Promover la autonomía de las mujeres e impulsar las economías

Banco Mundial, 28/10/2006

6 de octubre de 2006—En 1999, 35 mujeres de la aislada isla de Char Montaz en Bangladesh descubrieron que las cosas podrían ser muy distintas en su comunidad si se dedicaban a los negocios.

Ignoraron las críticas que las acusaban de estar violando las reglas de la sociedad por trabajar fuera del hogar y crearon la empresa de lámparas de corriente continua Women’s DC Lamp Enterprise con la ayuda de financiamiento del Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, además del apoyo de la organización no gubernamental Prokaushali Sangsad Limited (PSL).

Las mujeres fabricaron lámparas de corriente continua alimentadas por baterías para reemplazar los faroles de queroseno que se usaban petróleo usados habitualmente en los hogares de la isla pero que eran conocidos por ser una fuente de contaminación intradomiciliaria.

Y mientras aprendían a dominar la fabricación de lámparas, también se ejercitaban en control de calidad, formación de empresas y comercialización.

Muy pronto, los que antes las criticaban se transformaron en sus clientes. En el transcurso de dos años, llevaron luz y energía limpia de bajo costo a más de 1.200 hogares, tiendas y botes y a 300 negocios. Las tiendas permanecieron abiertas por más horas, los niños dedicaron más tiempo a sus deberes escolares en el hogar y los ingresos aumentaron 30%.

Hoy, el proyecto Oportunidad para mujeres en la utilización de tecnologías de energía renovable en Bangladesh y otros proyectos similares se consideran una prueba clara de que el desarrollo y las oportunidades económicas para la mujer pueden y deben ir de la mano y que dar participación a la mujer puede tener enormes efectos en la economía de un país.


Es la lógica en que se basa el nuevo Plan de acción en asuntos relativos al género de cuatro años y US$24,5 millones, el que pretende ayudar a la mujer a ocupar un lugar más importante en la economía de las naciones en desarrollo y de ingreso medio.

El plan de Igualdad de género como medida económica inteligente fue anunciado el mes pasado por Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, en las Reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial realizadas en Singapur.

El plan sostiene que la igualdad entre los sexos en el campo laboral es una medida económica sensata y detalla diversos medios para promover la autonomía de la mujer en el mundo en desarrollo con la ayuda del Banco.

Este plan se ha ganado el decidido respaldo de los donantes. Heidemarie Wieczorek-Zeul, ministra germana de cooperación económica y desarrollo internacional, acompañó a Wolfowitz cuando éste dio a conocer el plan en Singapur y patrocinará una conferencia complementaria sobre la habilitación económica de la mujer y el Plan de acción en asuntos relativos al género a principios del año 2007. Por su parte, Noruega ha sido un asociado importante en la preparación del plan y ha manifestado su interés por apoyar la puesta en marcha tan pronto se inicien sus actividades.

El plan aumenta los recursos dedicados a las cuestiones que afectan a la mujer en las operaciones y la asistencia técnica del Banco y aumenta la investigación y la recopilación de estadísticas acerca de los efectos generados por los obstáculos económicos por motivos de género en la economía de un país.

De manera específica, el plan pretende aumentar la participación de la mujer en infraestructura, finanzas, desarrollo del sector privado y agricultura, áreas que tienen una relación directa con el crecimiento económico, señala Mayra Buvinic, directora sectorial del Banco en asuntos relativos a género y desarrollo.

El plan también financia nuevas investigaciones acerca del efecto de la participación o falta de participación de la mujer en la fuerza laboral, investigaciones que asimismo recomendarán medios para eliminar los obstáculos que impiden la habilitación económica de la mujer.

“Deseamos examinar las condiciones de la participación de la mujer en mercados específicos (laboral, crediticio, de la tierra, además de espíritu y autoría empresarial) que impiden el crecimiento”, afirma Andrew Morrison, economista en jefe en asuntos de género y desarrollo.

Morrison sostiene que los investigadores del Banco buscan determinar, por ejemplo, cómo se ve afectado el crecimiento por la imposibilidad de la mujer de obtener créditos, tener títulos de propiedad o acceder a tecnologías.

“Deseamos documentarlo, porque al fundamentar y analizar detalladamente los obstáculos que enfrenta la mujer cuando quiere participar en estos mercados esenciales, podemos identificar políticas adecuadas para incrementar su acceso a esos mercados”.

'No es una situación inteligente desde el punto de vista económico'

Si bien se ha avanzado significativamente en los últimos 30 años en mejorar la salud y la educación de la mujer, en muchas partes del mundo ésta todavía se mueve por la periferia de la economía, condenada a realizar trabajos segregados mal pagados o bien excluida del todo de la fuerza laboral, dice Buvinic.

“Hoy las mujeres reciben mucho más educación que hace un decenio y están mucho más saludables, pero no pueden aprovechar plenamente su educación en el mercado laboral, porque aún tienen muy pocas oportunidades de trabajo”, sostiene Buvinic.

“No es una situación inteligente desde un punto de vista económico”, agrega.

Los obstáculos que enfrentan las mujeres difieren entre un país y otro y pueden ser de naturaleza cultural, jurídica o el resultado de inveteradas prácticas o costumbres comerciales. Las mujeres jóvenes viven momentos muchos más difíciles en su transición de la escuela al trabajo que los hombres jóvenes y habitualmente reciben salarios muchos más bajos, afirma Buvinic.

“A pesar de los grandes avances logrados en algunos países, se mantiene la diferencia entre el salario que ganan mujeres y hombres”, declara. “La diferencia suele explicarse en parte debido a falta de experiencia o educación, pero siempre existe una diferencia residual que probablemente se deba a la discriminación”.

Las cifras demuestran que la falta de oportunidades económicas para la mujer perpetúa la pobreza, señala Buvinic. Pero al mismo tiempo indican que mayores oportunidades para ellas se traducen en más oportunidades para sus hijos y en beneficios para toda la sociedad.

“Asimismo, cada vez hay más datos que apuntan a una relación directa entre mejores condiciones económicas para la mujer y mayor crecimiento del país”, afirma Buvinic.

Estas pruebas replican la conclusión más importante del Informe sobre Desarrollo Mundial 2006 del Banco publicado hace un año, que constataba que “hacer que los mercados funcionen de manera más equitativa para los sexos puede aumentar considerablemente la productividad y los ingresos de la mujer y contribuir al crecimiento económico”.

“La consecución de igualdad entre los sexos tiene sentido comercial para una institución de desarrollo”, explica Buvinic. “Es justamente el énfasis del plan: que la igualdad de género es positiva per se, pero que es asimismo indispensable para cumplir otros objetivos y es fundamental para luchar contra la pobreza y lograr crecimiento compartido por todos”.

Mayra Buvinic pronostica que el Plan de acción en asuntos relativos al género recibirá un fuerte apoyo “en un amplio espectro de países en desarrollo, porque encara temáticas de la mujer que afectan por igual a una gran variedad de países y circunstancias económicas dispares. Las problemáticas que busca abordar el plan son igualmente importantes en estados frágiles como en países de ingreso bajo y medio”.

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