/2011/11/27/china-fr-summary/
20. http://www.decc.gov.uk/en/content/cms/consultations/plutonium/plutonium.aspx
21. http://bravenewclimate.com/2011/06/04/uk-pu-cc/