Reunión de alto nivel reflexiona sobre las perspectivas de recuperación y crecimiento de Liberia

Banco Mundial, 22/02/2007

12 de febrero, 2007— Donde antes había sólo calles oscuras, ahora es frecuente ver a los niños de Monrovia haciendo sus deberes bajo el alumbrado público.

La luz llegó a las esquinas de Monrovia hace sólo unos pocos meses como parte de un esfuerzo internacional destinado a apoyar la reconstrucción de Liberia. Se trata de una señal de esperanza que indica que Monrovia puede llegar a ser nuevamente una urbe próspera y dinámica.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer en la ciudad y en el resto del país.
Catorce años de guerra civil destruyeron por completo la infraestructura y la economía y dejaron pocas vías transitables, tasas desenfrenadas de desempleo (según el Gobierno de Liberia alrededor de 85% de los trabajadores formales están subempleados o desempleados), baja expectativa de vida (47,7 años), alto nivel de analfabetismo (aproximadamente 70%) y cerca de 76% de los 3,3 millones de habitantes del país con menos de US$1 al día para vivir.

Una reunión de alto nivel que se realizará esta semana en Washington, DC, examinará de cerca las perspectivas de recuperación y crecimiento de Liberia, los avances obtenidos luego de un año de gobierno democráticamente elegido, y su función crítica en cuanto a mantener la paz en la región de África occidental.

El Foro de Asociados de Liberia fue organizado en forma conjunta por el Banco Mundial, las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno de Estados Unidos, el Banco Africano de Desarrollo y la Comisión Europea. Entre los participantes se cuenta a la Presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, el Presidente del Banco Africano de Desarrollo, Donald Kaberuka, el Comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea, Louis Michel, el Director Gerente del FMI, Rodrigo de Rato, el representante especial de la ONU ante el Secretario General, Alan Doss, la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice y el Presidente del Grupo del Banco Mundial, Paul Wolfowitz.

El foro también acogerá a delegaciones de por lo menos 21 países, muchos de los cuales aportaron al compromiso de US$500 millones destinados a Liberia durante la conferencia de donantes realizada hace tres años.

Dado que esos fondos de emergencia están prontos a agotarse y que aún se necesitan cientos de millones de dólares para reconstruir el país, además de explorar nuevas posibilidades de financiamiento el foro buscará asegurar aprobación y apoyo internacional para una estrategia de reconstrucción y desarrollo de Liberia.

Durante su visita a Washington, la Presidenta de Liberia Sra. Johnson Sirleaf también pretende encontrar soluciones para la asombrosa deuda que acumula el país con cifras que se empinan por los US$3.700 millones y que constituye un obstáculo mayúsculo para que el país se recupere de la crisis económica y social que siguió al golpe militar de 1980 y continuó hasta el término del conflicto armado en 2003.

Avances obtenidos

Para muchos, tanto en África como en otras partes del mundo, el país puede cambiar con el liderazgo de la Presidenta Johnson Sirleaf, la primera mujer presidenta de África y quien fuera economista del Banco Mundial y directora de la Oficina de África del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Sin embargo, el desafío que enfrenta es enorme. La prolongada guerra civil cobró la vida de 250.000 personas en un país de tres millones de habitantes, además de obligar a cientos de miles a huir a los países vecinos. Otros 101.000 ex soldados, muchos de los cuales fueran reclutados por el ejército durante su niñez y sometidos a situaciones extremadamente violentas, deben ser reintegrados a la sociedad.

La guerra destruyó caminos, puentes, hospitales y escuelas e interrumpió los servicios de agua potable, energía eléctrica y otros. Según los cálculos de la UNICEF, el conflicto dejó unos 230.000 huérfanos, situación agravada por el VIH/SIDA y otras enfermedades.

Sin embargo, el país está más estable y seguro durante el primer año de gobierno de la Sra. Johnson Sirleaf, gracias en parte a la constante presencia de 15.000 efectivos de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, según Luigi Giovine, Director geográfico a cargo de Liberia del Banco Mundial.

Por otra parte, las exportaciones de Liberia aumentaron 25%, el servicio de agua potable y electricidad se restableció en sectores de Monrovia por primera vez en 15 años, las reformas económicas aumentaron el ingreso fiscal en casi 50% y la economía creció a una tasa de 8% y se espera que mantenga ese ritmo en el futuro cercano.

Según Giovine, estos datos demuestran que el gobierno está “comprometido con el cambio” y merece recibir apoyo.

“Que Liberia se recupere y no retorne el caos depende en gran medida de la continuidad del compromiso de los donantes con este gobierno y también del compromiso constante del propio gobierno con la rectificación de los actuales problemas”, agrega Giovine.

El Banco Mundial ha aportado US$ 103 millones en dineros y donaciones de fondos fiduciarios para las labores de reconstrucción, y ha trabajado estrechamente con el gobierno para restablecer 950 kilómetros de caminos principales, incluidos 400 kilómetros de vías rurales, el destruido puerto de Monrovia, y el único aeropuerto internacional del país. Además, el Banco presta apoyo a la gestión financiera del Estado, al manejo forestal y agrícola y al desarrollo rural dirigido por las comunidades.

Aunque queda mucho por hacer, lo que incluye entregar servicios de educación y salud a las regiones rurales aisladas donde prácticamente no existen estos servicios, restablecer el suministro de energía y agua y reconstruir de otras formas las zonas urbanas, los cambios son sustanciales desde que Giovine llegó a Liberia hace casi tres años.

“Desde entonces, ha habido un progreso casi constante, con adelantos significativos el último año, que coincide con el período después de las elecciones”, dice Giovine.
Curva de aprendizaje

Parte de la misión del Banco consiste en fortalecer la capacidad del gobierno de manejar los distintos tipos de proyectos de desarrollo de gran envergadura que el país requiere para su reconstrucción.

Gylfi Palsson, especialista en transporte a cargo de los proyectos de infraestructura más importantes ejecutados por el Banco en Liberia, sostiene que en los últimos 10 meses se hizo evidente que tan importante como construir caminos y reforzar la infraestructura dañada será ayudar al gobierno a aumentar su capacidad de administrar y planificar el desarrollo.

El nuevo gobierno está “abordando los problemas del pasado de forma muy activa y progresiva”, pero carece de experiencia en procedimientos, procesos, adquisiciones y supervisión de contratos, todas capacidades que el equipo del Banco ha ayudado a formar en las instituciones durante varios meses, agrega Palsson.

“La lección aquí es que además de abocarse a la infraestructura también hay que comenzar a abordar materias relativas a la institucionalidad y las políticas”.

“Hace 10 meses, la discusión se ceñía a la infraestructura física y decía relación con salvar parte de ella del colapso absoluto. A partir de entonces, el foco de atención se ha desplazado para abordar la gestión de los distintos sectores de la infraestructura”.

Estabilidad

Concientes de la alta tasa de desempleo del país, los proyectos destinados a mejorar los caminos, la agricultura y las obras públicas apuntan a contratar tantos residentes del lugar como sea posible, dice Giovine.

Pero los proyectos también han sido obstaculizados por la falta de personal calificado dispuesto a venir a Liberia a trabajar, señala Palsson. Según él, es probable que vean en Liberia un riesgo demasiado alto.

Aunque los conflictos entre facciones disminuyeron durante el último año, queda mucho por hacer para apoyar un ambiente seguro para el desarrollo, reconoce Giovine.

“La creación de un ejército viable y comprometido, sujeto a la constitución, y el reestablecimiento de la policía son áreas de gran importancia que todavía necesitan financiamiento. Sin aumentar la seguridad, no es posible reconstruir el país, y tampoco es posible entregar mejores servicios”.

Las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas han sido un elemento disuasivo imprescindible del conflicto desde que se firmara el acuerdo de paz que puso fin a la guerra en septiembre de 2003 y “sigue siendo imprescindible” para mantener la paz y permitir la reconstrucción del país.

El especialista también señala que tales esfuerzos no sólo benefician a Liberia sino que ayudan a mantener la paz de toda la región.

“Una Liberia estable es un factor crítico que afecta la estabilidad del conjunto de la región”.

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