Los propietarios de segundas viviendas están entre la gente mas egoísta de Inglaterra
George Monbiot, 21/06/2006LOS PROPIETARIOS DE SEGUNDAS VIVIENDAS EN INGLATERRA ESTÁN ENTRE LA GENTE MAS EGOÍSTA DE INGLATERRA
Cada compra de una segunda vivienda priva a alguien de tener una. La única respuesta es gravarlas fuertemente.
¿Qué mayor fuente de injusticia puede ser que mientras algunas personas no tienen casa, otros tienen dos? Todavía continua creciendo el comercio vampiro en segundas viviendas – un 3% al año, no inhibida por el gobierno o por la conciencia de los compradores. Cada compra de una segunda vivienda priva a alguien de tener la primera. Pero expresarte contra ello es identificarte como un aguafiestas o un mojigato.
Si viajas a Woth Matravers – un pueblo en Dorset en el que el 60% de las casa son propiedad de los fantasmas – no encontraras hordas de gente sin casa acampando sobre la acera en cajas de cartón. El mercado no funciona así. Los jóvenes del pueblo, al no poder comprar aquí, se han mudado, y han contribuido a la presión inmobiliaria en otro lugar. Los impactos del mercado fantasma podrían ser invisibles a los compradores, pero esto no significa que no sean reales. Los propietarios de segundas viviendas son quizás la gente más egoísta del Reino Unido.
En Inglaterra y Gales hay 250.000 segundas viviendas. En Inglaterra hay 221.000 personas clasificadas como “sin techo” o viviendo en hostales o alojamiento temporal. (Estos casos desesperados constituyen cerca del 24% de aquellos en necesidad de vivienda social). No estoy argumentando que si cada casa sin uso fuera usada, el agudo problema de los “sin techo” sería resuelto. Digo que el problema de los “sin techo” se ha agravado por el fracaso del gobierno en asegurar que las casas se usen para vivir en ellas.
El asunto recibió muy poca cobertura de prensa cuando la Comisión para la vivienda rural asequible (Affordable Rural Housing Comisión) publicó su informe. Sugería que los propietarios de segundas viviendas podrían ser gravados más fuertemente en algunos lugares o que los permisos de urbanismo deben ser requeridos para convertir una casa en una casa fantasma. Sus ideas, aunque leves y provisionales, fueron recibidas con furia.”Si el gobierno adopta estas propuestas”, The Telegraph rugió,”será para castigar mas a los votantes de clase media y beneficiarse de una cultura de queja avivada por la envidia”. En The Guardian, Simon Jenkins sugirió que las propuestas de la comisión negarían “a los actuales propietarios el valor de su propiedad y de esta manera, su movilidad y la de sus hijos. Es una locura el impuesto sobre el patrimonio en el pobre mundo rural…Insinuar que aquellos que traen dinero fresco y, en algunos casos, nueva actividad económica a la Inglaterra rural son un mal social, es un arcaísmo de izquierdas.”
Si por preocuparte de los “sin techo” te conviertes en un dinosaurio de izquierdas, yo lo soy. Es verdad que controlar estrictamente las segundas viviendas contendría los precios de las casas en el campo un poco. Esto es una parte del asunto. Pero no es que los propietarios de casas en el ámbito rural estén sufriendo los bajos precios. El día anterior de que su columna fuera publicada, Halifax hizo públicas unas cifras que mostraban que coste promedio de las casas rurales era de 208.699 libras (o 6.7 veces el promedio de las ganancias anuales), mientras que el coste promedio de casas en ciudad era de 176.115 libras. Jenkins parece estar pidiéndonos que nos preocupemos mas por los beneficios de aquellos que ya son ricos en capital en lugar de la gente que no tiene nada, excepto una caja en la que dormir. Es también verdad, que en los fines de semana y durante el tiempo de vacaciones, los propietarios de segundas viviendas puedan llevan nuevo comercio a las tiendas locales –especialmente el tipo de tiendas pintorescas que ahúman su propio pescado y venden jarras de mermelada con un sombrero de papel puesto. Pero para el resto del año, como el pueblo esta medio vacío, el negocio muere.
El impacto ambiental tiene que ser también tremendo. Es bastante difícil alojar la casas que necesitamos en el campo y después abandonar las casas falsificadas que están siendo construidas para “domingueros” Abre las páginas de cualquier suplemente de propiedad y encontrarás anuncios para nuevos “refugios de vacaciones” en Cornwall, Dorset, Pembrokeshire y Norfolk. Los aeropuertos regionales están floreciendo (o intentándolo) en cualquier lugar donde los brokers de la City empiezan a poner precio a los vecinos. (La gente con segundas casas en el extranjero hacen incluso más daño: un estudio sugiere que toman un promedio de seis viajes de ida y vuelta al año). Esto sin decir nada del coste ambiental de mantener dos casas, y sin duda dejando la seguridad instalada y equipos en “standby” mientras continúas tu vida en otra parte
Por todas estas razones, creo que las propuestas de la comisión no van suficientemente lejos. Trata la propiedad de la segunda vivienda como un problema local, confinada a las partes más atractivas del campo. No considera la más amplia contribución que la propiedad les hace a los “sin techo” o a la destrucción del ambiente. No apunta –casi siempre perdido por los medios de comunicación – que la mayoría de las segundas viviendas (155.000 de las 250.000) están en pueblos y ciudades, donde los hombres de negocios de media edad cambian lo que podría haber sido primeras viviendas en segundas. Acepto que es una comisión para casas en el campo, pero no puedo decir si este conocimiento podría haber causado algún problema para Elinor Goodman –el jefe de la comisión- que tiene una segunda casa en Westminster.
Me gustaría ver que la propiedad de segundas viviendas se convierte en cara de forma prohibitiva, en cualquier parte que estuviera. Es mas barato ser propietario de una segunda vivienda que de una primera. El gobierno ha reducido la devolución fiscal de los impuestos municipales para casas fantasma del 50 al 10%, pero todavía parece escandaloso que deba haber un descuento de cualquier tipo. Aun peor, como una carta en The Guardian apuntaba, la gente esta comprando casas de fin de semana como préstamo de falsas vacaciones y preparando esta “perdida de negocio” contra los impuestos. Este bucle necesita absolutamente ser cerrado. Per,o porque no un 500% de impuestos municipales para todas las segundas viviendas, que las autoridades locales estén obligadas a hipotecar: para usar, en otras palabras, ¿para nuevas viviendas sociales? No parará a los más ricos de seguir comprando mas casas, pero al menos gente al final de la escalera podrá obtener algo a cambio.
A menudo se nos dice que los impuestos de castigo no funcionan, porque las parejas podrían registrar sus casas separadamente. Pero esto seguramente sería posible solo para gente que no esta ni casada ni en unión civil. No parará al gobierno de imponer ganancias de capital. El problema real es que casi cada diputado con un distrito electoral fuera de Londres tiene dos casas o más, y hay escasos periodistas que no están atraídos por la vida en las afueras de una ciudad, o un periódico que no dependa de publicitar inmobiliarias. Hace dos semanas el Sunday Times reveló que la diputada laborista Barbara Follett, que es propietaria de una casa de 2 millones de libras en su distrito electoral en Stevenage, un piso en el Soho y casas en Antigua y Ciudad del Cabo, ha reclamado 76.357 en gastos a los Comunes durante los últimos cuatro años por su alojamiento en Londres. Quizás no es difícil ver por que los diputados no están reclamando que se haga algo. El viernes, Peter Mandelson – el hombre que sabe lo que Blair piensa – dijo en una conferencia que el desafío primario del partido laborista era encontrar soluciones “a la angustia de la clase media trabajadora… No es un viejo territorio laborista que hayamos olvidado y que se haya separado sino el territorio del Nuevo laborismo que hemos ocupado desde 1997 el que esta en riesgo”.
En otras palabras, las oportunidades de que el gobierno fuerce el abandono de segundas viviendas son aproximadamente cero. Pero esto no debe pararnos y dejar de decir que es inaceptable dejar que el rico prive a los pobres de sus casas.
Traducción: Mario Cuellar