Remesas: No son maná del cielo
Banco Mundial, 08/11/2006Cerca de casa: El impacto de las remesas en el desarrollo de América Latina
Durante el año 2005 los emigrantes de América Latina y el Caribe enviaron a sus países un total de $48,3 billones de dólares. En el 2004 las remesas fueron equivalentes a 70 por ciento del monto total estimado de inversiones extranjeras en la región y superaron en 500 por ciento la asistencia oficial al desarrollo.
A pesar de la importancia de las remesas para América Latina y el Caribe, un nuevo estudio del Banco Mundial indica que los efectos que tienen sobre la región en algunas ocasiones se han sobreestimado.
De acuerdo con Cerca de casa: El impacto de las remesas en el desarrollo de América Latina, el dinero que los emigrantes envían contribuye positivamente al desarrollo de la región. Las remesas están asociadas con niveles de pobreza más bajos, y mayores tasas de crecimiento e inversión pero el efecto que tienen es desigual a través de la región.
Humberto López, economista del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe y uno de los autores del reporte, dice que “a pesar de ser positivo, el impacto de las remesas sobre la superación de la pobreza y el crecimiento interno de la región, en la mayoría de los casos es bastante modesto. Es más, los países que más se han beneficiado de estos flujos son los países que han venido aplicando mejores políticas y que tienen un mejor clima de inversiones, una mayor capacidad institucional, y una población más educada”.
El documento, que trata de dar una respuesta acerca del perfil de los receptores de remesas de América Latina y el Caribe, indica que algunos de los efectos positivos están relacionados con el aumento de la tasa de ahorro y de acceso a la salud y a la educación, aumento de la estabilidad económica, de la capacidad empresarial y reducción en la pobreza y la desigualdad social.
Pablo Fajnzylber, economista del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe y uno de los autores del estudio dice que “las remesas ayudan a las familias más pobres a aumentar sus ahorros, mantener la tasa de escolaridad de sus hijos y hacer frente a situaciones económicas inesperadas”.
Las remesas, sin embargo, también vienen acompañadas de retos de política importantes. Entre estos se encuentran la fuga de cerebros, y los problemas de sobre-valuación de la tasa de cambio y de pérdida de competitividad exterior.
Entre las conclusiones más relevantes de la investigación se encuentra el hecho de que en países como México, El Salvador y Paraguay las remesas ayudan principalmente al segmento más pobre de la sociedad, mientras que en otros países, como Nicaragua, Perú y Haití, la ayuda está más ligada a la clase media.
La mayoría de los emigrantes de México y América Central provienen de los segmentos de la población con menores niveles de educación. Sin embargo, los emigrantes del Caribe y de América del Sur tienen un nivel educacional más alto que el resto de la población en sus países de origen.
Finalmente, el estudio enfatiza que a pesar del impacto positivo que tienen las remesas en la región, éstas no son un substituto a las políticas económicas de los países. Además agrega, que es importante utilizar políticas complementarias aunque promoviendo las remesas como alternativas de financiamiento al desarrollo e invitando a los bancos a “sacarle ventaja” a los flujos de remesas.
“Para poder aprovechar al máximo los beneficios de las remesas, hay que mejorar el clima de inversiones, fomentar la participación en el sistema bancario de las familias que reciben las remesas, y evitar la sobre-valuación de la tasa de cambio real”, dice Fajnzylber.
Como parte de la serie Foro de Desarrollo Latinoamericano, en los próximos meses se publicará una versión en más detalle de este estudio y de sus resultados principales.