El pensamiento de un tanque
George Monbiot, 09/10/2011Los “thinktanks del Mercado Libre” y los personajes secretos que los dotan de fondos son un peligro para la democracia.
Nadine Dorries no responde. Lord Lawson no responde. Michael Gove no responde. Pero la pregunta es sencilla, por lo que si no lo saben es porque no quieren saberlo. ¿De dónde procede el dinero? Todos están conectados con grupos cuyo propósito es cambiar la dirección de la vida pública. Nadie revelará quién le da los fondos.
Cuando intentó restringir el asesoramiento para el aborto, la Miembro del Parlamento Nadine Dorries recibió el apoyo de un grupo llamado Right to Know. Cuando otros miembros del Parlamento le preguntaron de quiénes procedían los fondos, ella afirmó que no lo sabía (1,2). Lord Lawson es presidente de la Global Warming Policy Foundation, que transmite dudas sobre la ciencia del cambio climático. Demanda espíritu abierto y transparencia a los científicos (3). Sin embargo, se niega a decir quién paga los fondos de la fundación, alegando que los donantes no desean verse públicamente implicados en la controversia.(4) Michael Gove fue presidente de Policy Exchange, un influyente thinktank conservador. Cuando le pregunté que quiénes daban los fondos de Policy Exchange cuando él la dirigía, su oficina me dijo que él no tenía esa información y no podían ayudarme.(5)
Sabemos que para entender la política y los trapicheos de la influencia debemos seguir el camino del dinero. Por eso resulta digno de mención el hecho de que la pregunta de quién da los fondos a los thinktanks reciba raramente una respuesta.
En el Reino Unido hay docenas de grupos que se dan a sí mismos el nombre de thinktanks conservadores o pro mercado libre, pero tienen una agenda notablemente coherente. Tienden a oponerse a las leyes que nos protegen de los bancos y de las corporaciones; a solicitar la privatización de los activos del Estado; a argumentar que los ricos deberían pagar menos impuestos; y a despreciar el calentamiento global. Lo que los thinktanks llaman una economía del libre mercado se asemeja más a un programa del poder corporativo.
Algunos de ellos manejan cifras de millones de libras al año, pero en la mayoría de los casos eso es lo único que sabemos. En Estados Unidos, los grupos que afirman ser thinktanks del mercado libre han actuado como sofisticados mecanismos de presión de las corporaciones, actuando concertadamente para promover las opiniones de las personas que les otorgan los fondos. En columnas anteriores, he mostrado cómo grupos semejantes, con fondos dotados por los millonarios hermanos Koch, crearon y dirigieron el movimiento del Tea Party (6,7).
Los Koch y la compañía petrolífera Exxon también han donado fondos a un enjambre de thinktanks que, por coincidencia, todos decidieron espontáneamente que el cambio climático causado por el hombre era un mito (8,9). Un estudio de la publicación Environmental Politics mostró que esos grupos, con fondos de las elites económicas y trabajando en los medios de comunicación han sido decisivos para invertir el apoyo estadounidense a la protección medioambiental, tanto en su país como internacionalmente.(10)
Jeff Judson, que ha trabajado 26 años como lobbyist de corporaciones en Estados Unidos, ha explicado el motivo de que los thinktanks sean más efectivos que otras agencias de relaciones públicas. Son, afirma, “el origen de muchas de las ideas y hechos que aparecen en innumerables editoriales, nuevos artículos y columnas”.(11) Tienen ”una influencia considerable y estrechas relaciones personales con funcionarios electos”. “Se apoyan y promueven unos a otros, se hacen eco de los mensajes de los otros y los amplifican y pueden … formar coaliciones sobre las cuestiones políticas públicas más importantes”. Lo más importante es que “son prácticamente inmunes al castigo … la identidad de los donantes de fondos a los thinktanks está protegida frente a cualquier revelación involuntaria.(12)
Cuanto más los miras, más parecen grupos de un lobby que trabajan para la gran empresa sin revelar sus intereses. Sin embargo, en los medios de comunicación son tratados como expertos independientes. La BBC es especialmente culpable. Incluso cuando grupos medioambientales o de derechos humanos han puesto al descubierto que sus colaboradores recibían fondos de las corporaciones, les permite disfrazarse de comentaristas imparciales, sin revelar los intereses que hay tras ellos.
Por el bien de la democracia, deberíamos saber quién da fondos a las organizaciones que se llaman a sí mismas thinktanks. Para este fin, me puse en contacto con 15 grupos. Once de ellos podrían ser descritos como conservadores o partidarios del mercado libre; cuatro son progresistas. Les hice a todos una pregunta sencilla: ¿Podrían darme los nombres de sus principales donantes y el importe de su contribución en el último año fiscal? Di a sus respuestas una escala de cinco por transparencia y responsabilidad.
Tres de los grupos con los que contacté --“Right to Know, International Policy Network y Nurses for Reform— no respondieron a mis llamadas ni correos electrónicos. Otros seis se negaron a darme cualquier información útil: el Institute of Economic Affairs, Policy Exchange, el Adam Smith Institute, la TaxPayers Alliance, la Global Warming Policy Foundation y la Christian Medical Fellowship ofrecieron excusas similares, concernientes sobre todo a la necesidad de proteger la privacidad de sus donantes. Mi opinión es que si pagas para obtener influencia, deberías responsabilizarte de ello. Cero puntos.
Civitas lo hizo fraccionalmente mejor, obteniendo una puntuación de 1. Su sitio web da los nombres de un pequeño número de donantes a sus escuelas(13), pero no revelaba el importe de lo donado ni la identidad de nadie más. El único thinktank derechista que lo hizo bien fue Reform, que me envió una lista de sus donantes corporativos más importantes: Lloyds (50.000 £), Novo Nordisk (48.000 £), Sky (42.000 £), General Electric (41.000 £) y Danone (40.000 £). Reform enumera a sus otros patrocinadores corporativos en su revista anual (14), por lo que gana 4 puntos. Si ellos lo pueden hacer, ¿qué se lo impide a los otros?
Los progresistas respondieron mejor. Entre ellos, Demos no tanto. Me envió una lista de sus patrocinadores, pero se negó a decir cuánto daban. Le puse una puntuación de 2.5. El Institute for Public Policy Research enumeró a sus donantes y, tras algunos escollos, pudo identificar a los más importantes de ellos: la Unión Europea (una concesión de 8000.000 €) y la Esmee Fairburn Foundation (86.000 £). Puntúa 3.5. La New Economics Foundation me envió una lista de todos sus donantes y el importe entregado por cada uno en el año anterior, ganando 4 puntos. Los donantes más importantes son la Network for Social Change (173.000 £), el departamento de salud (124.000 £) y la Aim Foundation (100.000 £). Compass ya había publicado una lista completa en su informe anual (15). El donante mayor, con mucho, es la Communication Workers Union, que dio 78.000 £ en 2009. Compass obtiene 5 de 5.
La imagen que vemos, con la notable excepción de Reform, es la del secreto entre los grupos de derechas, lo que crea la poderosa impresión de que tienen algo que ocultar. Sorprendentemente, esta ausencia de respuesta y el mercadeo de influencias, que sin duda oscurece la situación, no afecta a su estatus de organizaciones caritativas.
La dotación de fondos de estos grupos no debería ser material de discrecionalidad voluntaria de la revelación de información. Como comentó alguien en febrero de 2010, “los lobbies corporativos secretos, como el escándalo de los gastos, apunta al motivo central de que la gente esté harta de los políticos … ha llegado el momento de que brille la luz de la transparencia en los lobbies de nuestro país y de que se obligue a nuestros políticos a actuar limpiamente con respecto a quiénes están comprando influencia y poder”.(16) ¿Quién fue este izquierdista confeso? Un tal David Cameron.
Acuso a esos grupos que se dan a sí mismos el nombre de thinktanks del Mercado libre de no serlo en absoluto. Son agencias de relaciones públicas, que secretamente trabajan como lobbies para las corporaciones y las multinacionales que los financian. Si desean refutar esta afirmación, deben revelar el origen de sus fondos. Hasta entonces, siempre que oiga hablar de un thinktank del mercado libre, piense en un tanque que aplasta la democracia y es conducido por la Gran Empresa.
Artículo original:
http://www.monbiot.com/2011/09/12/think-of-a-tank/
Traducido para Globalízate por Víctor García
Referencias:
1.
http://www.guardian.co.uk/politics/2011/sep/02/abortion-debate-dorries-campaign
2.
http://nsnewsflash.wordpress.com/2011/08/28/nadine-dorries-misleads-her-readers-this-time-over-evan-harris-losing-it-in-abortion-interview/
3. eg
http://www.thegwpf.org/best-of-blogs/3299-an-open-letter-to-sir-paul-nurse.html
4. http://www.thegwpf.org/images/stories/gwpf-reports/accounts.pdf
5. By phone, 12th September 2011.
6. http://www.monbiot.com/2010/10/25/toxic-brew/
7. http://www.monbiot.com/2011/08/01/how-the-billionaires-broke-the-system/
8.
http://www.greenpeace.org/usa/Global/usa/planet3/publications/gwe/Koch-Ind-Still-Fueling-Climate-Denial.pdf
9. http://www.exxonsecrets.org/maps.php
10. Peter Jacques, Riley Dunlap, and Mark Freeman, 2008. The organisation
of denial: Conservative
think tanks and environmental scepticism. Environmental Politics, 17: 3,
349-385. DOI: 10.1080/09644010802055576
11. http://www.scribd.com/doc/30730535/Why-Think-Tanks-are-More-Effective
12. As above.
13. http://www.civitasschools.org.uk/funding.php
14. Page 24.
http://www.reform.co.uk/portals/0/documents/AnnualReview2010.pdf
15.
http://clients.squareeye.net/uploads/compass/documents/compass%20annual%20report%202009-10_WEB_1.pdf
16.
http://www.conservatives.com/News/Speeches/2010/02/David_Cameron_Rebuilding_trust_in_politics.aspx