El terremoto de Yogyakarta: Estimación de sus costos
Banco Mundial, 14/06/2006EL TERREMOTO DE YOGYAKARTA: ESTIMACIÓN DE COSTOS
Los daños ocasionados por el terremoto del 27 de mayo en Yogyakarta y Java central son mucho mayores de lo estimado en un principio.
Andrew Steer, director del Banco Mundial para Indonesia, señala que la magnitud del daño se debe a dos motivos: el terremoto afectó una de las zonas rurales más densamente pobladas del mundo, con más de 1.600 personas por kilómetro cuadrado, y casi todas las viviendas y edificios eran construcciones sencillas con muy pocos refuerzos modernos.
El terremoto, que se produjo en las primeras horas de la mañana, cobró un saldo trágico de 5.800 vidas humanas y más de 50.000 heridos.
Sin embargo, lo más impresionante fue la enorme pérdida de viviendas, comenta Steer. “Parece que más de 150.000 viviendas quedaron destruidas totalmente o en su mayor parte, una cantidad mayor que en Aceh debido al tsunami”.
“El gobierno ha cumplido una destacada labor en el manejo de la primera fase de alivio y hay un fuerte impulso por seguir de inmediato con la fase de reconstrucción”, declara Steer. Por este motivo, un equipo conformado por funcionarios del Gobierno de Indonesia y especialistas internacionales está dedicado de lleno a analizar los costos implícitos en la reconstrucción de los activos físicos destruidos, como viviendas, escuelas, negocios y fábricas, además de las mermas de ingreso esperadas por la pérdida de activos.
El gobierno solicitó al Banco Mundial la coordinación de un equipo técnico internacional que ayude en esta evaluación. En el equipo participan expertos del Banco Asiático de Desarrollo, las Naciones Unidas y los gobiernos de Australia, Japón, Alemania y el Reino Unido.
Los resultados estarán listos a tiempo para la reunión anual del Grupo Consultivo con el gobierno y la comunidad internacional el 14 de junio.
“Dada la magnitud de los daños, es indispensable que la comunidad internacional apoye los esfuerzos de reconstrucción”, afirma Steer.
“Es probable que la reconstrucción tenga costos bastante similares a los generados por el terremoto de Gujerat en 2001 y un nivel cercano al terremoto de Pakistán el año pasado”, dice. “Un agravante es que la zona no sólo tiene una densidad demográfica muy elevada, sino además es muy pobre, con ingresos per cápita promedio muy inferiores al promedio nacional”.
Señala que la zona afectada, el corazón de Java, se caracteriza por un tejido social de gran valor y una larga tradición de ayuda mutua. Debido a lo anterior, el gobierno ha decidido que el programa de reconstrucción sea impulsado por las comunidades locales y entregará donaciones en efectivo a estos grupos.
“Respaldamos decididamente esta decisión”, comenta Steer. “Es un enfoque que ha funcionado muy bien en Aceh y en otros lugares y es particularmente apropiado para esta parte de Java”.
Steer explica que se están preparando detallados diseños alternativos para el programa de reconstrucción de viviendas conforme a un cronograma muy acelerado. En el contexto de un diseño muy popular, los grupos de propietarios recibirían dinero en efectivo y asistencia técnica de facilitadores en un marco de responsabilidad y rendición de cuentas. Será muy similar al muy logrado programa del gobierno /Banco Mundial/fondo de múltiples donantes aplicado en Aceh, el cual ahora está entregando viviendas a gran velocidad.
Un equipo de 500 facilitadores profesionales del Programa de desarrollo de Kecamatan y el Programa de pobreza urbana, ambos comunitarios y respaldados por el Banco, ha estado trabajando en las zonas afectadas de Yogyakarta y Java central y visitado casa por casa en un esfuerzo por evaluar los daños y ayudar en el diseño de las alternativas de reconstrucción.
“Está claro que el terremoto cobró muchas víctimas, pero los edificios modernos, aquellos construidos bajo normas antisísmicas adecuadas, resistieron bastante bien. Por ejemplo, hubo muy pocos puentes destruidos, pero decenas de miles de viviendas, restaurantes y negocios rudimentarios simplemente colapsaron”.
Sostiene que la falta de códigos de construcción –y la nula exigencia de construir todas las viviendas de acuerdo a estándares antisísmicos– explica la gran cantidad de viviendas destruidas, las que simplemente no pudieron resistir un terremoto de esta magnitud.
Según Steer, se trata de una situación que ha puesto al Gobierno de Indonesia ante una difícil coyuntura cuando prepara la fase de reconstrucción:
“Por una parte, está el deseo de entregar de inmediato dinero a los propietarios para que puedan reconstruir con la máxima rapidez posible. Por otra parte, para garantizar que las casas sean antisísmicas, se requiere supervisión, algo de tiempo adicional y un poco más de dinero”.
“Uno de los aspectos que estamos analizando con el Gobierno de Indonesia son los plazos de ejecución precisos de ambas alternativas”.
Steer señala que el Banco recomienda la segunda alternativa en vista de la experiencia acumulada en Aceh y en otras situaciones concretas, ya que con esta alternativa se aseguraría la resistencia de las casas construidas ante cualquier terremoto en el futuro.
Indica que el Banco, a solicitud de Indonesia, también está reestructurando siete de sus proyectos en ejecución en el país. Es una medida que nos permitirá entregar unos US$50 millones a US$60 millones para apoyar la rehabilitación comunitaria de viviendas, infraestructura, agua rural y atención de salud.
Dado que es probable que el programa de viviendas cueste más de US$500 millones, comenta Steer, se buscará financiamiento en forma de donaciones de parte de los donantes en una reunión la próxima semana.
“La próxima semana se realizará la reunión anual del Grupo Consultivo para Indonesia con el gobierno y los donantes. En esa fecha, esperamos haber determinado las necesidades para que los donantes puedan comenzar a decidir la cantidad de dinero que desean aportar”.
Steer sostiene que la experiencia adquirida por el Banco en Aceh en la administración de un fondo fiduciario de múltiples donantes ha puesto de relieve la necesidad de mejorar la coordinación al interior de la comunidad de donantes.
“No es muy aconsejable tener 50 organismos diferentes participando en los programas de vivienda, cada uno con sistemas y mecanismos distintos. En este caso, el gobierno decidió otorgar el control a las comunidades, las cuales son muy fuertes, y canalizar el financiamiento de manera coordinada a través de ellas”, agregó.