Estrategias focalizadas a base de datos buscan hacer rendir el dinero destinado al SIDA
Banco Mundial, 11/08/2008
- Es crucial comprender la epidemia para poder dirigir los fondos hacia las poblaciones más afectadas.
- Estrategias focalizadas a base de datos resultan clave para frenar el VIH y el SIDA.
- El estigma generalizado aún impide que la gente se someta a la prueba y reciba tratamiento a tiempo
Botswana sufre una de las peores epidemias del VIH en el planeta. Casi el 24% de sus habitantes es portador del virus. No obstante, los recientes avances permiten vislumbrar un futuro libre de SIDA.
Gracias a la generalización de las pruebas de detección durante el embarazo y a la distribución amplia y gratuita de drogas antirretrovirales, menos del 4% de los bebés de madres VIH positivas nacen infectados con el virus.
"Esa clase de éxito estamos buscando en África meridional, donde una cuarta parte de la población vive con el VIH", dijo Elizabeth Lule, gerente del Equipo de la campaña del SIDA para África i (ACTAfrica, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial. "El hecho de que Botswana haya logrado este nivel tan bajo de infección entre niños nacidos de madres seropositivas representa una gran historia de éxito para África".
No obstante, Botswana constituye un caso aislado en esta región por varias razones, agrega ella, como la falta de compromiso político, los sistemas débiles de salud que limitan la capacidad del país de ampliar sus servicios, el estigma y otros sistemas nacionales endebles que restringen la eficacia y la eficiencia del financiamiento para el SIDA.
“En una región donde una de cada cuatro personas vive con el virus, es necesario un liderazgo para galvanizar todos los estratos de la sociedad -dirigentes comunitarios, líderes religiosos, todo el mundo- a fin de reconocerla realmente como una región de catástrofe”.
A pesar del progreso logrado en la transmisión del VIH de madre a hijo y la amplia disponibilidad del tratamiento antirretroviral, Botswana reconoce que todavía le queda mucho por hacer para poner fin a esta epidemia. Un nuevo proyecto quinquenal del Banco Mundial por US$50 millones -el primero en 20 años- permitirá que este país aumente la prevención. Su objetivo es ayudar a que se utilice la evidencia epidemiológica, así como otro tipo de datos, para dirigir las intervenciones con más eficacia y así evitar la propagación del virus.
El principal motivo por el que fallan las campañas de prevención es que “no estamos abordando los factores impulsores de la epidemia”, dijo recientemente Joy Phumaphi, vicepresidenta de desarrollo humano del Banco Mundial, en la revista Science, refiriéndose sobre todo a los comportamientos heterosexuales. “Tenemos que ser mucho más metódicos”, agregó.
Esta semana el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) reveló que la epidemia se está estabilizando, pero que aumentó el número total de portadores del VIH debido a las nuevas infecciones y a que las personas seropositivas viven más tiempo porque tienen un mejor acceso al tratamiento antirretroviral. África al sur del Sahara continúa siendo la región más afectada, con el 67% de todas las personas infectadas con el VIH y el 75% de las muertes a causa del SIDA en 2007.
Los 24.000 delegados congregados en la Ciudad de México del 3 al 8 de agosto para la XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA buscarán maneras de utilizar con eficacia los US$10.000 millones anuales en compromisos globales para detener la epidemia en lugares donde continúa propagándose casi sin tregua o está fuertemente arraigada.
Es necesario que cada país comprenda su epidemia
En el pasado, los fondos para la lucha contra el SIDA no siempre se destinaron a los lugares que más los necesitaban debido a la falta de información.
El Equipo mundial de seguimiento y evaluación del VIH/SIDA(GAMET, por sus siglas en inglés) ha hecho mucho por abordar esta brecha, dijo Roberto Oelrichs, especialista superior en VIH y SIDA del Banco Mundial que coordina la investigación operativa sobre este tema.
“Fuimos uno de los primeros en decir que era necesario que cada país entendiera su epidemia. ¿Dónde se produjeron las últimas 1.000 infecciones? ¿Quién se infecta y por qué? Recién entonces podemos asesorarlos para que dirijan sus recursos hacia las poblaciones más afectadas”, comentó Oelrichs.
Hoy día, el Banco Mundial, junto con otros organismos de la ONU y asociados, orienta a los países en la formulación de planes estratégicos que se basan en pruebas concretas. Este análisis ya se está realizando en muchas regiones, incluidos 15 países africanos.
“Es necesario que el dinero se utilice donde se logren los mejores resultados posibles, y la única manera de hacerlo es tener una idea muy clara de cuál es en realidad el factor que impulsa la epidemia en un país en particular y ofrecer una respuesta que refleje esa realidad”, dijo Janet Leno, miembro del servicio de Estrategia y plan de acción contra el SIDA i (ASAP, por sus siglas en inglés), con sede en el Banco Mundial en representación del ONUSIDA.
El equipo de ASAP capacita a los encargados de formular políticas, los técnicos de sanidad y los consultores para que éstos elaboren planes estratégicos que se adapten a la epidemia de su país y busquen alcanzar resultados precisos. Antes de fin de año se capacitarán representantes de unos 50 países.
“Nuestra intención es ayudar a la gente a comprender cómo puede equivocarse e invertir en intervenciones desacertadas si no cuenta con la información correcta, y qué importante resulta tener pruebas”, agregó Leno.
Cómo hacer rendir el dinero en Asia meridional
En Asia meridional, el Banco encontró que las estrategias focalizadas, en las que se toman en cuenta datos epidemiológicos, son la clave para hacer frente a este flagelo. Con el fin de recabar datos y aumentar el alcance de sus servicios, apoya programas nacionales orientados a las personas que viven con el VIH y el SIDA, al igual que a otros grupos, a menudo marginados, como es el caso de los profesionales del sexo y sus clientes, usuarios de drogas inyectables y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Estos programas logran resultados con la ayuda de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, dijo Mariam Claeson, coordinadora del VIH/SIDA para la región.
“Nos dimos cuenta de que no se puede enfrentar a las epidemias concentradas con eficacia si no se trabaja con la sociedad civil y organizaciones pares que están en contacto con grupos vulnerables de alto riesgo para saber cómo hacer rendir el dinero”, agrega ella.
De este modo surgen programas que reducen la transmisión del virus en la población en general. En India, la prevalencia disminuyó del 1% en 1998 al 0,65% en 2006 en los dispensarios prenatales de Tamil Nadu.
Un nuevo proyecto en India, el tercero desde mediados de los años noventa, dedica el 70% de sus fondos a la prevención. Está aumentando el número de centros de terapia antirretroviral y un programa de trabajadores sociales asegurará que las mujeres en riesgo de las zonas rurales puedan continuar con la prevención, el tratamiento y el cuidado adecuado. Superar el estigma asociado al VIH/SIDA es una parte importante de esta iniciativa, según Claeson.
‘El estigma es un gran asesino’
“El estigma es un gran asesino porque de hecho impide que la gente se someta a una prueba y reciba tratamiento a tiempo”, agregó Lule. “Podría decirse que en muchos sentidos se ha convertido en el principal enemigo”.
Todavía existe mucho estigma y discriminación contra las minorías sexuales y otros grupos marginados, dijo ella. Las mujeres tienen más probabilidades de ser víctimas del estigma y la discriminación que los hombres, además del acoso, el abuso, la violencia y la falta de derechos a activos productivos y a otras propiedades. En consecuencia, las mujeres temen a menudo someterse a una prueba o revelar su condición.
En África, a diferencia de otras regiones del mundo, el 60% de las personas infectadas con el VIH/SIDA son mujeres. Las muchachas tienen tres veces más probabilidades de ser seropositivas que los muchachos. La feminización de la epidemia en el continente africano puede ser una excelente razón para unir los programas de lucha contra el VIH/SIDA y de salud sexual y reproductiva, como se está haciendo en Botswana, dijo Lule.
El gobierno de Camboya, junto con la Fundación Clinton y otros asociados, ha puesto a prueba un nuevo concepto que consiste en un mejor acceso para niños y mujeres mediante la unión de programas. Oelrichs comentó que el Banco Mundial está colaborando en una evaluación del impacto que busca medir la eficacia de la intervención.
El papel del Banco entre los organismos de la ONU consiste también en aumentar la responsabilidad, la transparencia y la supervisión, para cerciorarse de que el dinero se esté utilizando con eficacia y eficiencia, agregó Lule.
“A menos que demostremos haber logrado un impacto y resultados sostenibles, será muy difícil mantener las inversiones y el nivel de financiamiento que tanto necesitamos para continuar, porque el VIH/SIDA seguirá siendo un desafío económico, social y humano sin precedentes en el futuro inmediato de África”.
Noticia original: http://go.worldbank.org/OVJGDLWE00