Proyecto agrícola mejora el ingreso de 2,3 millones de hogares rurales en Nigeria
Banco Mundial, 10/10/20073 de octubre de 2007 — Las tierras de regadío llamadas fadamas, ubicadas a lo largo de los ríos de Nigeria, son lugares donde crecen los cultivos cuando el nivel de los ríos baja considerablemente durante la estación seca. La fértil tierra y la adecuada capa freática permiten un fácil acceso al agua; no obstante las fadama s también han sido escenario de conflicto entre agricultores, pescadores y pastores que compiten por la tierra, el agua y los recursos de pastoreo.
Sin embargo, la tensión está aflojando, en gran parte gracias a un proyecto agrícola, patrocinado por la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial, que ha impulsado a las personas que dependen de los recursos de la fadama a trabajar en colaboración y hacerse cargo de su propio desarrollo.
El Segundo proyecto nacional de desarrollo de las fadamas (Fadama II) por US$125 millones, que continúa la labor de un proyecto previo de 10 años de antigüedad que ayudó a los agricultores a regar las tierras de la fadama , mejoró el ingreso de 2,3 millones de familias de agricultores en 12 estados nigerianos en sólo dos años.
También ayuda a modernizar la agricultura en las regiones no productoras de petróleo de Nigeria, amplía la red vial en las zonas rurales, otorga a las comunidades acceso a recursos para la inversión y promueve el uso sostenible del medio ambiente.
"Sus efectos son grandes y notorios"
"Me siento orgulloso de este proyecto, porque sus efectos son grandes y notorios, reales", señala Simeon K. Ehui, economista del Banco con base en Abuja y líder del proyecto, quien viaja en forma constante al campo para ver los resultados con sus propios ojos.
Ehui señala que un nuevo estudio de evaluación del impacto realizado por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria (IIIPA) con base en Washington DC confirmó las conclusiones a las que había llegado su grupo de trabajo: los resultados superan las expectativas.
El IIIPA concluyó que el ingreso familiar aumentó 60% entre 2005 y 2007 entre las personas que participan en el proyecto, superando ampliamente la meta de 20%. Las mujeres, entre las cuales hay viudas que debían luchar arduamente para ganarse el sustento, vieron que el valor de sus activos aumentó cerca de 1.565%, de acuerdo con el IIIPA.
Este éxito hizo que el proyecto fuera merecedor, en junio, del Premio a la excelencia para la región de África del Banco Mundial por su aporte al desarrollo sostenible e instó al gobierno a solicitar un mínimo de US$250 millones para el proyecto Fadama III para los 36 estados de Nigeria, el que estaría listo para ser presentado ante el Directorio del Banco en marzo de 2008, comenta Ehui.
También inspiró al Banco Africano de Desarrollo a poner en marcha proyectos similares en seis estados, lo cual eleva a 18 el número de estados nigerianos que gozan de los beneficios del Fadama. Dichos proyectos incluyen financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) para apoyar el uso y administración sostenibles de la tierra y el agua.
"Después de Dios, existe Fadama"
Aunque en ocasiones se ha comparado a las ricas tierras de la fadama del país con "el paraíso", Ehui señala que "nunca olvidará" una expresión que escuchó en el estado nortino de Taraba: "Daga Allah Sei Fadama" o "Después de Dios, existe Fadama".
Agrega que el proyecto ha dado esperanzas a muchos. "Pueden ver que la vida les cambia en el transcurso de pocos meses o años", señala Ehui.
En efecto, el proyecto ha demostrado ser un poderoso instrumento para la lucha contra la pobreza y el empoderamiento de las personas que viven en zonas rurales, incluidas mujeres y personas con discapacidad, en los estados no productores de petróleo de Nigeria, donde los caminos son escasos y las personas tienen muy poco acceso a la banca o al microfinanciamiento, comentan las personas relacionadas con Fadama II.
El impacto inicial del proyecto en el desarrollo agrícola de Nigeria, el cual se considera clave para diversificar la economía nigeriana, es "enorme", comenta Nwanze Okidegbe, asesor en estrategias agrícolas del Banco, quien ha conversado con varios beneficiarios del proyecto.
El proyecto se financia con US$100 millones en créditos de la AIF, la entidad del Banco Mundial que ofrece préstamos a largo plazo y sin interés. Se espera que el gobierno nigeriano contribuya unos US$16 millones durante el transcurso del proyecto y que las mismas comunidades aporten cerca de US$9 millones para costear sus propias necesidades de desarrollo.
El proyecto incentiva a “grupos de usuarios” de la comunidad, como pequeños agricultores, pescadores, pastores (personas que crían ganado), mujeres, personas con discapacidad, estudiantes y otros, para que elaboren planes de desarrollo local participativos y socialmente integradores.
Los grupos solicitan dinero para pagar por un "activo comunitario" generador de ingresos, como redes de pesca, fertilizantes, bombas de agua, generadores u otras mejoras a través de sus planes de desarrollo local (PDL) aprobados. Si el Comité local de desarrollo de Fadama aprueba la solicitud de los PDL como complemento del presupuesto general del gobierno local, la comunidad abre la licitación del contrato y el oferente ganador recibe su pago directamente con cargo a la cuenta del proyecto, añade Ehui.
Fondos del proyecto cubren 70% de los costos
El proyecto cubre 70% de los costos y el grupo comunitario cubre el restante 30%. En el caso de proyectos de infraestructura que benefician a comunidades completas, como caminos de acceso a mercados y explotaciones agrícolas, sistemas de abastecimiento de agua (como pozos perforados), construcciones o casetas para el mercado, el proyecto cubre 90% la comunidad local, 10%, pero ésta puede hacer este aporte en especies, como por ejemplo, mano de obra.
El proyecto designa un facilitador para que ayude a los grupos a presentar sus solicitudes de presupuesto y entregar otros servicios, como crear confianza y motivación propia en los participantes, además de capacidad para mantener sus ingresos y administrar las finanzas. Ehui señala que los grupos dejan la mayor parte de sus utilidades en la cuenta bancaria del grupo comunitario.
“Fadama II es el primer proyecto de desarrollo rural en Nigeria que ha tenido éxito en canalizar recursos hacia las comunidades para que éstas ejecuten sus subproyectos prioritarios”, indica Okidegbe.
El próximo desafío, agrega Ehui, es utilizar el enfoque de desarrollo impulsado por la comunidad para llegar a los pobres y reducir la pobreza en el resto del país.
"¿De qué modo los pobres pueden adquirir activos productivos y aumentar su capacidad para colaborar en la administración de sus actividades económicas?", pregunta Ehui. "Es necesario que el gobierno de Nigeria y sus asociados en la tarea del desarrollo ayuden a extender los logros de Fadama II en el resto del país usando el enfoque de este proyecto".
Enlace a noticia: http://go.worldbank.org/4HYO6N6AO0