La otra crisis: Los precios de los alimentos y los combustibles siguen engendrando riesgos

FMI, 04/10/2008

FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

En un momento de profunda preocupación mundial en torno a la crisis de los mercados financieros estadounidenses, es fundamental no perder de vista la "otra crisis" que está golpeando directamente a las poblaciones pobres del mundo: la escalada de los precios de los alimentos y los combustibles.

Ese fue el mensaje que transmitió el Director Gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, durante una sesión informativa sobre el trabajo que está realizando la institución al respecto.

Ante representantes de los medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, Strauss-Kahn afirmó que el "shock" generado por el alza de los precios continúa siendo grave: alrededor de 50 países de ingreso bajo y mediano siguen siendo vulnerables al deterioro de la balanza de pagos y la inflación general.

El nuevo estudio, que actualiza un análisis de julio pasado en el cual el FMI abordó el impacto macroeconómico del costo de los alimentos y los combustibles, muestra que los precios se mantienen muy por encima de los niveles registrados cuando se inició esta escalada.

Strauss-Kahn recalcó que mientras la comunidad internacional tiene la atención puesta en la crisis financiera que están viviendo las economías avanzadas, "es importante no perder de vista la ‘otra crisis’, es decir, el impacto constante y debilitante que tiene en algunos de los países más pobres la carestía de los alimentos y los combustibles". Alrededor de 60 representantes de medios de comunicación, centros de estudio, organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil asistieron al encuentro.

Llamado a una acción más decisiva

Tras presentar las conclusiones y recomendaciones del FMI, Strauss-Kahn señaló que la respuesta de la comunidad internacional por el momento es decepcionante e instó a los donantes "a hacer lo que dijeron que iban a hacer". También hizo mención de las últimas novedades sobre el respaldo que la organización les brinda a los países damnificados, en forma de asesoramiento y asistencia técnica y financiera.

"Aunque los precios de los alimentos y los combustibles están por debajo de los máximos recientes, desafortunadamente se mantienen muy por encima de los niveles que existían cuando comenzó la escalada", puntualizó Strauss-Kahn. "Lo que esto significa para una gran cantidad de países, sobre todo de África, es un shock considerable". Strauss-Kahn alentó a una "acción más decisiva" por parte de la comunidad internacional para ampliar la ayuda financiera y práctica a los países vulnerables.

El informe de julio advertía que la subida de precios era especialmente pronunciada en los países de ingreso bajo y mediano que dependen de las importaciones, y que sus riesgos se manifiestan en problemas de balanza de pagos, aumento de la inflación y avance de la pobreza.

Según la evaluación actualizada, el impacto del encarecimiento de los alimentos y los combustibles en los países en desarrollo, lejos de disminuir, sigue agudizándose. Para mediados de septiembre los precios del petróleo habían retrocedido alrededor de 40% respecto de los máximos de mediados de julio, pero aun así estaban al doble de los niveles de fines de 2006. Los precios de los alimentos también bajaron 8% respecto de los máximos de junio, pero se mantienen por encima de los niveles de fines de 2006.

Strauss-Kahn estuvo acompañado de Hugh Bredenkamp, Patricia Alonso-Gamo (ambos del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI, antes denominado Departamento de Elaboración y Examen de Políticas), Thomas Helbling (Departamento de Estudios), Benedicte Christensen (Departamento de África) y Sanjeev Gupta (Departamento de Finanzas Públicas). Bredenkamp presentó diapositivas con más detalles sobre la labor del FMI y luego actuó de moderador en una breve sesión de preguntas y respuestas.

La perspectiva del FMI

Los asistentes formularon preguntas sobre los vínculos entre la crisis financiera y la crisis de los alimentos y los combustibles. Christensen respondió que hasta ahora la crisis financiera no tiene un efecto directo tan marcado en los países africanos, pero que los precios de las materias primas sufrirán cierto impacto; por ejemplo, si continúan bajando como consecuencia de la desaceleración mundial. Y aunque su crecimiento repuntó más que el de otras regiones, África subsahariana no es inmune. Todos los países se verán afectados, pero no exactamente de la misma manera. Bredenkamp añadió que puede haber efectos secundarios tanto en el sector financiero como en el sector real, sobre todo en las economías de mercados emergentes. Algunos países de bajo ingreso que vienen recibiendo volúmenes crecientes de capital privado también podrían enfrentarse a dificultades en el futuro.

Peter Bakvis, de la Confederación Sindical Internacional, señaló que la recomendación del FMI de que los gobiernos focalicen los programas de asistencia en grupos concretos de la población plantea dificultades para los países carentes de capacidad administrativa. También mencionó el riesgo de que esos fondos se perdieran, y preguntó si no era preferible ofrecer subsidios de alcance universal. Gupta respondió que el FMI es consciente de esas dificultades pero enumeró varias medidas que pueden tomar los gobiernos: por ejemplo, aumentar de manera más gradual los precios de los bienes que consumen principalmente los pobres, o recurrir a maneras indirectas de centrarse en los pobres, posiblemente determinando cuáles son las zonas geográficas más afectadas y transfiriéndoles más asistencia. Bakvis también cuestionó la opinión del FMI de que los gobiernos deben tener cuidado al incrementar los salarios frente al encarecimiento de los alimentos y los combustibles en vista de las presiones fiscales que podrían surgir. Bredenkamp respondió que no hay manera de evitar cierto ajuste a la baja del ingreso real cuando los términos de intercambio sufren una perturbación grave, pero que son las circunstancias de cada país las que determinan cuál es el nivel salarial sustentable.

Refiriéndose también al tema de los subsidios, Christensen puso como ejemplo Senegal, cuyas autoridades suprimieron los controles de precios y los subsidios después de que un análisis del impacto social y la pobreza concluyó que los sectores acomodados se estaban beneficiando más que los pobres. En su lugar, Senegal instituyó un programa de comedores escolares. Togo pagó los sueldos atrasados de funcionarios públicos que, en comparación con los agricultores de subsistencia, fueron más golpeados por la crisis, y también puso en marcha subsidios focalizados para fertilizantes y semillas.

Noticia original:

http://www.imf.org/external/spanish/np/exr/cs/news/2008/092608s.htm

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