Las mujeres... 10 años después de Beijing

Banco Mundial, 13/03/2005

Las mujeres… 10 años después de Beijing. A pesar de los avances, la brecha entre hombres y mujeres continúa siendo profunda

Hace 10 años, la comunidad internacional se reunió en Beijing en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y acordó una Plataforma de Acción para lograr avances en la vida de las mujeres y niñas del mundo.

Diez años después, ¿cuánto ha mejorado la vida de las mujeres y niñas?

La carencia de derechos jurídicos, la elevada cantidad de mujeres que mueren durante el parto, la diferencia salarial entre hombres y mujeres y el hecho de que persiste la desigualdad en el acceso a la educación secundaria y superior son algunos de los obstáculos más importantes que enfrentan las mujeres hoy en día.

Esa es la visión que da A. Waafas Ofosu Amaah, directora en ejercicio del sector Género y Desarrollo de la Unidad de Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Banco Mundial, al comentar sobre cuánto han avanzado las mujeres desde la Conferencia de Beijing de 1995.

“Estamos en el año 2005 y realmente no podemos justificar el gran número de mujeres que mueren por causas relacionadas con el embarazo”, señala Ofosu-Amaah.

“También vemos que, a pesar de que la participación de la mujer en el campo laboral ha aumentado, todavía hay una gran diferencia de salario entre hombres y mujeres. Además, no obstante el creciente número de mujeres que intervienen en la vida pública, aún no se ha alcanzado todo el potencial que las mujeres tienen para participar de manera más efectiva en la sociedad”.

Ofosu-Amaah apunta a otro ejemplo de la falta de habilitación del género femenino en los últimos 10 años desde Beijing: la elevada tasa de vulnerabilidad de las mujeres de contraer el virus VIH/SIDA.
El VIH/SIDA está aumentado muy rápido entre las mujeres, especialmente en África, donde representan más del 57% de las nuevas personas infectadas.

“Definitivamente, la falta de habilitación de las mujeres es la causa fundamental de la pandemia del VIH/SIDA, ya que en muchos casos las mujeres simplemente no tienen derecho a cuidarse. No tienen la posibilidad de decir no”, sostiene Ofosu-Amaah.

“También hay una serie de otros factores que aumentan su vulnerabilidad, tales como la dependencia económica, las costumbres socioculturales y las cuestiones jurídicas”.

La igualdad entre hombres y mujeres es un componente explícito de la misión del Banco Mundial en su lucha contra la pobreza.

Estrategias para la igualdad de género

Desde 1995, el Banco Mundial ha dedicado mayor atención a las cuestiones de género e incluso ha adoptado una “estrategia de integración del género”: una estrategia específica de cada país (y desarrollada por el respectivo país) para integrar la promoción de los temas de igualdad entre hombres y mujeres a los programas crediticios y no crediticios del Banco en un enfoque impulsado por el trabajo analítico de esta institución.

“De modo que nuestro punto de partida está en ayudar a los países con los cuales trabajamos para que sean los autores de sus propios compromisos de desarrollo y en materia de cuestiones que afectan al género, tal como acordaron hacerlo en la Conferencia de Beijing y como estipulan los objetivos de desarrollo del milenio, que definen las metas mundiales que se deben alcanzar de aquí al año 2015”.

Esta estrategia ha llevado a que los asuntos de género no sólo sean tomados en cuenta en áreas tradicionales como la salud y la educación, sino también en áreas que normalmente no se asocian con la igualdad entre hombres y mujeres, como son la infraestructura, el transporte, la energía, los proyectos de diseño urbano y las reformas jurídicas.


La igualdad y los derechos jurídicos

“Estamos examinando cada vez más los aspectos jurídicos. ¿Qué barreras legales obstaculizan la igualdad entre hombres y mujeres? ¿Cuáles son algunas de las cuestiones de derechos de la mujer que pueden ser incorporadas al trabajo del Banco Mundial?”, se pregunta.

Ofosu-Amaah señala que el Banco ha emprendido numerosos proyectos de reformas jurídicas y judiciales en regiones de África y América Latina para fortalecer el acceso de las mujeres a los derechos jurídicos.

“También tenemos algunos proyectos muy buenos sobre la obtención de títulos de propiedad de tierras, ya que la falta de acceso de la mujer a la propiedad de la tierra es una de las barreras más importantes que obstaculizan el progreso económico. La tierra es uno de los recursos más productivos del mundo, ya que da a las mujeres la oportunidad de emprender otras actividades.

El Banco también ha realizado un exhaustivo trabajo de evaluación en áreas tales como el acceso de la mujer a los recursos, con especial interés en el género y el comercio, el género y la participación en la fuerza laboral y el género y el gasto público.

“Sin embargo, necesitamos avanzar un poco más para asegurar que se realicen más análisis de este tipo en cada país y que encontremos la mejor vía para integrar los resultados a los programas globales de cada país”, afirma Ofosu-Amaah.

Las dos variables de la ecuación: hombres y mujeres

Otro desafío para el futuro, dice, son las cuestiones que afectan al hombre y los asuntos específicos del género masculino.

“Necesitamos trabajar más para lograr un criterio integral frente al género. Esto significa concentrarse más en los asuntos propios del género masculino y buscar la incorporación de los asuntos de hombres y mujeres para tratarlos simultáneamente”, explica.

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