Taller del Banco Mundial pone rostro humano a los impactos del cambio climático
Banco Mundial, 05/05/2008
• La población pobre será la más afectada por el aumento de la inestabilidad climática.
• El objetivo del taller fue abrir un amplio debate sobre la respuesta internacional a las dimensiones sociales del cambio climático.
• Urge crear un marco normativo mundial centrado en la justicia social.
Muchos de los efectos negativos del cambio climático, tanto reales como proyectados, ya han sido identificados y graficados. Pero, ¿cómo hacer que esas cifras anónimas tengan una dimensión más humana y cómo asegurar la ayuda que necesitan para aquellos que se verán más afectados?
Un taller internacional que se realizó recientemente en el Banco Mundial sobre el tema de "Las dimensiones sociales del cambio climático" exploró las diversas maneras en que se puede poner un rostro humano a las oscuras estadísticas y analizó las estrategias que podría aplicar la comunidad internacional para actuar en esa materia.
Unas 200 personas asistieron al salón donde se realizó el taller de dos días que analizó cómo el cambio climático influirá en asuntos como conflictos, inmigración, espacios urbanos, zonas áridas, instituciones rurales, pueblos indígenas, políticas sociales y género. Entre los asistentes hubo ex jefes de estado, activistas comunitarios, miembros de pueblos indígenas, científicos, académicos y profesionales del desarrollo, entre éstos algunos funcionarios del Banco Mundial.
El objetivo del taller fue “elaborar un programa de trabajo mundial sobre las dimensiones sociales del cambio climático”, dijo Steen Jorgensen, director del Departamento de Desarrollo Social del Banco Mundial y copatrocinador del taller en conjunto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID, por sus siglas en inglés).
“Los impactos son percibidos de manera diferente dependiendo de su sexo, edad, casta social o grupo étnico, entre otros”, dijo Jorgensen. “Por lo tanto, debemos asegurar que el diseño de las políticas e intervenciones programáticas se basen en la realidad que vive la población más pobre”. Por ejemplo, las crisis asociadas al clima ya influyen significativamente en la vida de la población pobre y el cambio climático multiplica los riesgos y vulnerabilidades a los que ésta debe hacer frente, al grado en que podrían causar un daño irreversible a muchas familias pobres”.
Millones de personas en riesgo
Ya se han documentado los costos ambientales y económicos del cambio climático. No obstante, las cifras no reflejan la dimensión del impacto humano. El taller “Las dimensiones sociales del cambio climático” centró su atención en las personas a quienes dichas cifras representan.
Por ejemplo, un aumento de 2º C en la temperatura mundial en las próximas décadas, el pronóstico más conservador de los diversos escenarios de cambio climático proyectados por la ONU, agravaría las sequías y las inundaciones y llevaría a cientos de millones de personas a sufrir hambre. También dejaría a muchos millones más expuestos al paludismo y a la escasez de agua, según los especialistas. A su vez, esta situación podría producir más conflictos, lo que forzaría el desplazamiento de millones de personas. La mayoría de las víctimas serían los más vulnerables: la población pobre del mundo.
“Esta no fue una conferencia para presentar respuestas definitivas, sino dar al debate el nivel de importancia que merece”, dijo Gillette Hall, especialista en desarrollo social del Banco Mundial. “Su propósito fue dar una señal tempana de que no queremos cometer el mismo error que hemos cometido una y otra vez en el pasado, cuando hemos ignorado los impactos sociales y el rostro humano”.
Durante los dos días de debate, uno de los temas centrales de la discusión fue cómo cientos de millones de personas pobres que viven hacinadas en las zonas urbanas de países de ingreso mediano y bajo harán frente a inundaciones, deslizamientos de tierra y otros efectos del cambio climático.
Los gobiernos locales “carecen del conocimiento y la capacidad necesarios para actuar”, dijo Caroline Moser del Global Urban Research Centre de la Universidad de Manchester, Reino Unido. “Es fundamental contar con respuestas a nivel comunitario”.
En algunas zonas urbanas ya se ven algunas de estas respuestas.
“Las mismas comunidades han comenzado a ampliar sencillas iniciativas iniciales y han transferido sus conocimientos de un país a otro”, dijo una asistente al taller, Esther Mwaura-Muiru, fundadora y directora de GROOTS, red de autoayuda compuesta por mujeres de diversas tribus de Kenya que ha establecido lazos con grupos similares de América Latina, Asia oriental y el Pacífico, así como con otros países africanos. “Todavía no hemos convencido a ningún organismo de que aprenda de nuestras experiencias y aplique estas iniciativas a mayor escala”.
No es fácil identificar las dimensiones sociales del cambio climático debido a que muchos de los impactos tienen, a su vez, múltiples repercusiones. Por ejemplo, es probable que niñas jóvenes de las regiones de África al sur del Sahara, Asia meridional o América Latina deban dejar la escuela porque se ven obligadas a dedicar más tiempo a buscar agua debido a las sequías más severas y frecuentes producidas por el cambio climático.
A su vez, el taller dedicó una sesión completa a analizar los vínculos entre el cambio climático y los asuntos de género.
“Las mujeres suelen ser muy vulnerables y por ende son uno de los grupos más afectados", dijo Caroline Kende-Robb, gerente sectorial del Departamento de Desarrollo Social del Banco. “En el tsunami de Indonesia, Sri Lanka e India, la tasa de mortalidad fue tres a cuatro veces más alta en las mujeres que en los hombres. Esto se debió a que las mujeres, insertas en determinados roles sociales, no habían aprendido a nadar o intentaron salvar a sus hijos sin velar por su propia seguridad. Un aumento en la intensidad de las tormentas debido al cambio climático tendrá efectos similares. No obstante, las mujeres son poderosos agentes de cambio, además de muy buenas administradoras de los recursos comunitarios. Por lo tanto, tienen un papel importante en el diseño de estrategias efectivas de adaptación y mitigación de riesgos.
Integración de la justicia social en la Nueva estrategia sobre cambio climático
Las experiencias extraídas de las presentaciones del taller, los debates en grupo y las sesiones de preguntas y respuestas darán forma a las políticas y métodos que el Banco Mundial adoptará en su respuesta al impacto social del cambio climático.
Robin Mearns, especialista principal en gestión de recursos naturales y uno de los organizadores del taller, dijo que estas políticas y métodos serán integrados al nuevo Marco estratégico del Banco Mundial sobre cambio climático y desarrollo, que se espera esté listo hacia fines de año. Además, el próximo año se publicará un informe crucial, el Informe sobre desarrollo humano, cambio climático y desarrollo, que también presentará estas políticas y enfoques.
La adaptación al cambio climático exige, entre otras cosas, la modificación de las estrategias que el Banco sigue para asistir a los países y formar alianzas con otros países, que constituyen la base de la asistencia para el desarrollo que éste otorga.
“El buen gobierno en todos sus niveles, tanto local como nacional y mundial, se erigirá como un tema central para abordar el cambio climático. En países en desarrollo, la participación de la ciudadanía y la responsabilidad social serán herramientas fundamentales para que las personas se sientan con la autonomía necesaria para exigir que sus gobiernos emprendan medidas relacionadas con el cambio climático”, dijo Kende-Robb.
“También debemos pensar en períodos de tiempo mucho más extensos”, dijo Andrew Norton, especialista jefe en desarrollo social y otro de los organizadores del taller. Las estrategias de asistencia a los países se extienden por tres años, pero para ver la real magnitud del impacto del cambio climático es necesario abarcar un período de al menos 12 a 15 años y quizás más. El desafío está en que debemos actuar ahora mismo, tanto mediante la reducción de las emisiones para “evitar llegar a un nivel imposible de manejar” como mediante la planificación por adelantado de la protección de los más vulnerables, para “manejar lo inevitable”.
Noticia original
http://go.worldbank.org/OT0IVQNDB0