El Banco Mundial estrecha lazos con inversionistas socialmente responsables

Banco Mundial, 30/10/2007

• Cada año, el Banco Mundial recauda entre US$10.000 millones y US$15.000 millones en los mercados internacionales de capitales, montos que se destinan a proyectos de desarrollo en todo el mundo.
• Ahora, la organización está interesada en llegar a segmentos particulares del mercado: inversionistas que persigan metas sociales y ambientales.
• Los inversionistas privados pueden adquirir hoy bonos del Banco Mundial en dos bancos europeos y así respaldar programas de tecnología no contaminante, desarrollo favorable para el medio ambiente y de lucha contra la pobreza.

24 de octubre de 2007 — El tesorero del Banco Mundial, Kenneth Lay, recuerda cuando su abuelo, inversionista conservador, poseía bonos del Banco Mundial.

En ese tiempo, el Banco Mundial restaba importancia al hecho de que su cartera de operaciones crediticias se componía de préstamos a países pobres y su misión principal era luchar contra la pobreza. Por el contrario, el Banco se esforzaba por infundir la confianza que merece una institución digna de la codiciada clasificación AAA.

“No es exagerado admitir que minimizábamos lo que realmente se hacía con el dinero”, dice Lay. “Dábamos importancia al hecho de que teníamos grandes reservas y que contábamos con el respaldo de los gobiernos de los países más acaudalados”.

En la actualidad, la relación del Banco Mundial con los inversionistas difiere mucho de la del pasado.
El Banco Mundial quiere llegar a un segmento de la comunidad de inversionistas que está en rápida expansión, a saber, el de los inversionistas socialmente responsables, para ofrecerles oportunidades de inversión en desarrollo en el marco del programa anual de financiamiento del Banco.

Cada año, el Banco Mundial recauda entre US$10.000 millones y US$15.000 millones, gracias a la emisión de bonos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) en los mercados internacionales de capitales. Los bonos del BIRF están a la venta a través de agentes o intermediarios financieros que han estado activos en el mercado de capitales por más de 60 años. Estos bonos han financiado unos 600 proyectos en más de 100 países en todo el mundo en los años recientes, afirma Lay.

Los inversionistas sostenibles o responsables en términos sociales ponderan criterios sociales, ambientales y éticos al tomar decisiones de inversión. Estos inversionistas desean respaldar empresas y organizaciones que coinciden con sus ideas o posturas personales o, por el contrario, evitan invertir en entidades cuyas prácticas se contraponen a éstas. Muchos creen que integrar criterios ambientales, sociales y de buen gobierno al proceso de adopción de decisiones les ayudará a encontrar mejores oportunidades de inversión.

“La gente ha comenzado a prestar atención al destino que se dará a su dinero y está preparada para asignar un valor a dicho fin”, agrega Lay.

La tendencia hacia la inversión sostenible se da no sólo entre los inversionistas de capital, sino también en los que invierten en obligaciones, como los que compran bonos del BIRF, señala Heike Reichelt, jefa de inversionistas y nuevos productos del Departamento de Tesorería del Banco Mundial.

Como resultado, el Banco Mundial ha fortalecido sus esfuerzos, especialmente en los últimos tres años, para dar a conocer su trabajo en materia de desarrollo a inversionistas de Europa y Japón, agrega.

El Departamento de Tesorería del Banco Mundial se ha unido con otras secciones de la institución, como la red para el desarrollo sostenible y las unidades de comunicaciones y de los países miembros, para dar a conocer los logros que los países que conforman el Banco Mundial han alcanzado en los ámbitos de medio ambiente y desarrollo, agrega Reichelt. Además, el Banco Mundial participó activamente el año pasado en la emisión de bonos destinada a financiar actividades de vacunación en países en desarrollo, a beneficio del Servicio Financiero Internacional para la Inmunización (IFFIm, por sus siglas en inglés), del cual el Banco es su tesorero.

“Estamos recién comenzando a asignar un valor monetario a las buenas obras del Banco Mundial”, concluye Lay.

Asociaciones con otros bancos e inversionistas

El Banco Mundial acaba de asociarse con dos bancos europeos con el fin de emitir bonos diseñados para atraer a inversionistas privados que deseen respaldar programas de tecnologías no contaminantes, favorables con el medioambiente, para propiciar el desarrollo y la lucha contra la pobreza, al tiempo que obtienen una buena rentabilidad del capital invertido.

A sólo un mes de su lanzamiento del 17 de septiembre, ABN-AMOR vendió alrededor de €150 millones en bonos Eco 3Plus del Banco Mundial (Veáse artículo relacionado.)

El Banco Mundial también ha emitido €250 millones en bonos por medio del DekaBank a clientes del Savings Banks Finance Group de Alemania (Sparkassen-Finanzgruppe) con el fin de financiar proyectos de desarrollo sostenible auspiciados por el Banco. Los bonos, con vencimiento de un año, estarán disponibles en 16.000 sucursales del banco Sparkassen en toda Alemania hasta el 2 de noviembre y tienen un interés garantizado de 3,85%.

El Banco Mundial también se asoció en 2005 con La Banque Postale, el sistema postal francés, para ofrecer un nuevo producto de inversión a los particulares franceses que deseen financiar programas del Banco Mundial en países en desarrollo y tener acceso directo a información sobre ellos.

El Banco Mundial tiene un largo historial de inversión socialmente responsable en Japón, afirma la directora de mercado de capitales del Banco Mundial, Doris Herrera-Pol. Recientemente, en junio de este año, el Banco Mundial lanzó en Tokio el fondo “World Supporter”, creado por Nikko AM. Este fondo ofrece a los inversionistas japoneses la oportunidad de participar en una cartera diversificada de inversiones en mercados emergentes, que respalda la misión del Banco Mundial. Además, una parte de las comisiones que se cobran por la gestión de las transacciones del fondo serán donadas a una causa relacionada con el desarrollo.

“En Japón, los inversionistas particulares consideran al Banco como un elemento básico entre los productos de ingreso fijo, afirma Herrera-Pol, y siempre han considerado al Banco como una inversión socialmente responsable”.

Para reforzar aún más la posición del Banco Mundial entre los inversionistas socialmente responsables de Europa y América del Norte, donde el Banco ha enfrentado duras críticas por parte de grupos de interés, la influyente Calvert, líder en inversión social y ambientalmente responsable, decidió en julio autorizar a sus productos sociales la compra de bonos del Banco Mundial. La decisión se tomó luego de revisar exhaustivamente las prácticas y políticas del Banco Mundial en materia de derechos humanos, derechos de los pueblos indígenas y temas de género, señala Calvert.

“Me impresiona su grado de diligencia e imparcialidad”, reconoce Lay. “En mi opinión, Calvert ha podido observar de manera adecuada la complejidad de nuestro trabajo y el contexto en el que se desarrolla”.

“Se trata de personas preparadas profesionalmente para escrutar los fines públicos de la participación del Banco y otros actores en los mercados financieros. Por lo tanto, es una muy buena señal que ellos, cuyo trabajo es realizar ese escrutinio, hayan llegado a la conclusión de que coincidimos en dichos fines públicos. Esperamos mantener el diálogo abierto con Calvert y otros inversionistas socialmente responsables en temas de interés común”.

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