La economía mundial caerá un 20% si no se frena el calentamiento del planeta
El País, 02/11/2006Walter OppenheimerEl País
Un estudio británico vaticina una subida de cinco grados si crecen las emisiones contaminantes
Tony Blair ha lanzado la alarma. El primer ministro británico ha advertido de que el cambio climático puede tener consecuencias "desastrosas" y ha hecho un llamamiento para que se tomen medidas de inmediato. El Gobierno británico dio ayer a conocer un informe sobre el impacto que puede tener el calentamiento del planeta en la economía. Las medidas que hay que tomar para evitar graves consecuencias -como la pérdida de parte de la agricultura, la sequía, el calor, la subida del nivel del mar o el aumento de las enfermedades- debido al calentamiento del planeta costaría el equivalente a un punto del PIB mundial. Si no se invierte, advierte el informe, las pérdidas multiplicarán por 20 esa cifra
Frenar el calentamiento de la tierra hasta tasas que hagan compatible el crecimiento económico y el respeto al medio ambiente costaría un 1% del PIB mundial. Dejar que las cosas sigan como están puede costar hasta 20 veces más, además de la catástrofe humanitaria y patrimonial que conllevaría una subida potencial de las temperaturas medias de la tierra de hasta cinco grados centígrados en este siglo, según un estudio encargado por el Gobierno británico y hecho público ayer.
Aunque el autor del trabajo, el economista sir Nicholas Stern, aseguró ayer que se trata de una visión "optimista", porque pone énfasis en que aún se puede dar la vuelta al cambio climático, anunció conclusiones dramáticas si no se toman medidas de forma inmediata. El estudio aborda por un lado las consecuencias económicas del calentamiento de la tierra y por otro propone una serie de políticas para combatirlo.
Sin embargo, el estudio liderado por Nicholas Stern no está llamado a acabar con la polémica universal acerca del problema del cambio climático. Stern fue ya criticado cuando a principios de año expuso su metodología de trabajo. "Al tomar como hipótesis lo que sólo son incertidumbres, afirmaciones que son debatibles o equivocadas, y procesos de investigación imperfectos, la retrospección de Stern se sitúa a sí misma en una senda que sólo puede llevar a un resultado poco útil", decían ya entonces sus críticos.
Stern, empero, considera que son ya "abrumadoras las pruebas de que el cambio climático presenta serios riesgos globales y eso exige una urgente respuesta global". "Nadie puede predecir las consecuencias del cambio climático con absoluta certeza", admite, "pero sabemos lo suficiente como para entender los riesgos que supone".
Mientras los niveles de gases de efecto invernadero se situaban en 280 ppm (partes por millón) de CO2 antes de la revolución industrial, ahora se elevan a 430 ppm. Si las emisiones anuales se mantuvieran al ritmo actual, se elevarían a 550 ppm en el año 2050. Pero si el incremento se acelerara con la misma intensidad con que está creciendo ahora, se podría alcanzar esa cifra en el año 2035.
"A ese nivel hay al menos un 77% de posibilidades -y quizás hasta un 99%, según el modelo climático que se utilice- de que la temperatura global aumentara en 2 grados centígrados", afirma el investigador.
Si no se tomara ninguna medida para frenar las emisiones, el volumen de gases de efecto invernadero se triplicaría al final del siglo XXI, provocando un aumento de la temperatura de 5 grados. Si así fuera, se perdería un tercio de los cultivos en África y caería la fertilidad de la tierra en grandes extensiones agrícolas de otras zonas del planeta, el nivel del mar amentaría de tal forma que anegaría países como Bangladesh, Vietnam y la costa andina de América del Sur e inundaría grandes ciudades como Londres, Shanghai, Nueva York, Tokio y Hong Kong.
Las hambrunas se extenderían por la tierra, más de 1.000 millones de personas se quedarían sin agua dulce, la selva del Amazonas podría desaparecer, al igual que numerosas especies de flora y fauna, los fenómenos meteorológicos extremos se intensificarían: tormentas, huracanes, sequías, olas de calor. Stern da un ejemplo para ilustrar sobre la magnitud de un aumento de la temperatura de ese calibre: 5 grados es la diferencia que hay entre la temperatura actual y la de la edad de hielo.
Aunque el calentamiento de la tierra puede beneficiar a las poblaciones de las regiones más frías del planeta, esos beneficios serían efímeros en comparación con los perjuicios que conllevaría, incluso en esas zonas.
Pérdidas de 7,8 billones
En términos estrictamente económicos, si no se toman medidas para frenar el cambio climático puede mermar hasta en un 20% la economía mundial. Si se toman las cifras del año 2004, la riqueza generada anualmente en la tierra se mermaría en más de 10 billones de dólares (7,8 billones de euros al cambio de ayer), o incluso más.
Stern llega a esa conclusión tras aplicar el modelo PAGE2002 a los datos de predicciones climáticas de 2001. Todo eso se puede evitar con medidas que costarían una vigésima parte. Stern se fija el objetivo de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero en una horquilla de 450 ppm a 550 ppm. Para eso, las emisiones en 2050 tendrían que equivaler a la cuarta parte de las actuales.