Colombia: Justicia en equipo, más allá de la resolución de conflictos
Banco Mundial, 23/03/2008Colombia, 20 de marzo de 2008 -- En años recientes, los países de América Latina y el Caribe han vivido un sostenido aumento en la demanda de servicios judiciales, con la consiguiente grave congestión, retrasos en la resolución de conflictos y percepción popular de que el sistema judicial es ineficiente. Estos problemas, combinados con modelos de gestión disfuncionales, lentos tiempos de respuesta y atención deficiente en las necesidades de los ciudadanos, han llevado a los países de la región a buscar un cambio profundo y evitar seguir dando falsas promesas.
En 2001, la situación en Colombia era tal como la recién descrita. Los tribunales tenían un volumen de trabajo pendiente de más de 393.000 casos y el índice de resolución de conflictos era de sólo 15%. Tras cinco años de reformas, como las que respaldó el Proyecto de mejoramiento de la resolución de conflictos judiciales, dicho índice aumentó en un 120% y el trabajo pendiente en tribunales disminuyó a 73.849 casos.
El objetivo del proyecto era desarrollar un nuevo modelo de prestación de servicios judiciales y mejorar la oportunidad y capacidad de respuesta de los servicios que se prestan a los ciudadanos colombianos, además de lograr un sistema judicial de mejor calidad.
“Este proyecto de modernización es uno que los jueces de Colombia han construido con sus propias manos, lo han acordado colectivamente y lo han validado en conjunto. Ellos participaron en todo el proceso, aportando su experiencia profesional y los valores, la prolijidad y la seriedad que caracterizan a un buen servicio público”, señala Lucía Arbeláez de Tobón, magistrada de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura de Colombia.
Además de ejecutar el proyecto en cinco ciudades de Colombia (Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali y Medellín), que en conjunto representan el 50% de la demanda por servicios judiciales en el país, el proyecto fue diseñado para aplicar mejoras en áreas clave identificadas por los mismos partícipes. En los tribunales participantes, los jueces organizaron unidades de trabajo denominadas “Equipos de cambio judicial”. Los equipos trabajaron bajo la supervisión y dirección de los mismos jueces para identificar las prioridades que debía abordar el proyecto, las que variaron desde aspectos culturales hasta cuestiones de organización y del sistema e incluso la configuración de los tribunales. La participación de los magistrados fue uno de los factores más innovadores del proyecto y sus aportes fueron cruciales para el éxito de éste.
“Creo que el ejercicio más importante fue el análisis de los valores que se aplicarían en terreno. Aprendimos sobre sinergismo, solidaridad, eficiencia, eficacia y transparencia. Hemos puesto en práctica estos valores y han cambiado la imagen del sistema judicial aquí", constata Marta Cecilia Mayorga, oficial del Sexto Juzgado Civil del Circuito de Bucaramanga.
La estrategia obtuvo excelentes resultados en disminuir la duración de los procedimientos y mejorar la calidad general del servicio. Los ciudadanos tienen hoy una percepción más positiva de la efectividad, calidad y eficiencia de los servicios judiciales, según indica una encuesta de satisfacción de usuarios que se realizó en el marco del proyecto.
La encuesta indica que el proyecto logró los siguientes tres resultados: a) mejoró la legitimidad social del sistema judicial y su capacidad para reaccionar de manera efectiva ante las necesidades de la sociedad; b) creó mejores incentivos para la resolución de conflictos civiles por medios amigables (por medio de actividades de formación de equipos, capacitación y reacondicionamiento de las salas de tribunales), y c) mejoró la efectividad y disminuyó el costo de la ejecución de contratos, con lo que mejoró el entorno para la realización de negocios.
Noticia original:
http://go.worldbank.org/U33XP3QXT0