Resumen de la crisis económica: Hay señales de recuperación, pero no para todos aún

Banco Mundial, 04/10/2009

- Signos vitales de la economía están mejorando, sin embargo se mantienen muy por debajo de los niveles registrados antes de la crisis financiera.

- Se prevé que la brecha entre lo que el mundo es capaz de producir y lo que actualmente produce siga siendo amplia.

- Desempleo continuará siendo un problema tanto para países de ingreso alto como para aquellos en desarrollo.

¿Se recuperó la economía mundial de la repentina y profunda recesión que comenzó el otoño pasado?

Economistas del Banco Mundial dicen que algunos signos vitales —como la producción industrial, el comercio y la inversión extranjera directa (IED)— están repuntando, pero se mantienen a niveles muy inferiores a los observados antes de la crisis.

“En este momento vemos que la recuperación está en marcha, que incluso ganará ímpetu”, dice Andrew Burns, economista principal del Grupo de análisis de las perspectivas de desarrollo del Banco Mundial.

“En 2010 y 2011 comenzaremos a ver tasas de crecimiento inferiores a las que solíamos observar en los últimos años, aunque de todos modos serán bastante estables. Estamos esperando un crecimiento del orden del 5,5% en 2010 para los países en desarrollo".

No obstante se prevé que la brecha entre lo que el mundo es capaz de producir y lo que de hecho produce siga siendo amplia: aproximadamente en seis puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) en el caso de los países en desarrollo.

Estas naciones podrían además experimentar una reducción en su potencial productivo a largo plazo -casi en un 4% de su PIB- debido a los costos más elevados del financiamiento y al debilitamiento del sistema financiero.

“Eso significa que el desempleo será un problema sostenido para los países en desarrollo y para los de ingreso alto y que continuarán por un tiempo muchas de las transiciones difíciles y cambios estructurales que están ocurriendo actualmente, mientras nos adaptamos a esta desaceleración económica y al menor nivel de producción", precisa Burns.

De hecho, muchas naciones todavía sienten los efectos de la contracción económica. Es probable que el crecimiento de los países en desarrollo sea menor al 2% en 2009, comparado con un 8% del año anterior.

Cerca de 43 de ellos de bajo ingreso siguen padeciendo los efectos combinados de las crisis alimentaria, económica y de combustibles. Y el Banco Mundial estima que los déficit financieros para cubrir las necesidades de gastos esenciales podrían ascender a unos US$11.600 millones en estos países y predice que hacia fines de 2010 al menos 90 millones de personas más vivirán en la extrema pobreza (subsistiendo con menos de US$1,25 al día).

En África “mueren los bebés” cuando se desacelera el crecimiento

“En una región pobre como África, cuando los ingresos comienzan a disminuir y el crecimiento per cápita es negativo, las vidas de las personas se ven afectadas", dice Shanta Devarajan, economista principal para la región de África.

“Una de las estadísticas más perturbadoras que encontramos es que, cuando se presentan este tipo de contracciones del crecimiento, mueren los bebés. Según la dimensión de esta desaceleración de África, uno de mis colegas calculó que podrían fallecer entre 30.000 y 50.000 niños antes de su primer año de vida”.

La crisis económica demoró alrededor de seis meses en golpear a esta zona del mundo y la tasa de crecimiento anual cayó del 4,8% en 2008 a casi el 1% en 2009.

Devarajan teme que también se demore la recuperación de la región. Los flujos de capital privado se redujeron, y otro tanto ocurrió con los ingresos provenientes de la exportación de materias primas.

Según las proyecciones, las remesas disminuirán en un 8% este año en el continente, luego de registrar un crecimiento de tasas de dos dígitos durante los últimos cuatro o cinco años. Si el empleo no repunta en Estados Unidos y Europa occidental, donde reside la mayoría de los emigrantes africanos, los niveles de éstas podrían ser aún inferiores.

“Las remesas podrían caer en todo el mundo hasta en un 10% — cifra elevada para países que dependen de ellas en alto grado—, señala Dilip Ratha, economista principal y director del Equipo de migraciones y remesas del Grupo de análisis de las perspectivas de desarrollo del Banco Mundial.

“Hay países que reciben remesas que representan el 25% —a veces el 50% —, de su ingreso nacional. Los países más pequeños y más pobres, los Estados frágiles y los países afectados por conflictos dependen mucho de ellas. Quizás un descenso del 10% no parezca importante si se lo compara con la caída de los flujos de inversión extranjera, pero incluso una reducción de esa magnitud puede significar privaciones importantes para los pobres, en particular, y también para los gobiernos que dependen del ingreso de moneda extranjera”.

Este año el Banco Mundial incrementó sus préstamos a países de ingreso bajo de África a U$7.800 millones, lo que representa un 30% más que el año pasado. “Los fondos extra fueron un bote salvavidas”, explica Devarajan.

“Parece que al menos lograron sobrevivir este año, protegiéndose con mucho esfuerzo y dificultades. Pero tiene que existir cierta garantía de que estos recursos estarán allí dentro de dos años, o estos países estarán en problemas”.”

No hay alivio a la vista para países emergentes de Europa y Asia central

Varios países de Europa oriental y Asia central también se encuentran en dificultades, luego de ser “probablemente los más golpeados” por la crisis financiera, dice Indermit Gill, economista principal para la región.

Se prevé un crecimiento económico negativo en esta zona de un - 6% en 2009, y varios países estarán en el rango de un -10%. Las cifras oficiales de desempleo aumentaron de 8,5 millones a 11,5 millones, pero el número real de podría ser inclusive mucho mayor.

Las remesas se redujeron en dos dígitos y en algunos países a la mitad de los niveles registrados en 2008 y el financiamiento extranjero se redujo. La deuda externa — en su mayoría privada—, es un problema que acecha a la región, que acumula más de US$300 millones de deuda por vencer el próximo año y que debe ser financiada de alguna manera.

Se prevé que los déficits fiscales se eleven a más del triple en algunos países y obliguen a los gobiernos a adaptarse a presupuestos más ajustados.La recesión invirtió la tendencia de fuerte declinación de la pobreza en la región.

“En lugar de unos 15 millones menos de pobres este año, en realidad habrá unos 15 millones más. De este modo, observamos una gran diferencia de aproximadamente 30 millones", precisa Gill.

“Y estas cifras no indican cuánto peor es la situación para los 150 millones que ya padecían la pobreza o eran vulnerables a ella. No existen ‘brotes verdes’ para los trabajadores de la región y sus familias".

El Grupo del Banco Mundial aumentó el financiamiento y la ayuda a varios países de la región. Por ejemplo, aprobó US$2.000 millones en préstamos para Hungría, Ucrania y Letonia la semana pasada. En febrero, el Banco se sumó al Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y al Banco Europeo de Inversiones en un plan para proporcionar hasta €24.500 millones (US$31.000 millones) a los sectores bancarios y financiar créditos destinados a las empresas golpeadas por la crisis económica mundial. El Grupo del Banco Mundial financiará unos €7.500 millones como parte de estas gestiones.

“Observamos que existe una enorme demanda para que intervenga el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones y ayude a los bancos a recapitalizar a sus filiales en estos países”, dice James Bond, principal funcionario de operaciones del MIGA (por sus siglas en inglés), la entidad del Grupo del Banco Mundial que ofrece seguros o garantías contra riesgos políticos para promover la IED en los países en desarrollo.

Surgen nuevos problemas comerciales

Otras regiones también tuvieron que enfrentar créditos más caros, la reducción de los mercados exportadores y la disminución de la IED como consecuencia de la crisis financiera, explica Bond.

Los países de ingreso bajo están preocupados también porque se pueda desacelerar la ayuda o cambie de destino a medida que los donantes enfrenten dificultades en sus propios territorios, mientras que las naciones emergentes del llamado grupo BRIC — China, India y Brasil — están intranquilos por las importantes reducciones de sus mercados de exportación habituales, como son Estados Unidos y Europa.

En parte, el comercio mundial se recuperó desde su nivel mínimo — una caída del 35% — de la primavera pasada. Se espera que el descenso en general sea de un 10% este año.

Sin embargo, un gran porcentaje de la recuperación comercial se debió al estímulo monetario y fiscal y al reabastecimiento de existencias, según Bernard Hoekman, director del Departamento de Comercio del Banco Mundial.

“A medida que los gobiernos comiencen a retirar estos beneficios, la gran pregunta es: ¿La demanda del sector privado se hará cargo de la tarea? Queda claro que en los grandes países importadores del mundo — de los cuales Estados Unidos es por amplio margen el ejemplo más destacado e importante— los hogares verán mucho más restringida la capacidad de consumo a la que estaban acostumbrados”, agrega Hoekman.

“En el corto plazo, una recuperación mayor a la esperada rescataría a América Latina, algo que ya está ocurriendo en Sudamérica”, dice Augusto de la Torre, economista principal para la región de América Latina y el Caribe.

“Pero hay una mayor incertidumbre en cuanto a que el mundo en su conjunto pueda recuperar un patrón de alto crecimiento para mediados de 2010 de una manera más equilibrada, donde Estados Unidos ahorre más, China consuma y gaste más y, quizás, América Latina invierta más”.

¿Y después de la crisis?

En el futuro, el mundo se beneficiaría de “múltiples polos de crecimiento”, dijo Robert. B. Zoellick, presidente del Grupo del Banco Mundial, durante un discurso pronunciado el 28 de septiembre en la ciudad de Washington.

Pero primero hay que proteger a los vulnerables.

Los líderes del Grupo de los Veinte (G-20) expresaron la semana pasada su apoyo a las iniciativas del Banco Mundial: Un nuevo Fondo para hacer frente a la crisis (para proteger a los países de ingreso bajo ante crisis futuras) y la Asociación Mundial para la Agricultura y la Seguridad Alimentaria.

Además, el Banco estableció otra serie de medidas durante la crisis para respaldar programas sociales, el comercio, sistemas bancarios en dificultades, proyectos de infraestructura, el microfinanciamiento y el sector privado.

“Con inversiones en infraestructura, las personas y la empresa privada, los países de América Latina, Asia y Oriente Medio en general podrían hacer un aporte a la ‘nueva normalidad’ de la economía mundial”, dijo Zoellick al auditorio reunido en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Paul H. Nitze de la Universidad Johns Hopkins.

Y África, con una población de 1.000 millones de personas, también puede convertirse en un polo de crecimiento, sostuvo la máxima autoridad del Banco Mundial.

Noticia original: http://go.worldbank.org/25ZI8N5L40

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