El desafío mundial del agua

Banco Mundial, 21/03/2007

15 de marzo, 2007— El desafío que enfrenta el mundo hoy en materia de agua es desalentador.

Aproximadamente 1.100 millones de personas todavía carecen de acceso a agua limpia.

Otros 2.600 millones no cuentan con saneamiento básico, por ejemplo retretes.
Y según el World Water Council, al año 2015 unos 3.500 millones de personas vivirán en lugares donde el agua escasea o habrá comenzado a escasear.

La falta del agua es el tema central del Día Mundial del Agua de este año, que se celebra el 22 de marzo. La escasez de este elemento es la principal inquietud en lugares donde los recursos hídricos ya han diminuido a niveles mínimos.

En Oriente Medio y Norte de África, por ejemplo, ya aprovechan 80% del agua que precipita sobre la región, según indica el informe del Banco Mundial “Aprovechar al máximo la escasez: responsabilidad para mejorar los resultados de la gestión del agua en Oriente Medio y Norte de África.” Este informe prevé que el crecimiento demográfico y el cambio climático podrían reducir la cantidad de agua disponible a la mitad de aquí al año 2050.

Más de mil millones de habitantes de Asia meridional sufrirán los efectos de sequías e inundaciones si, como se espera, se derritiesen los glaciares de los Himalayas a raíz del cambio climático.

Cambios en la secuencia de los monzones que caen sobre India podrían afectar gravemente la industria agrícola del país, señaló el Economista jefe del Banco Mundial Sir Nicholas Stern en una entrevista ofrecida recientemente (“Climate Change in South Asia: A Conversation with Sir Nicholas Stern”).

El Banco Mundial otorga préstamos para proyectos que ayudan a los países a abordar los problemas relacionados con el agua, ya sea por medio de la construcción de infraestructura que permita restaurar el medio ambiente; el manejo de recursos hídricos y la adaptación a los efectos del cambio climático.

El financiamiento aportado por el Banco, US$3.300 millones cada año, constituye el 50% del financiamiento externo para recursos hídricos y alcanzó al 16% del financiamiento que el Banco otorgó en el último decenio. La cartera total del Banco asciende a casi US$7.000 millones.

La Agencia Internacional de Fomento (AIF), que otorga donaciones y préstamos libres de interés, es hoy la principal fuente de asistencia financiera para el sector de suministro de agua y saneamiento. Hasta el año 2004, el financiamiento entregado para proyectos relacionados con el agua representó el 18% del total de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD). Los fondos de la AIF se utilizaron directamente para que al menos 25 millones de personas obtuvieran acceso a agua potable y/o saneamiento entre 2000 y 2006.

Uno de los objetivos generales del Banco es ayudar a los países a suministrar agua potable y saneamiento a más personas y lograr “seguridad hídrica”, es decir, condiciones mínimas de infraestructura y capacidad de gestión del agua de modo que las crisis ambientales, como inundaciones, sequías, epidemias y otros eventos relacionados con el agua, no perjudiquen mayormente la economía ni pongan en riesgo el crecimiento.

Las prioridades se dividen en cinco categorías:

• Distribuir los recursos hídricos cada vez más escasos en múltiples usos (desde suministro de agua potable, saneamiento, agricultura, energía, ecología y servicios humanos (por ejemplo, pesca) a fin de asegurar el acceso sostenible y equitativo al agua y a los servicios relacionados.
• Mejorar la eficiencia, reducir el uso excesivo (que puede causar el anegamiento y la salinización de depósitos de agua dulce y de la tierra) y proteger la calidad del agua a fin de garantizar la salud pública.
• Asegurar la participación efectiva en la gestión del agua, es decir la participación del sector público y privado en el suministro de agua y en asociaciones locales de usuarios de agua;
• Manejar ríos transfronterizos y promover la cooperación regional en la gestión efectiva del agua; y
• Construir infraestructura hídrica sostenible a fin de reducir la vulnerabilidad de las sociedades a crisis relacionadas con el agua, en especial, a medida que el cambio climático afecta los ciclos hidrológicos.

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