El progreso mundial en materia de salud materna y planificación familiar es insuficiente
Banco Mundial, 12/07/2009- El acceso a los programas de planificación familiar y salud reproductiva salva las vidas de mujeres y niños y les brinda grandes beneficios tanto a ellas como a sus familias y a la sociedad.
- Aunque las tasas de fertilidad disminuyeron en muchos países, el grado de descenso es desigual en el mundo.
- El mundo está lejos de lograr el quinto objetivo de desarrollo del milenio: reducir la mortalidad materna y lograr el acceso universal a los servicios de salud reproductiva.
Las visitas regulares al médico, las ecografías y otros exámenes constituyen el cuidado prenatal de rutina para las mujeres embarazadas de los países desarrollados. Pero para Adwoa, una madre embarazada de Ghana, el acceso a tales programas de salud es inalcanzable.
Por el contrario, para muchas mujeres de África al sur del Sahara, el embarazo puede conducir a menudo a una dolorosa discapacidad en el largo plazo o incluso a la muerte de la madre o de su hijo.
Esta amplia discrepancia en términos de salud materna es el mensaje desafortunado que trae el 20.o aniversario del Día Mundial de la Población, este 11 de julio.
La reducción de la mortalidad materna a la cuarta parte de los niveles actuales y el logro del acceso universal a los servicios de salud reproductiva constituyen uno de los objetivos de desarrollo del milenio que estableció la comunidad internacional para ser alcanzados antes de 2015 con el fin de mejorar la vida de las personas pobres. Pero el mundo está demostrando el más bajo de los progresos en este objetivo, según el último Informe sobre Seguimiento Mundial
La mejor manera de garantizar que los países accedan a la vía rápida para tener menos pobreza y más oportunidades es invertir en programas de salud materna y de salud reproductiva”, dijo Joy Phumaphi, vicepresidenta de Desarrollo Humano del Banco Mundial, ex ministra de Salud de Botswana y presidenta de la Asociación para la salud de la madre y del niño.
No obstante, el respaldo a los programas sobre población y salud reproductiva disminuyó considerablemente en relación a la ayuda para la salud en general, de aproximadamente el 30% en 1994 al 12% en 2008.
Una mujer muere por minuto debido a complicaciones del embarazo o del parto inducidas por problemas médicos en su mayoría prevenibles y tratables, lo que suma más de 500.000 mujeres que mueren por año, según el UNFPA.
Por cada mujer que fallece, otras 20 sufren lesiones y discapacidades que pueden durar toda la vida o privarlas de sus medios de subsistencia y bienestar físico.
En África al sur del Sahara, una de cada 16 mujeres puede morir debido a complicaciones tratables o prevenibles del embarazo y del parto en el curso de su vida, comparado con la cifra de una de cada 2.800 mujeres del mundo industrializado. En el caso de los niños africanos, uno de cada 11 tiene la posibilidad de morir antes de cumplir un año.
Las tasas de fertilidad también continúan siendo elevadas, con más de cinco nacimientos vivos por mujer en 35 países pobres del mundo, en su mayoría en África.
Avances hasta el momento
En las últimas décadas, muchos países progresaron en la reducción de la mortalidad materna y de las tasas de fertilidad. Por ejemplo, la tasa de mortalidad materna en Egipto bajó de 174 a 84 por cada 100.000 nacimientos vivos debido a un mejor acceso a la planificación familiar y a los nacimientos en centros de salud supervisados por parteros capacitados.
Bangladesh redujo sus tasas de fertilidad de más de siete niños por mujer en 1970 a un promedio de 2,7 niños por mujer en la actualidad, en tanto que la mortalidad infantil descendió de 105 por cada 1.000 nacimientos vivos en 1990 a 47 por cada 1.000 en 2007.
Las campañas nacionales de información pública también impulsaron el respaldo para la reducción de las discapacidades vinculadas con la maternidad, tales como la fístula, una ruptura dolorosa en el canal de parto que se produce durante un trabajo de parto prolongado y obstruido y que deja a la mujer incontinente, aislada y avergonzada.
Pero quedan enormes desafíos por resolver debido a que los programas de planificación familiar y salud reproductiva no siguieron el ritmo de la demanda.
Las tasas de fertilidad producen un impacto en el crecimiento económico
Las tasas elevadas de fertilidad, junto con una atención inadecuada de la salud, impiden el desarrollo y el crecimiento económico.
Las inversiones en programas de planificación familiar y salud reproductiva no sólo son vitales para salvar las vidas de las mujeres, sino también para estimular su bienestar económico y social, mejorar las vidas de sus hijos y familias y reducir la pobreza endémica.
“Cuanto más tiempo les lleve a los países cambiar por modelos de baja fertilidad y mortalidad, mayor será el peligro de que los países con alta tasa de nacimientos continúen experimentando mayores desigualdades en educación, empleo, expectativa de vida y prevalencia de adultos con HIV/SIDA, que sus contrapartes más ricas”, dijo Phumaphi.
El tamaño de la familia también puede afectar en gran medida el empleo de las mujeres, según un informe reciente del Banco Mundial, titulado Cuestiones de población en el siglo XXI: La tarea del Banco Mundial.
Una encuesta comparada entre países indica que el porcentaje de mujeres económicamente activas está directamente relacionado con las tasas nacionales de natalidad. Por ejemplo, en Bolivia existía una fuerte correlación entre número de mujeres que utilizaban anticonceptivos y de empleos fuera del hogar. En Filipinas, el incremento medio de los ingresos de las mujeres con uno a tres embarazos duplicaba el de las que habían estado embarazadas más de siete veces.
Asegurar que los sistemas de salud puedan dar abasto
El Banco Mundial y varios de sus socios internacionales para el desarrollo, incluidos el UNFPA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se comprometieron a trabajar en conjunto durante los próximos cinco años para ayudar a los países a reforzar sus sistemas de salud, desde las clínicas rurales hasta los grandes hospitales urbanos, para lograr los objetivos del quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio.
Por su parte, el Banco otorgará aproximadamente US$950 millones en préstamos y donaciones para los programas de salud materna y reproductiva y tiene otros US$350 millones adicionales en curso de tramitación. Este respaldo financiero brinda una variedad de servicios vitales para las mujeres pobres y sus familias, como el acceso a la información y a los servicios anticonceptivos, los seguro de salud, la provisión de parteros capacitados, el acceso a servicios de seguro y emergencia obstétrica, la mejor atención prenatal y postnatal.
Datos sobre población y salud reproductiva:
> Más de 500.000 mujeres mueren cada año durante el embarazo y el parto, en su mayoría en países en desarrollo y debido a problemas médicos prevenibles y tratables.
> Una de cada 16 mujeres es pasible de morir por causas vinculadas al embarazo en África al sur del Sahara, que tiene las tasas más altas de mortalidad materna del mundo, por lo menos 100 veces superior a la de los países desarrollados.
> Un total de 35 países, también principalmente de África al sur del Sahara, continúan teniendo una tasa de fertilidad de más de cinco nacimientos vivos por mujer, lo que incide de manera negativa en el progreso para reducir la pobreza.
> El acceso a la planificación familiar voluntaria podría reducir las muertes maternas entre el 25% y el 40%, y las muertes infantiles en hasta el 20%.
> La mortalidad materna y de recién nacidos cuesta US$15.000 millones por concepto de pérdida de productividad.
Artículo original: http://go.worldbank.org/7JJ92LIJU0