El Banco Mundial exhorta a los donantes a incrementar la ayuda para países en desarrollo

Banco Mundial, 01/12/2008

CIUDAD DE WASHINGTON, 27 de noviembre de 2008. A medida que los expertos en materia de desarrollo se preparan para la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo en Doha, Qatar, el Banco Mundial exhorta a los donantes a incrementar más la ayuda, dado que la inversión en países en desarrollo se dirige hacia una “tormenta perfecta”.

“Los encargados de diseñar políticas de los países desarrollados deben evitar aplicar políticas y estructuras que socaven los intereses de los países en desarrollo”, dijo el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick. “Los gobiernos de muchos países en desarrollo han tomado medidas audaces en los últimos años para introducir y mantener políticas macroeconómicas y fiscales sólidas. Ahora están a merced de una crisis que ellos no crearon. Si los países desarrollados se refugian en el proteccionismo o el nacionalismo económico, los perjudicarán aún más”.

En un documento preparado para la Conferencia Internacional de Seguimiento sobre la Financiación para el Desarrollo encargada de examinar la aplicación del Consenso de Monterrey, el Banco Mundial señaló que es imperativo que los donantes cumplan con los compromisos que hicieron en Gleneagles en materia de alivio de la deuda y aumento de la ayuda. Actualmente, los países del Grupo de los Siete (G-7) están a US$30.000 millones de cumplir esas metas. Según el documento, The Implications of Global Crises on Developing Countries, the Millennium Development Goals, and the Monterrey Consensus, los países en desarrollo enfrentan una “tormenta perfecta”, donde convergen la desaceleración del crecimiento mundial, un retiro de capitales y una disminución de préstamos provenientes del sector privado y un aumento de las tasas de interés.

La inversión, el principal factor del crecimiento de los países en desarrollo en los últimos cinco años, se verá muy golpeada por la crisis financiera, mientras que es probable que las remesas enviadas por los emigrantes de países en desarrollo —un poderoso mecanismo de reducción de la pobreza— disminuyan por la desaceleración mundial. Todo esto ocurre tras graves crisis en los precios de los alimentos y el combustible, que generaron una gran carga fiscal, económica y social en muchos países en desarrollo.

A raíz del deterioro de las condiciones mundiales, el Banco Mundial corrigió a la baja su pronóstico de crecimiento para 2009, que ahora indica que el crecimiento de los países en desarrollo en 2009 será de 4,5%, casi 2% por debajo de la estimación previa, mientras que ahora se espera que el crecimiento en los países de ingreso alto, muchos de los cuales están ya en plena recesión, sea marginalmente negativo durante el año. También se proyecta una contracción del comercio internacional para 2009, la primera desde 1982.

"Esto no es solo una cuestión de financiamiento, por importante que sea eso”, dijo Zoellick. "En un mundo en el que los países en desarrollo son los nuevos motores del crecimiento mundial, debemos aprender a escuchar sus experiencias y debemos tener más en cuenta sus necesidades. El financiamiento para el desarrollo ya no se refiere al viejo paradigma de dependencia de la ayuda o caridad, sino a invertir en un futuro estable, próspero e inclusivo: eso implica contar con más voces distintas en la discusión y aceptar que el Norte debe aprender a escuchar al Sur".

Al frente de la delegación del Banco Mundial en Doha, Justin Yifu Lin, economista en jefe del Banco Mundial (y la primera persona proveniente de un país en desarrollo en ocupar ese cargo), dijo: “La crisis que se está desarrollando destaca el grado de interconexión mundial y nos deja en una posición en la que, el año que viene, es posible que los países en desarrollo representen la totalidad del crecimiento del PIB mundial. En este mundo transformado, es imperativo dar poder a los países en desarrollo y emergentes".

"El financiamiento para el desarrollo debería concentrarse más en adaptarse a las condiciones y aspiraciones de los países”, agregó Lin. “Debería apuntar a trabajar con los gobiernos y las partes interesadas de esos países para apoyar programas prácticos de desarrollo económico. El objetivo del financiamiento para el desarrollo debería ser ayudar a los países a buscar el desarrollo económico y la prosperidad a largo plazo. No debemos perder de vista este principio en la crisis actual".

Para satisfacer las mayores necesidades, el presidente Zoellick anunció que el Grupo del Banco Mundial concentrará los US$42.000 disponibles que posee en apoyar a países de ingreso bajo (AIF) a lo largo de los próximos tres años y recurrirá a su sólida base de capital para prestar hasta US$100.000 millones a países en desarrollo en el mismo período. La Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), la división del Grupo dedicada al sector privado, también está incrementando el apoyo, duplicando el Programa Global para el Financiamiento del Comercio a US$3.000 millones, lanzando un fondo mundial de inversión de capital (con el apoyo del gobierno de Japón) para recapitalizar bancos en dificultades y creando una nueva línea de crédito para ofrecer renovación de financiamiento a proyectos de infraestructura existentes y viables financiados con fondos privados que estén enfrentando dificultades financieras.

Noticia original:

http://go.worldbank.org/PJXUUS87M0

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