Un gigante ruso del comercio del café evade impuestos que debería pagar a los agricultores

Antony Barnett, 18/06/2004,
The Guardian

UN GIGANTE RUSO DEL CAFÉ EVADE IMPUESTOS QUE DEBERÍA PAGAR A LOS AGRICULTORES EN LOS PAÍSES PRODUCTORES

Grupos activistas y ONGs han acusado a Volcafe –que da los granos de una de cada siete tazas de café- de emplear trucos financieros para privar a algunas de las partes mas pobres del mundo de los necesitados ingresos. La compañía niega cualquier responsabilidad, pero diputados británicos piden una investigación.

Alex Wljeratna, de la agencia de desarrollo Ayuda en Acción, dijo:”Los granjeros que cultivan café con los que trabajamos en Latinoamérica apenas obtienen beneficios y los impuestos son vitales para mejorar las carreteras locales, las escuelas y la formación. Si las corporaciones no actúan con responsabilidad, necesitamos urgentemente leyes mas duras.”

El Observer ha descubierto documentos confidenciales en Suiza detallando como una compañía “fantasma” en Jersey se usa para proteger los beneficios.

Volcafe realiza operaciones en América Central, Asia y África, con compañías filiales en Colombia, Perú, Nicaragua, Guatemala, Ruanda e Indonesia. El año pasado vendió mas de 10 millones de sacos de café en todo el mundo y va a ser comprada por la compañía especializada en materias primas londinense ED&F Man.

Los periódicos revelan un mundo oculto en el que Volcafe transfiere millones de dólares desde sus filiales en los países productores de café a una operación “fantasma” llamada Cofina. Es una compleja estructura en la que Volcafe compra granos de pequeñas cooperativas en los países en desarrollo a precio de mercado, es decir, 80 centavos una libra de café. Entonces “vende” el grano de café a Cofina en Jersey a un precio similar. Cofina vende esto a sus clientes tal como Nestlé y, en el pasado, Starbucks. Al "traficar" con los grano a través del paraíso fiscal, el negocio principal se hace allí, lo que significa que pagan los mínimos impuestos a los países en desarrollo.

El Observer ha visto detalles confidenciales de la contabilidad de Cofina en 1998 y estos muestran que mientras la mayoría de las filiales en los países en desarrollado hicieron beneficios marginales y no pagaron impuestos, Cofina vendió 408 millones de dólares de café e hizo un beneficio neto de 27 millones de dólares. La firma no pago impuestos porque el beneficio fue reservado para Jersey.

Aún mas, Cofina realmente no existe: Es solo un apartado de correos con uno o dos administrativos como personal. Los granos que Volcafe compra de los granjeros son entregados directamente de los países productores a los clientes finales como Nestlé.

Los documentos de la compañía revelan que la firma toma precauciones para mantener todo en alto secreto. A los empleados de Volcafe se les dice que se identifiquen como personal de Colina, aunque no lo son. Un documento dice: “Debéis programar vuestro fax para que vuestro nombre en los fax enviados no aparezcan como COF (Cofina).”

Andreas Missbach de la Declaración de Berna en Suiza –que hace campañas en contra del secretismo financiero y ha estudiado los documentos- dice:” Muchas firmas usan compañías “offshore” para minimizar las tasas, pero en este caso la compañía parece esta usando medidas extremas. Quieren tapar el comercio a través de Jersey y hay que preguntarse porque.”

El diputado del partido Demócrata Liberal, Normal Lamb pide una investigación sobre el uso de paraísos fiscales por compañías internacionales. Dice “que una operación como esta ofende la decencia y la moral, deber ser puesta fuera de la ley y creo que es una ruptura de las guías éticas internacionales para el tratamiento de los países en desarrollo.”

Volcafe niega los cargos de forma contundente. Su jefe ejecutivo, Paul Moeller, mantiene que el propósito de la operación de Jersey es proteger los beneficios por si se produce una cambio agudo en los precios. “Evadir” contra perdidas si el precio se derrumba, Volcafe comercia en los mercados de Nueva York y Londres.

Moeller añade:“Esta evasiones de ultramar son una necesidad para sobrevivir como un exportador, pero las autoridades no permiten transferencias de moneda extranjera para cubrir tales perdidas por evasión en los futuros mercados, por lo tanto, tiene que ser hecho offhsore”

Añadió que “las autoridades locales aseguran que todos los exportadores venden a los precios de salida del mercado, ajustando el precio mínimo de exportación diariamente que son publicados y a los que hay que ajustarse, de otra manera, no se obtiene permiso para la exportación.”

Moeller también comento que 1998 fue un año excepcional. La mayoría de las compañías hicieron beneficios de alrededor 7 millones de dólares y ocasionalmente tiene perdidas.

Antony Barnett es el redactor para asuntos públicos de The Guardian

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