El crecimiento de Mozambique sirve de telón de fondo en una reunión de donantes

Banco Mundial, 28/06/2007

27 de junio de 2007— Antes de que Nelia Mangate tuviera un teléfono celular, le resultaba difícil comunicarse con los clientes que vivían lejos de su tienda en Maputo, Mozambique. Las cartas suelen tardar de cinco a seis días en llegar a sus destinatarios.

"Pero ahora puedo obtener una respuesta inmediata", dice Mangate. "Aunque no tenga minutos de llamadas, puedo utilizar el servicio SMC para enviar un mensaje corto".

Hace tres años, tan sólo ocho de cada 1.000 mozambiqueños tenían teléfono, pero los costos del servicio disminuyeron gracias a las reformas respaldadas por el Banco Mundial y se abrió el mercado a la competencia, aumentando radicalmente el acceso. El uso cada vez mayor de teléfonos celulares en Mozambique -de 51.000 abonados en 2001 a unos 2 millones en 2007-, simboliza ciertos cambios positivos que se están produciendo en este país de África meridional de bajo ingreso y alto crecimiento.

Entre dichos cambios figuran la reducción de la pobreza del 70% a cerca del 50% desde 1997, la matriculación de casi 2 millones más de niños en la escuela, el aumento anual del 20% en las exportaciones durante los últimos 10 años, la disminución de la mortalidad infantil en 35 puntos porcentuales con respecto a 1990, y la duplicación del acceso al agua potable.

Esta semana, el éxito de Mozambique -y su persistente pobreza-, se convierten en el telón de fondo de una reunión de donantes internacionales que se celebra en Maputo, su capital.

Donantes de 42 naciones y representantes de 12 países prestatarios evaluarán las necesidades de los países más pobres del mundo que reciben ayuda de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la entidad del Banco Mundial que otorga donaciones y préstamos sin intereses (conocidos como créditos) con plazos de 35 a 40 años para su reembolso.

Algunos países, como Mozambique, han logrado avances impresionantes en los últimos años, pero todavía afrontan desafíos abrumadores.

Otros dependen en gran medida de la AIF como su única fuente de financiamiento más grande, en especial, porque no se benefician de los niveles récord de capital extranjero que fluye hacia los países de alto crecimiento económico en el mundo en desarrollo.

La AIF es la piedra angular

El director del Banco Mundial a cargo de Mozambique, Michael Baxter, se refirió a la AIF como la "piedra angular" de la asistencia para el desarrollo en Mozambique.

La AIF, el mayor de unos 30 donantes que tiene el país, aporta el 20% de la asistencia extranjera para el desarrollo. Los nuevos compromisos de la AIF ascenderán a US$155 millones anuales dentro del marco de la nueva estrategia de asociación del país que entrará en vigor en julio.

"Históricamente, el Banco Mundial, por intermedio de la AIF, ha sido un donante muy importante para Mozambique durante más de 20 años, tanto en términos de transferencia de recursos como de apoyo a la política", comenta Baxter.

La Primera Ministra Luisa Diogo sostiene que la asistencia de la AIF fue decisiva para la reconstrucción del país después de la prolongada guerra civil que finalizó en 1992 con la firma de un acuerdo de paz.
"No hubiéramos podido reconstruir la infraestructura esencial después de la firma del acuerdo sin el apoyo de la AIF. Solíamos depender mucho de la ayuda alimentaria, mientras que ahora somos casi autosuficientes en la producción de alimentos", explica la Primera Ministra.

Mozambique continúa necesitando ayuda internacional ya que no se ha recuperado por completo, dice Baxter.

Pero con una tasa de crecimiento anual promedio del 8% durante la última década, es también el país no productor de petróleo de más rápido crecimiento en el continente africano.

Parte de este crecimiento se puede atribuir al Proyecto conjunto de la fundición de aluminio de Mozal de la AIF, la Corporación Financiera Internacional (CFI) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI), la inversión extranjera más grande en la historia de Mozambique.

Mozal creó 15.000 trabajos, sobre todo para los mozambiqueños, durante las dos fases de su construcción, y en este momento emplea a 1.150 trabajadores permanentes, 1.600 contratistas y 10.000 personas en forma indirecta a través de empresas locales de contratistas.

Otro beneficio que se le atribuye es la atracción de inversiones extranjeras hacia Mozambique y de contribuir con el 3% del PIB y entre el 5% y el 10% del reciente crecimiento económico.

El crecimiento ayudó a aumentar los ingresos a US$340 per cápita, y liberó a 3 millones de personas de pobreza absoluta entre 1997 y 2003.

Con buen rumbo hacia la reducción de la pobreza

Mozambique va bien encaminado hacia el logro del objetivo de desarrollo del milenio (ODM) de reducir la pobreza para 2015, aunque el país sigue siendo uno de los más pobres del mundo, dice Baxter.

"El desafío radica en reducir aún más el índice de pobreza y crear más empleos para una gran cantidad de gente", agrega.

La AIF y los otros donantes de Mozambique apoyan el plan de reducción de la pobreza del gobierno, bajo cuyo marco los fondos se destinan a los sectores que el gobierno juzgue más prioritarios en la lucha contra la pobreza y la prestación de servicios.

La infraestructura, la agricultura y el VIH/SIDA -en un país con un índice de infección del 16%, están en el centro de las preocupaciones en torno al desarrollo.

Además, Mozambique se ubica en la posición 140º entre 175 países en cuanto a la facilidad para hacer negocios, según el informe Doing Business del Grupo del Banco Mundial. Se han puesto en marcha varias iniciativas que deberían mejorar el clima de negocios del país, comenta Baxter, a lo cual agrega que Mozambique está avanzando bien en el logro de sus objetivos de desarrollo, pero todavía afronta enormes desafíos. Además de la grave amenaza que constituye el VIH/SIDA, las cuestiones de gobernabilidad plantean un riesgo significativo para el crecimiento, en especial, aquel que se comparte en forma más amplia.

Según él, la estrategia de asociación del país aprobada hace poco, que se efectuará de julio de 2007 a junio de 2011, "busca ayudar al gobierno a mejorar sus funciones básicas que van desde la planificación y administración financiera hasta la facilitación de la empresa privada.

"Esto no sólo conducirá a mayores inversiones y a una mejor prestación de servicios públicos, sino que propiciará una mayor obligación de dar cuenta de la forma en que se utilizan esos recursos públicos. Estos son elementos esenciales para el crecimiento a largo plazo que beneficiarán a todos los ciudadanos por igual", dice Baxter.

No sólo dinero

"No siempre resulta fácil ponerse de acuerdo sobre el impacto que tiene el crecimiento en la vida de la población", señaló Adriano Maleiane, ex gobernador del Banco Central de Mozambique, en una entrevista que tuvo lugar a principios del presente año.

"Sin embargo, es innegable que hoy hay más escuelas, hospitales, agua potable y actividades económicas que durante la guerra".

La participación del Banco en Mozambique, a través de la AIF, demostró confianza en el país, alentando a los inversionistas y los otros asociados a "establecer mejores relaciones y brindar apoyo coordinado al país".

"La combinación de financiamiento y conocimientos de la AIF fue evolucionando con el tiempo en Mozambique", dice Jorge Araujo, economista principal del Departamento de Movilización de Recursos del Banco y líder del equipo a cargo del documento de la AIF15, The Role of IDA in the Global Aid Architecture (El papel de la AIF en la arquitectura de la ayuda mundial).

"No es sólo el dinero, sino el dinero asociado con los conocimientos y la pericia, y pericia que realmente aprovecha el rasgo distintivo de la AIF de ser un banco de desarrollo multilateral con proyección mundial".

"En esencia, dado que la AIF apoya el enfoque del país para la ayuda a favor del desarrollo, adapta su asistencia a las necesidades y prioridades del país en cuestión, así como a sus características", agrega Araujo.

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