Oriente Medio disfruta de un auge petrolero, pero con moderación

Banco Mundial, 05/07/2006

Altas tasas de crecimiento de países productores de petróleo dinamizan la región

30 de junio, 2006— Oriente Medio disfruta de un auge petrolero que recuerda las rentables décadas de 1970 y 1980, pero esta vez, en lugar de gastar la mayor parte de sus utilidades, los países productores están manejando las ganancias inesperadas con cautela, señala un nuevo informe del Banco Mundial sobre la región de Oriente Medio y Norte de África.

MENA Economic Developments and Prospects 2006: Financial Markets in a New Age of Oil (Evolución y perspectivas económicas en MENA: Mercados financieros en una nueva era petrolera) constata que las naciones productoras de petróleo convierten cada vez más las finitas riquezas petroleras en flujos de recursos a mayor plazo.

Según el informe, el segundo de una nueva serie de informes anuales sobre la evolución económica en la región de Oriente Medio, estas naciones también muestran prudencia fiscal al acumular ahorros, pagar deudas y crear fondos de estabilización de hidrocarburos.

El comportamiento de los productores de petróleo difiere del que mostraron en anteriores épocas de bonanza, cuando acumularon deudas y confiaron en los altos precios del crudo para alimentar su expansión. Cuando los precios del petróleo disminuyeron bruscamente, se vieron enfrentados a grandes deudas.

Esta vez, “los países están conscientes de que no pueden hacer las cosas como antes”, comenta Jennifer Keller, economista principal de la Oficina del economista jefe para la región de Oriente Medio y Norte de África y principal autora del informe.

Arabia Saudita, por ejemplo, redujo su deuda interna de 97% del PIB en 2002 a 41% del PIB a finales del año 2005. En ese mismo plazo, convirtió un déficit fiscal cercano a 6% del PIB en un superávit fiscal de 8,4% del PIB en 2005, constata el informe.

El informe indica que el desempeño del crecimiento económico en los países ricos en recursos petroleros e importadores de mano de obra muestra lazos cada vez más estrechos con el precio del petróleo, algo que no siempre sucedía en anteriores bonanzas del crudo. Y dado que los países adoptan estrategias de crecimiento básicamente similares, ahora experimentan el “mismo efecto de crecimiento”.

Las exportaciones de petróleo de las naciones con abundantes reservas de crudo e importadoras de mano de obra, como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Libia, Omán y Bahrein, más que se duplicaron en los últimos tres años y aumentaron de US$186.000 millones en 2002 a US$440.000 millones en 2005.

Al mismo tiempo, estas economías crecieron en un promedio de 7% en 2005 e impulsaron la tasa de crecimiento promedio de la región a 6%, desde un nivel de 5,6% en 2004 y 3,5% a finales de los años noventa, dice el informe. Por su parte, las economías de países con abundante petróleo y de mano de obra, como Argelia, Irán, Siria y Yemen, también exhibieron tasas de crecimiento sólidas que fluctuaron entre 5% y 6%.

Sin embargo, el auge que experimentaron los países productores de petróleo no se reflejó plenamente en las economías menos prósperas de la región, sostiene el informe.

La tasa de crecimiento promedio de Egipto, Djibouti, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez fue de sólo 4%. Entre éstos, la tasa de crecimiento de Marruecos cayó de 6,3% en 2004 a 1,5% en 2005, mientras que el crecimiento económico de Líbano se desplomó de 6% a 1% en 2004.

Cuando se compara con anteriores bonanzas del crudo, las economías pobres en recursos no disfrutan de la misma cantidad de efectos secundarios provenientes del elevado precio alcanzado por el petróleo. En efecto, el informe constata que la relación entre el crecimiento económico de estos países y el precio del petróleo ha disminuido considerablemente.

Los motivos son diversos e incluyen menos ayuda de los países ricos en petróleo, reducción de las oportunidades laborales para los trabajadores árabes en el Golfo y disminución de los flujos de remesas desde los países ricos en petróleo hacia aquellos con pocos recursos.

Por otra parte, el consumo de energía ha aumentado en los países pobres en recursos respecto de los niveles de hace 20 a 30 años y ahora deben importar mayores cantidades de un crudo más caro. Además, al igual que todos los demás países de la región, aplican subsidios al petróleo los cuales mantienen los precios de la gasolina y el diesel muy por debajo de los precios de mercado.

Por ejemplo, según el informe el costo de los subsidios al petróleo se duplicó en Jordania entre 2004 y 2005, de 3,1% del PIB y 11,3% del gasto total a 5,8% del PIB y 19% del gasto corriente.

“Los subsidios al petróleo constituyen una fuerte pérdida para todas las economías de la región de Oriente Medio, pero son difíciles de eliminar por razones políticas”, señala Mustapha Nabli, economista principal para Oriente Medio y Norte de África. “Además, el aumento de los ingresos por concepto del petróleo parece haber aplazado los planes de reformar el sistema de subsidios en muchos países”, agrega, “incluso en Arabia Saudita, donde el gobierno acaba de reducir el precio de la gasolina y el diesel en 30% para contrarrestar el efecto de las bajas que afectaron al mercado bursátil”.

Sin embargo, las reformas en otras áreas están avanzando en toda la región, dice el informe.

Los países pobres en recursos han generado climas empresariales y reguladores más propicios y ahora clasifican en el percentil 63 a nivel mundial en esas áreas. Estos países también adoptaron medidas para liberalizar el comercio, indica el informe.

El informe indica que la región en general ha obtenido avances en cuanto a reformar las estructuras de gobernabilidad para hacerlas más responsables e integradoras y de hecho, los progresos clasificaron en el percentil 64 en el transcurso del período 2000 a 2005. Sin embargo, la región sigue ubicándose en el 20avo percentil más bajo en lo que respecta a estructuras de gobernabilidad.

Bahrein, Omán y Qatar, en particular, han iniciado acciones para abrir espacios a la participación en el ámbito de las políticas públicas, afirma el informe.

Los avances en el frente de la gobernabilidad son importantes, señala Kelly, “porque incide en el esfuerzo reformador general”.

Las reformas ejecutadas por decisión vertical de la administración posiblemente funcionen por algún tiempo, pero es difícil promulgar reformas de fondo a menos que se logre el acuerdo y la participación de aquellos grupos cuyo bienestar se verá afectado por los cambios.

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