El movimiento por el clima tiene una desesperada necesidad de renovación

Bradley Day, 23/01/2011

Si un jurado que recibió una extensa educación sobre el cambio climático no pudo justificar a los activistas de Ratcliffe, entonces ¿quién lo hará?

Central térmica de carbón de E.ON en  Nottinghamshire

En las últimas semanas de 2010, 20 personas –yo entre ellas– fueron sometidas a juicio acusadas de conspiración para cerrar la central hullera de Ratcliffe-on-Soar. Hoy hemos recibido la sentencia. Al jurado se le presentó un gran número de evidencias que no trataban de rechazar la acusación, sino de justificar los hechos.

A pesar de haber oído evidencias terribles hechas por algunos de los principales expertos mundiales del cambio climático; de haberse enterado de los millones de libras gastadas en su zona como consecuencia de las condiciones climáticas extremas; de haber escuchado testimonios devastadores de las víctimas de inundaciones en el mundo; y de ver a políticos importantes explicar nuestro atroz déficit democrático, el jurado emitió un veredicto unánime de culpabilidad.

Desde el veredicto, han aparecido muchos mensajes de apoyo en la página de Facebook de la campaña del juicio. Aunque estos animen, siento un poco de inquietud ante los comentarios que proclaman que el jurado fue “pésimo”, “vergonzoso”, “miope”.

El jurado recibió una educación sobre el cambio climático más extensa de la que la mayoría de las personas recibe en toda su vida. Que no pudieran justificar nuestras acciones no es algo que dé superioridad moral; es algo profundamente inquietante. Si el jurado, después de todo lo que habían oído, no pudo simpatizar con nuestras acciones, ¿quién lo hará?

Me comprometí con el cambio climático en 2005. En aquel tiempo estaba lleno de optimismo. Parecía que la gente despertaba ante el problema justo a tiempo. Como centenares de personas más, pusimos en marcha en nuestra ciudad un grupo de acción comunitario. Cuando hacíamos una reunión pública, no quedaban asientos. Hace unos meses vimos a un líder Tory proclamando las virtudes de montar en bicicleta y de la micro-generación de electricidad. Grupos de acción directa, como el Camp for Climate Action vieron crecer su número de decenas a centenares y luego a millares.

Pero a principios de 2009 emergió una realidad deprimente. El cambio climático se había introducido en el discurso público, pero ¿qué se había conseguido?

Mi grupo local ha hecho campañas infatigablemente para reabrir la estación de tren urbana, para promover un transporte más verde, para que nuestro representante en el Congreso nos dijera repetidamente que no podía hacer nada. El gobierno había seguido mostrándose partidario del carbón por encima de las renovables. Ya se había establecido que la inminente conferencia climática de Copenhague sería un profundo fracaso. Con la crisis financiera, una gran parte de los políticos y los medios de comunicación abandonaron el tema. Y para empeorar las cosas, el escepticismo climático estaba reapareciendo.

En este contexto, un grupo en el que yo estaba comenzó a conspirar para cerrar la central eléctrica de Ratcliffe-on-Soar y evitar que 150.000 toneladas de emisiones de carbono pasaran a la atmósfera.

Dos años después, el cambio climático parecía ya un problema del pasado. Nuestro primer ministro, un amante de la bicicleta, prefirió ir a ver la Copa del Mundo en lugar de participar en la conferencia del clima promovida por la ONU y celebrada en Cancún. El cambio climático solo obtiene una fracción de la atención que suscitaba no hacía mucho.

¿Qué ha sucedido con el movimiento por el clima? ¿Qué les sucedió a los grupos de la comunidad, a las manifestaciones, a los campamentos por el clima? Todavía están ahí, luchando. Mi grupo local sigue luchando por esa estación de tren, los campamentos climáticos siguen atrayendo a miles de participantes y las manifestaciones prosiguen.

Pero nunca alcanzamos la masa crítica necesaria para combatir la fatiga a la que se enfrenta ahora el problema. A pesar de que se llenan esos salones municipales de pueblo, las calles y los campos de los que hacen campaña por el clima, hay franjas enormes de la sociedad que nunca han tenido el menor compromiso.

En los próximos 12 meses, ¿veremos que el cambio climático, el problema, sigue deslizándose hacia la oscuridad mientras el cambio climático, la realidad, mata a una escala cada vez mayor? Si vamos a reinvertir la corriente actual hemos de hacer algo más que presionar a nuestros representantes en el Congreso. Necesitamos hacer algo más que cerrar centrales hulleras. En 2011 necesitamos iniciar un proyecto de compromiso básico general.

No es una tarea pequeña. Tres semanas enfrente de los principales expertos en clima del mundo no lo consiguieron para los 12 de Nottingham. Este plan requiere un compromiso a largo plazo. Salir y hablar sobre el desafío de estos problemas agota la energía y ofrece poca gloria. Pero los que nos sentimos aterrados por la perspectiva del cambio climático no podemos permitirnos ignorar a los que no sienten las cosas como nosotros.

Esto no es un ejercicio de destreza en el uso de gráficos y diagramas, sino que requiere que miremos bien nuestras comunidades y empecemos a unir los puntos. Son las compañías de la energía que se aferran al carbón las que fuerzan a los pensionistas a una pobreza de combustible mortal. Es el propio gobierno que no invierte en trabajos verdes el que recorta el presupuesto de defensa contra las inundaciones en el Reino Unido. Si nos comprometemos a hacer ese esfuerzo, hay muchos caminos para trazar las relaciones y las conexiones.

El jurado de Nottingham nos proporcionó una prueba de tornasol reveladora, y quejarnos de ello no nos servirá de nada. Necesitamos aprender las lecciones, comprometernos más allá de cualquier “público objetivo” previsto y dar al movimiento por el clima la renovación que tan desesperadamente necesita.

Bradley Day ha participado en campañas por el clima en los últimos cinco años. Ha dedicado gran parte de su tiempo a la organización de los campamentos para la acción por el clima.

Traducido para Globalízate por Víctor García

Artículo original:

http://www.guardian.co.uk/environment/cif-green/2011/jan/05/climate-movement-renewal-ratcliffe

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