Petición de fondos para combatir la malnutrición
Banco Mundial, 08/12/2005Un nuevo informe exhorta a reunir más fondos para combatir la malnutrición, pero advierte que los esfuerzos deberían dirigirse a las mujeres embarazadas y a los niños menores de dos años, ya que tratar de mejorar la nutrición de los niños en etapas posteriores de sus vidas resulta muy tarde, costoso e ineficaz.
2 de marzo, 2006—Un nuevo informe del Banco Mundial advierte de que a menos que se mejore la nutrición de un niño durante los primeros dos años de su vida, éste sufrirá un daño irreparable que, a la larga, afectará en forma negativa el crecimiento económico del país.
El informe, titulado Repositioning Nutrition as Central to Development (Revalorización del papel fundamental de la nutrición para el desarrollo), sostiene que la malnutrición continúa siendo uno de los problemas más graves del mundo. La malnutrición es la causa de más de la mitad de todas las muertes infantiles a nivel mundial - una proporción que no tiene parangón con ninguna otra enfermedad infecciosa desde la peste negra.
“La malnutrición es uno de los problemas de salud más graves del mundo aún sin abordar”, señala Meera Shekar, principal autora del informe. “Alrededor del 30% de la población infantil del mundo está desnutrida y, de hecho, el 60% de los niños que mueren por enfermedades comunes, como es el caso del paludismo y la diarrea, no habrían muerto en primer lugar si no hubieran estado desnutridos”.
Al tiempo que critica la falta de una acción a gran escala en el plano nacional e internacional para abordar la malnutrición, el informe sostiene que si mejorara la nutrición, podrían aumentar dos a tres por ciento los índices de crecimiento de los países pobres.
En contra de la opinión general, este informe revela que los índices de malnutrición en Asia meridional duplican prácticamente a los de África al sur del Sahara.
“Encontramos que el problema reviste mucha más gravedad en Asia meridional, que en África al sur del Sahara. Aproximadamente el 50% de los niños de Asia meridional están desnutridos en comparación con cerca del 25% de África al sur del Sahara, aunque descubrimos que el problema no se limita únicamente a esas dos regiones. Hay países en otras regiones - Indonesia, Uzbekistán, Yemen, Guatemala y Perú - donde el problema es también grave”.
Un problema que afecta a todos - no sólo a los pobres
El informe disipa la idea de que la malnutrición es un problema exclusivo de los países pobres.
“La nutrición deficiente existe también en otras partes, lo cual indica que no es simplemente una cuestión de acceso a alimentos”, afirma Shekar. “India y Etiopía tienen casi los mismos niveles de malnutrición. El 26% de los niños del nivel de ingresos más alto de India tiene un peso inferior al debido y el 65% padece de anemia".
“Los niños anémicos rinden menos en la escuela, son más propensos a abandonar sus estudios y tienen una productividad intelectual y física inferior cuando llegan a la adultez. Todo el mundo habla sobre el gran desempeño de India en el campo de la informática, ¡imagínese al nivel que podría llegar si el 65% de los niños más ricos y el 88% de los niños más pobres no fueran anémicos!”.
Según Shekar, el mundo desarrollado enfrenta asimismo la otra cara de la malnutrición – la obesidad.
“En el mundo desarrollado, está surgiendo el otro aspecto de la malnutrición que es el sobrepeso, relacionado muy estrechamente con las enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer”.
Una limitada ventana de oportunidad
El informe Repositioning Nutrition as Central to Development también disipa la idea de que darles simplemente más alimentos a los niños puede ayudar a superar la malnutrición, al tiempo que sostiene que las acciones dirigidas a los niños mayores tienen poco o ningún efecto en lo que se refiere a mejorar la nutrición. Por lo tanto, el énfasis de cualquier programa encaminado a combatir la malnutrición debería ponerse en las mujeres embarazadas y en los niños menores de dos años.
“Existe en realidad una ventana de oportunidad muy, pero muy limitada, entre la concepción y los primeros dos años de vida”, comenta Shekar. “Si perdemos esta oportunidad, perdemos una generación entera”.
“Esa es la etapa cuando la malnutrición causa un daño prácticamente irremediable. Por ello, si tuviéramos sólo un dólar para invertir en mejorar la nutrición, esa es precisamente la etapa en la que deberíamos centrar nuestras labores”.
“Mucha gente asume que alimentar a los niños en etapas posteriores de su vida mejorará la nutrición. Bueno, es muy poco, muy costoso y muy tarde para mejorar la nutrición o la futura productividad”.
Resulta preciso un replanteamiento
Según Shekar, ahora es el momento en que la comunidad internacional debería replantearse la importancia que confiere al valor de la nutrición.
El informe sostiene que “la alternativa en este momento es clara – continuar fracasando como hasta ahora o, siguiendo el ejemplo de la labor de la comunidad mundial con el VIH/SIDA por más de una década, poner finalmente la nutrición en el centro del desarrollo para poder realizar una amplia gama de mejoras económicas y sociales que dependen de la nutrición”.
Shekar comenta que en el pasado, la comunidad internacional consideraba que la nutrición era meramente una cuestión de consumo de alimentos o de bienestar.
“Pero lo que planteamos en este informe es que la nutrición es una cuestión de inversión. Es algo que puede estimular el crecimiento económico, más que beneficiarse del mismo, porque está demostrado que los niños que están bien alimentados tienen un potencial mucho más alto de ingresos al llegar a la edad adulta”.
El informe deja en claro que la malnutrición le está costando a los países pobres hasta el tres por ciento de su PIB anual. Teniendo en cuenta que las economías de muchos países en desarrollo está creciendo a un ritmo de dos a tres por ciento anual, la mejora de la nutrición podría potencialmente duplicar esas cifras.
“Creo que ahora el mayor desafío radica en lograr que la comunidad de donantes se congregue en torno a esta cuestión y la respalde con recursos, tanto técnicos como financieros. Y, al mismo tiempo, es necesario lograr también el compromiso de los asociados del gobierno, no sólo para invertir en nutrición, sino para invertir en aquello apropiado para la nutrición”.
El informe invita a la comunidad de donantes a cofinanciar un fondo para donaciones con miras a comenzar con el fomento del compromiso y la investigación para la acción, complementando una donación reciente del Banco de US$3,6 millones destinada a integrar la nutrición en los programas de salud maternal e infantil. Simultáneamente, se necesita un financiamiento sustantivo para los países en desarrollo a través de los canales actuales de financiamiento, a fin de ampliar las acciones encaminadas a prevenir la malnutrición.
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