Preservar los bosques y el clima

Banco Mundial, 22/11/2006

En 1992, los líderes mundiales que participaron en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro reconocieron que era necesario hacer algo para combatir el cambio climático y la degradación ambiental.

Quince años después, las alertas en torno a este fenómeno continúan y todos los años, el planeta pierde una superficie de bosques pluviales similar al área de Portugal.

Sin embargo, existe un nuevo sentido de apremio a medida que los líderes mundiales se reúnen esta semana en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) en Nairobi, Kenya .

La Conferencia se realiza muy poco después de la publicación de un informe del ex economista del Banco Mundial, Nicholas Stern, el 30 de octubre recién pasado, que pinta un escenario muy lúgubre del futuro en caso de que las iniciativas que buscan frenar el cambio climático fracasaran.

La deforestación, fenómeno que según los cálculos causa entre 20% y 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) en el mundo, ha surgido como un asunto de máxima importancia en las deliberaciones de las naciones que buscan decidir, entre otras cosas, si sería justo compensar a los países por proteger sus bosques.

“Conservar los bosques beneficia a todo el mundo, pero nadie paga por ello”, señala Werner Kornexl, especialista técnico del Banco Mundial.

“Los países en desarrollo desean ser recompensados” por los beneficios económicos que dejan de percibir cuando conservan sus bosques, comenta.

Ian Noble, especialista principal en cambio climático, agrega que “evitar la deforestación” es “uno de los principales temas que se deben tratar en esta conferencia” y un asunto de primera importancia para el Banco Mundial, institución que espera ayudar en la tarea de encontrar un medio para detenerla”.

“Un motivo de esperanza es que en este momento todos los países intentan encontrar una salida”, dice.

Una mirada al mercado del carbono

Varios países, entre otros Papua Nueva Guinea, Bolivia, República Centroafricana , Chile, Congo y Costa Rica, se han unido a la Coalición para las Naciones con Bosques Tropicales en procura de conseguir un acuerdo que los compense por evitar la deforestación.

Muchos países en desarrollo desean participar en el floreciente mercado del carbono creado en el marco de un acuerdo internacional entre las naciones con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, afirma Kornexl.

Este mercado permite a las empresas de naciones industrializadas reducir las emisiones globales de CO2 y cumplir con las metas de contaminación fijadas por sus respectivos gobiernos a través de la compra de créditos de emisiones de carbono de proyectos favorables para el medioambiente que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero en países en desarrollo.

Los países en desarrollo perciben ahora los mercados del carbono como una posible solución para la deforestación, dice Kornexl.

No obstante, el mercado no ofrece en este momento recompensa alguna por mantener intactos los bosques, agrega.

El motivo: conservar los bosques no cambia los niveles mundiales de CO2, por lo cual permitir que las naciones ofrezcan créditos por la preservación de los bosques significaría simplemente que las empresas de las naciones ricas podrían emitir más gases de efecto invernadero.

El Protocolo de Kyoto, que fija normas para el mercado del carbono, “recompensa los proyectos por la reforestación [y por la forestación, es decir, por plantar árboles donde antes no había ninguno], pero no paga por algo que evitaría la liberación de estas emisiones al aire”, señala Kornexl.

Esta restricción ha significado la exclusión de muchos países cuyo principal recurso son los bosques (específicamente africanos), debido a que no disponen de reducciones de CO2 para vender. Por otra parte, África es responsable solamente de 2% a 3% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo provenientes de fuentes industriales y energéticas, explica.

Nuevas alternativas

Un informe publicado recientemente y que será analizado el 16 de noviembre en Nairobi (¿Ámbitos contradictorios? Expansión agrícola, lucha contra la pobreza y medio ambiente en los bosques tropicales) llama a entregar fuertes incentivos financieros, entre ellos financiamiento a través de la venta de bonos de carbono.

Según el informe, otro posible enfoque sería un sistema, financiado por los países industrializados, que pague a los países del mundo en desarrollo por reducir la velocidad de su deforestación, o bien ofrecer incentivos a la agricultura para intensificar las actividades en los suelos disponibles y así reducir la presión que genera el desarrollo sobre los bosques vírgenes.

Además, el Banco podría entregar asistencia para el desarrollo a los países para que mejoren la gestión y la vigilancia forestal o bien ofrecer incentivos o compensación a los ganaderos, los madereros y otros actores para que dejen de talar los bosques.

.“Deberá producirse una cooperación notable entre los países en desarrollo y la comunidad internacional para impulsar este programa ”, termina diciendo Kornexl.

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